domingo, 24 de septiembre de 2023

La justicia y la benevolencia para Lao Dan

Confucio fue a ver a Lao Dan, y empezó a explicarle el Libro de los ritos, el Libro de las mutaciones (Yi jing) y demás libros clásicos. Cortó Lao Dan su explicación y dijo: - Todo eso es demasiado prolijo. Me gustaría oír lo esencial. -Lo esencial -dijo Confucio- es la benevolencia y la justicia. - Permitid os pregunte -dijo Lao Dan- si la benevolencia y la justicia están en la naturaleza del hombre. - Sí, por cierto -respondió Confucio-. Sin benevolencia, el sabio no puede alcanzar la perfección; ni vivir, sin justicia. La benevolencia y la justicia están verdaderamente en la naturaleza del hombre. ¿Qué otra cosa puede hacer? - Permitid os pregunte -dijo Lao Dan- qué se entiende por benevolencia y justicia. - Una mente recta, que halla contento en la armonía, y un amor universal libre de todo egoísmo; esa es la sustancia de la benevolencia y justicia. -¡Ah! -exclamó Lao Dan- ¡Peligrosas esas palabras postreras! ¿No es, por ventura, dar rodeos ese tanto hablar de amor universal? Y luego esa ausencia de egoísmo, que no es sino una forma de egoísmo. ¿Queréis, maestro, que el mundo se vea privado de su pastor? Pues ahí tenéis al Cielo y a la Tierra con sus leyes inmutables, y al sol y a la luna con su brillante luz y a las estrellas y constelaciones tan bien ordenadas, y a las bestias y a las aves formando sus bandadas y a los árboles y plantas que verticales se elevan. Dejad, maestro, obrar a la Virtud, haced conforme al Tao, y tendréis la perfección. ¿Para qué andar predicando a todas horas la benevolencia y la justicia, como el que toca el tambor bucando al hijo perdido? ¡Ay! ¡Habéis trastornado por completo la naturaleza del hombre!


Zhuang zi

2 comentarios:

  1. Soy un ignorante en temas de filosofía oriental. Lo poco que sé es por parte de la filosofía occidental que la explica a su manera, y esta, desde luego, dista mucho de la visión y forma de vida.
    Sé que el deseo es una de las formas del desasosiego, y que es una virtud el desprenderse de este.
    Siempre me ha agradado esa forma de vida pacífica y tranquila, desinteresada por no acumular, que es, a fin de cuentas, la forma occidental de vivir.
    Gracias por la entrada.
    Salut

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    1. Los textos taoístas son misteriosos y de difícil interpretación, son como el sonido de un gong que queda vibrando en el frescor de la mañana brumosa. En todo caso, aquí se confrontan dos filosofías netamente distintas: la confuciana -la de ley, belleza, orden, jerarquía, bien- y la taoísta representada por Lao Dan que no cree en los conceptos lógicos de la mente ni de la ética. Y piensa que el negar el egoísmo como plantea Confucio es una manifestación de egoísmo mayor.

      En todo caso, Miquel, que sea este un motivo para poder charlar en la mañana soleada del día de la Mercé.

      Un abrazo.

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