viernes, 22 de septiembre de 2023

Gianni Vattimo y el pensamiento débil

Hace tres días murió Gianni Vattimo (1936-2023), filósofo italiano representante del llamado "pensamiento débil" de la postmodernidad frente al pensamiento fuerte de Hegel, del marxismo, de Nietzsche, de la fenomenología, del psicoanálisis, del estructuralismo... Nuestro tiempo democrático, pluralista y tolerante ya no admite filosofías que lleven a pensamiento fuerte o políticas radicales. Vattimo siempre estuvo próximo a la izquierda y abrazó el marxismo, pero lejos de la herencia estalinista que consideró muy críticamente. El marxismo de este tiempo debería ser un movimiento en pos de la justicia y de la igualdad, pero tolerante y democrático. Se podría hablar de un marxismo debilitado. Militó en movimientos de izquierda italianos y de su ciudad, Turín, donde fue candidato por el Partido Radical y posteriormente estuvo en los Demócratas de izquierda. En 2015 se afilió al Partido Comunista Italiano. Se reconoció cristiano católico, pero defendió un cristianismo secularizado, lejos de las instituciones religiosas. Llegó a hablar de "vaciar la idea de Dios", lo que derivó en el debilitamiento también de Dios. Fue un destacado animalista, enemigo de la experimentación con animales y defensor de los derechos de estos. Ambientalista, fue muy claro ante el calentamiento global y el cambio climático. Fue ponente en un congreso del Gran Oriente en Rimini, así que se podría dar por válida su pertenencia a la masonería. Por otra parte, fue un enérgico enemigo del estado de Israel y propalestino, lo que llevó a que fuera considerado por organizaciones judías como profundamente antisemita, cegado por el odio y dominado por los estereotipos de los judíos. Otro ángulo que podemos considerar en él fue su militancia en la LGTbiQ+, por su homosexualidad reconocida y orgullosa. 

Su papel como intelectual fue sumamente carismástico en el campo de la filosofía y su concepción del pensamiento débil ha marcado nuestra época en que ya no creemos en valores fuertes, ni somos seguidores de ideologías. Se diría que nos hemos debilitado, en nuestra vida blanda, democrática y tolerante, respecto a creer en grandes cosas, algo que en el mundo del Islam no sucede así. 

La pregunta que lleva implícita este post es si entendemos que el pensamiento débil es la señal inequívoca de nuestra época marcada por los medios de comunicación, el consumo y la vida débil de la filosofía. ¿Todos nos hemos vaciado para hacernos no dogmáticos y tolerantes? Incluso el considerado fascismo es suave respecto a los que se consideran modelos históricos. 

¿Nos reconocemos en el pensamiento débil como Vattimo teorizó?


4 comentarios:

  1. No puedo contestarte con franqueza porque no sé la respuesta.
    Sé, eso sí, que he ganado en silencios, luego eso me hace pensar en que, lejos de ser tolerante, lo que soy es un hipócrita. Ojo que hablamos de filosofía y aplico la connotación filosófica, no la peyorativa.
    No puedo sentarme a la mesa con los míos y empezar a discutir. Así que pienso como el Sr Guerra, sí, con respecto a la Sra Yolanda Loewe. Y no me considero machista, pero esa afirmación hace que caiga sobre mi todo el peso del feminismo malinterpretado que ha impuesto esta nueva izquierda personalista, llamada progresismo, que al igual que el peronismo, borró de su ideario la palabra justicialismo para cambiarla por el nombre del líder, el mismo que defenestró a sus próximos para hacerse con el poder absoluto.
    Entonces sí, mi pensamiento es débil.
    Recomiendo encarecidamente el libro de Gilles Lipovetsky , " Sobre la ligereza ", allí aclara todo esto que nos está sucediendo, y donde la tolerancia ha cambiado para llamarse, como en mi caso, silencio.
    Un abrazo

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    1. Miro escenas del congreso de los diputados estos días y tengo la impresión de que es una casa de orates, estamos en poder de ellos, que son los que están en el gobierno, en el congreso, en los partidos que mandan. Y tengo la impresión de que nos vamos a la mierda. Simbólica y materialmente.

      Pero me abstraigo y leo libros sobre taoísmo en que se postula el estado de silencio, de quietud, volver al origen frente a la confusión de los tiempos -no son los primeros tiempos confusos ni serán los últimos-. Franco tuvo algo positivo en su represión: generar una oposición bastante sensata y realista que tuvo conciencia de su momento histórico en el que actuó con responsabilidad. Te alabo en tu silencio. El silencio y la quietud es la mejor forma de estar en el mundo. Volver al origen silencioso. Moverse para estar quietos. En silencio. Y sí, nuestro pensamiento es débil, pero no por el silencio, sino porque ya no apostamos por valores fuertes. Un abrazo, Miquel.

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  2. Cuanta razón tiene Miquel, que está desasosegado y con razón últimamente. Silencio e hipocresía hay mucho en el vaso Rubiales, que poca gente dice lo que realmente piensa de este caso, el feminismo malinterpretado que ha impuesto esta nueva izquierda personalista, llamada progresismo está ganando la batalla, estamos instalados, acomodados en el pensamiento débil hace ta tiempo, y es que, Joselu, discrepar cansa, y como decía Gil de Biedma, quizás sea eso, quizás solo sea que estamos cansados.

    Saludos y bien regresado aunque sea en otro blog.

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    1. El pensamiento fuerte ha marcado la historia hasta la llamada postmodernidad que alguno ha llamado líquida. El pensamiento fuerte ha llevado a grandes conflagraciones sociales, bélicas y filosóficas. Parecería mejor hacernos blandos -blanditos- basados en el confort con que vivimos y al que nadie renunciaría. La dureza de la vida ha sido el canon histórico. Nunca se ha vivido mejor que ahora, que en los últimos sesenta años. La vida de nuestros abuelos y anteriores ancestros fue terriblemente difícil. La historia de la civilización ha sido de la lucha contra adversidades inimaginables hoy día. Tal vez esa comodidad nos hace débiles en todos los sentidos, incluso filosóficos. Saludos.

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