(Este post no es acorde con lo que está pasando pero las reflexiones continúan en pie. Lo publiqué el 15 de julio de 2014 en mi blog Profesor en la secundaria. Lo recupero por si puede alumbrar algo de lo que está pasando).
A todos nos gusta situarnos éticamente en el lado correcto, sentir que la razón moral está de nuestro lado, nos gusta apostar por causas que merezcan la pena, que estén en consonancia con nuestros valores. Nos gusta observar el mundo y comprenderlo sabiendo nítidamente quiénes son los buenos y quiénes son los malos, analizar todos los conflictos humanos y políticos de forma que haya culpables detrás que no tienen nada que ver con nosotros. Los culpables siempre son los otros. Nosotros no. Nosotros probablemente no hagamos nada pero sabemos que estamos en el centro justo. Y así comprendemos el mundo condenando el capitalismo depredador, los USA que están detrás de toda causa injusta, hablamos de la Merkel y su voracidad contra los países del Sur, y, por supuesto, en el conflicto árabe-israelí tenemos claro cuál es nuestra posición pues somos antisionistas y apoyamos a ese pueblo heroico palestino que está siendo masacrado por la asimetría brutal de la agresión del estado sionista de Israel.
Y ¡plas! nos vamos a dormir tranquilos pues ya hemos puesto el mundo en orden. No se va a alterar nuestro sueño porque sabemos que el mundo es injusto pero tenemos claras nuestras ideas. Vale que no supimos qué decir sobre el genocidio de Ruanda en 1994 del que han pasado veinte años y tal vez éramos demasiado pequeños, vale que no nos metemos en la masacre de Sbrenika en que murieron casi diez mil musulmanes indefensos, vale que no queremos opinar sobre lo que pasa en Siria donde se han producido doscientos mil muertos y hay dos millones de refugiados, vale que no opinamos sobre la ocupación del Tibet por parte del estado chino, vale que los kurdos no ocupan nuestra atención, vale que no opinamos sobre el terrible genocidio que se está llevando en Centroáfrica donde hay millones y millones de asesinados en el silencio además de centenares de miles de mujeres que son violadas salvajemente, vale que no opinamos sobre el aplastamiento de la mujer en Irán y los castigos físicos que recibe en nombre de Allah... No, esos conflictos son complicados. Nadie sabe muy bien dónde está el lado correcto. En esos conflictos seguro que tiene la culpa el imperialismo, el neocolonialismo y el capitalismo, pero yo estoy a salvo porque yo que soy progresista sé escoger muy bien a los responsables de cómo entiendo el mundo. Y hay conflictos sobre los que no hay nada que opinar, pero otros... Claro, yo soy antinazi. Condeno el horror del Tercer Reich contra los judíos de Europa. Pero condeno también el sionismo surgido a partir de Theodor Herzl y que se extendió entre parte de los judíos europeos que se propusieron retornar a la Tierra Prometida de donde fueron expulsados en el siglo I de nuestra era. El estado de Israel, fruto de ese sionismo y el sentimiento de culpa de los occidentales por el genocidio nazi, llevó a que se fundara un estado racista: Israel. Vale que los judíos han sido perseguidos en todos los países en que han estado, han sufrido pogromos y matanzas sistemáticas a lo largo de la Edad Media y la que va al siglo XX, vale que los judíos han sido marginados y humillados en todas las naciones en que han estado. Pero es que en cierta manera se lo merecen por su carácter egoísta y su endogamia. Y ¿para qué hablar de su habilidad para los negocios? De hecho son los que controlan el mundo y así Estados Unidos tiene una cabeza de puente en Israel para defender sus intereses para controlar a los árabes, pero esto es por el lobby judío que controla la Casa Blanca y la Cámara de Representantes. Vale que dicen que Israel es la única democracia en Oriente Medio, pero no es tal porque erigen vallas indignas para separarse de los palestinos y de lo que ellos llaman “atentados terroristas”. Vale que Hamas tira cohetes contra el territorio llamado israelí pero no tienen mala intención, son pequeños petardos para asustar. Y, el opresor judío contesta con una potencia de fuego brutal asesinando impunemente a niños y mujeres. Vale que todos los países que rodean a ese estado, surgido de la conjura sionista, han declarado tres guerras contra él, en 1948, en 1967 y en 1974, pero estas solo buscaban la convivencia con los judíos en pie de igualdad y no pretendían nada malo. Vale que Hizbolá en Líbano afila sus armas contra Israel, que Siria sea un enemigo potente, que Irán esté detrás de la bomba nuclear para igualarse a Israel que la tiene desde hace más de veinte años. Vale que los israelíes se duermen cada noche evocando el Holocausto y sabiendo que en ese lugar en que están no tendrán una segunda oportunidad, pero es que están demasiado obsesionados con el pasado del que tendrían que liberarse. Hay que saber olvidar y abrir los brazos en señal de paz, aunque desde los pueblos árabes e Irán se les recuerde continuamente las cámaras de gas que no fueron tales, de hecho hay quien piensa que todo fue propaganda sionista para justificar la entrega de Palestina a los judíos. Vale, los judíos son igual que los nazis, hay que recordárselo y ligar la estrella de David con la Cruz Gamada para que se den cuenta de su horror. Y no es poco significativo que fuera un judío el que teorizó el psicoanálisis, tratamiento que todo israelí debería recibir porque su sentimiento del mundo es anómalo y ultradefensivo. Los palestinos solo quieren la paz y compartir el país que, trabajando conjuntamente, se abriría a una etapa de paz y prosperidad aportando cada uno lo mejor que tienen. Pero ¿es que no se dan cuenta? Hay que recordar a John Lennon y su Give peace a chance, así como a Nelson Mandela que supo unir contradicciones insolubles y evitó la venganza contra los opresores.
Hay que liberar a los judíos de sí mismos, de sus fantasmas, de sus miedos históricos, de su ley del Talión. Han de abrirse a la paz del corazón y entender el sufrimiento también de los palestinos.
Y entonces desperté tras un sueño extraño que ya no recuerdo.
No estoy preparado para contestar.
ResponderEliminartengo pre-juicios de ambos contendientes.
No me gusta Hamás. Ni Hezbolá. No me gusta el terrorismo en ninguna de sus facetas. No me gustan los nacionalismos, ni las banderas. No me gusta Israel ni la elección de YHWH como pueblo elegido. No me gusta el YHWH del Antiguo testamento, el mismo que paró el Sol para acabar de ajusticiar a cinco mil filisteos que no le adoraban. Ni me gustó Ramsés persiguiendo a un pueblo en el desierto, ni mucho menos Eichmann y su solución final, pero tampoco soy partícipe de las violaciones masivas de los antiguos filisteos, hoy llamados palestinos.
Soy de la cuerda de Boff, de Ellacuría, de Paniker. Tiro de la hermana Agnes, del valenciano Ferrer, de los políticos como Mandela.
No me gusta Aznar. No me gusta Maduro, antes bien recuerdo a Tierno Galván.
A mis setenta no tengo la solución, porque a mis setenta sólo pienso en mis dos nietos, uno con diez, otro con cinco años.
Sé que me moriré, y presiento que en nombre de ese dios, otro falso dios en el alero de las creencias, seguirá el conflicto, como lo llaman los del diseño de las palabras, para no decir guerra a lo que es guerra, por unos territorios que al fin y a la postre son de ambos, porque son semíticos, primos de sangre que no saben respetarse y vivir en comunidad.
No tengo la solución.
Un abrazo
Durarías poco si vivieras en oriente medio. Te asesinarían unos u otros. La equidistancia no es muy apreciada por los combatientes. En Israel hay organizaciones de solidaridad con los palestinos a los que ayudan y hay movimientos críticos con las decisiones del estado de Israel. Me gustaría visitar Israel y el Líbano, pero ahora no es el momento adecuado, así que habrá que esperar el alto el fuego como sucedía en las bodas libanesas en plena guerra civil de los años ochenta. Un abrazo. Yo tampoco tengo la solución.
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ResponderEliminarPerdona, pero mira que entrada tan interesante de la escritora Carmen Domingo
https://www.elconfidencial.com/cultura/2023-10-12/entrevista-carmen-domingo-discutir-politica_3748653/
PD: No te preocupes por el diario que emite la entrada, Celine era de ultraderecha, pero eso no le hacía peor escritor.
Lo interesante es lo que ella dice.
Salut
He leído la entrevista y no puedo estar más de acuerdo. La cultura de la cancelación se ha impuesto totalmente. Hay muy pocos famosos que se atrevan a decir lo que piensan por miedo. Nosotros no somos importantes y no tenemos problemas, pero si lo fuéramos... El mundo progresista se ha convertido en censor e inquisidor cuando antes era el adalid de la libertad. Es difícil no ser reaccionario si uno ama la libertad. Salut.
EliminarEl mundo es demasiado complicado y no nos gusta dedicar más de cinco minutos a ningún tema. Y, como dices, una vez que trazamos la línea entre buenos y malos, entre lo correcto y lo horrible, nos cuesta mucho mover la línea trazada. Y, luego, claro, nuestros valores son los correcto y, por lo tanto, exportables al resto del mundo.. y ahí andamos prendiendo mechas por todo el mundo en nombre de nuestros valores y del comercio, del sagrado comercio...
ResponderEliminarqué complicado todo, ¿verdad?
Sí, es complicado, Beauséant, son tierras malditas desde la edad media, eje de todos los conflictos del mundo. Zona medular de choque de mil y una tendencias, partidos, religiones, culturas... Ahora leo un libro sobre la guerra civil en el Líbano de los años ochenta y asisto al prolegómeno de todo lo que está pasando ahora. Son Tierras de sangre. Y si uno, desde la distancia, no quiere mancharse, ya sabe qué opinar, qué pensar, qué decisiones ideológicas tomar. Es un conflicto que nos divide trágicamente a todos. Las tierras sagradas es lo que tienen. Sí, es complicado, pero yo sé dónde me gustaría vivir y dónde no.
EliminarHola Joselu, ironizas en tu artículo, y lo comprendo porque a ves lo comprensible es incomprensible. Yo no puedo estar de acuerdo en un ataque terrorista a personas que estaban en un concierto. La joven alemana que mararonfue terrible. El crío de 12 años que secuestran a la fuerza, la joven y su pareja secuestrados más todos los que han matado... Qué culpa tiene esa gente? Que hicieron? Y que esperaban que haría Israel? Quedarse de brazos cruzados. En fin. Las guerras es algo con lo que no puedo. No digiero las injusticias, aberraciones, y barbaridades que se hacen.
ResponderEliminarPero no puedo preguntarme una y otra vez, ¿por qué ese odio al pueblo palestino? que en ningún sitio los quieren...
Un abrazo
Menos mal que te has dado cuenta de la ironía maliciosa que contiene este post de 2014, pero que mantiene su vigencia. Sí, ¿qué pensarían que haría Israel ante tales masacres brutales? Pero su ideología es el martirio. Te preguntas por el odio al pueblo palestino pero yo añado el odio a los judíos por parte de buena parte de la izquierda europea y occidental. Los judíos no están seguros en Europa. Su único baluarte es Israel donde tampoco están seguros. Un abrazo, Nuria.
EliminarBuenos días Joselu, no sabía que has vuelto a publicar me di cuenta en el blog de Ana.
ResponderEliminarUn tema espinoso según del lado que lo mires todos quieren tener su razón pero esto no es un conflicto de un tiempo esto es casi bíblico .Comparto con Nuria que el terrorismo es una lacra y sino quieren sentarse a razonar ya lo anuncia Israel que esto va a ser largo .
Malditas ideologías no acarrean sino victimas inocentes.
Un abrazo y disculpa por entrar tan tarde
Bertha, es un nuevo blog que no ha tenido apenas difusión. Es normal que no lo supieras. En cuanto a lo que dices, Oriente Medio son también Tierras de sangre, todos los odios se asientan allí en todas las direcciones. La razón es imposible, solo existe la fuerza y el instinto de supervivencia. Son ideologías, religiones, cismas bíblicos, etnias, totum revolutum para que la vida allí sea producto del azar y la muerte. Un abrazo. Bertha.
EliminarConcuerdo contigo en el conjunto del comentario pero centro la cuestión en que Israel no puede perder esta guerra, es imposible porque perderla supondría su desaparición y su final, además de la masacre total de israelíes. Un nuevo holocausto. E Israel no está dispuesto a inmolarse y yo les aplaudo. No hay segundas oportunidades en esta zona del mundo. La izquierda europea es proislámica y odia a los judíos aunque lo disfrace de antisionismo. En Suecia saben ahora bastante de lo que está pasando en Israel, y pronto lo sabremos todos. Saludos.
ResponderEliminarLa especie humana es territorial y la experiencia histórica nos advierte de que la violencia de unos contra otros es el relato de nuestra especie. Respecto a Israel y Gaza, conflicto en marcha desde hace décadas, no hay solución por ahora y seguirá el dolor y la sangre. Yo no quiero ser de un bando o de otro, la gente toma partido de una manera fanática y sesgada. A estas alturas mi interés es conocer dónde se oculta ese inmenso pozo de odio que nos lleva a la aniquilación y si existe algún remedio para superarlo.
ResponderEliminarHace treinta años se abrió un camino de paz con la firma de los acuerdos de Oslo entre Isaac Rabin y Yasir Arafat apoyados por el presidente Clinton, parecía que se abría un sendero tímido hacia la paz, pero todo lo que vino después contradijo aquello. Isaac Rabin fue asesinado dos años después por un ultranacionalista judío que se oponía a los acuerdos de Oslo. Los extremistas se adueñaron del panorama y desde entonces todo se ha enconado. El que busque la paz será considerado traidor por unos y por otros. Dicen que todos los problemas tienen solución, pero a este no se la veo por ningún sitio. Es un tumor enquistado, todos tienen miedo y todos tienen odio como ríos caudalosos. Israel tiene miedo porque no habrá otra oportunidad en unas tierras extremadamente crueles y peligrosas. No tienen ningún sitio adonde ir, no pueden ceder, se imponen los halcones... Los fuertes son los débiles, y los débiles son los fuertes.
EliminarComo lo veo: Hamas no es Palestina
ResponderEliminarHay palestinos en Gaza, en el mismo Israel y en Cisjordania.
La Autoridad Palestina(no es presidente de estado),está en
Cisjordania.
Los intereses de los diferentes grupos de palestinos, según donde
viven son diferentes.
Hamas no acepta el mando ,ni obedece a la Autoridad Palestina.
Hamas es dominante en Gaza, desde donde ha lanzado un ataque
terrorista contra Israel.
Israel responde y ataca a Hamas. Hay muertos inocentes.
Saludos.
El ataque de Hamás era suicida porque podía presuponer que la respuesta a su brutalidad sanguinaria sería respondida del mismo modo. Hamás es el discurso del odio ciego cuando lo más sensato sería aprender a convivir con el enemigo de modo que se aligeraran las condiciones de la vida en la franja de Gaza. Es un bucle sin solución que se retroalimenta. Pero han sido ellos los que han iniciado la guerra, de eso no hay duda. Claro que hay muertos inocentes, era previsible, pero cuando una ideología es el martirio no hay modo de racionalizar la situación. Saludos.
EliminarEl problema es cuando el grueso de la población mundial que está en redes busca reducir dicho conflicto a un asunto de visión de blanco y negro, cuando en realidad es en el especto de grises y está claro que no hay un "bando de los buenos" como si fuera una película. Hay facciones y divisiones activas en el conflicto, y a su vez hay población civil no involucrada. Lo que queda es desear que llegue una resolución favorable lo antes posible.
ResponderEliminarHamas cruzó varias líneas rojas de modo cruel y terrible, y la represalia israelí será brutal, está siendo brutal para no volver de nuevo a la misma situación anterior. No hay resolución favorable. ¿Favorable para quién? ¿Para Israel? ¿Para Hamas? Israel intenta destruir a Hamas definitivamente y eso va a ser largo, complejo y demoledor para la población civil que no tiene nada que ver con el conflicto, y que son las verdaderas víctimas. Va a ser muy largo pero Oriente Medio es así. La guerra civil siria fue terrorífica, la guerra civil del Líbano duró catorce años y fue espeluznante. Así son las cosas, Alexander.
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