No es la primera vez que en un post hablo de la cuestión del libre albedrío. Lo hice hace algunos años en Profesor en la secundaria a propósito de los planteamientos de Yuval Noah Harari en su libro Homo Deus. Según él, el libre albedrío que es la esencia del cristianismo, el humanismo y el liberalismo, es radicalmente falso. Esa posibilidad de poder escoger entre el bien y el mal, desde el punto de vista de la neurociencia es más que cuestionable. Ahora leo un libro que incide sobre ello. Se trata de Decidido de Robert Sapolsky. Para él -y para muchos neurocientíficos- el universo en que vivimos es determinista y el libre albedrío no deja de ser una ilusión de la cultura, de la religión y de nuestra fe en la mente humana.
Nuestro cerebro es una máquina electroquímica condicionada y determinada en cualquier decisión que tomemos por los instantes previos a la misma -Benjamin Libet demostró que nuestro cerebro sabe instantes antes de la toma de la decisión consciente lo que vamos a elegir. Fue fruto de uno de los experimentos más importantes en la historia de la neurociencia y no ha sido invalidado-. Nuestro cerebro está condicionado en su Corteza Pre Frontal (CPF) por hormonas como la testosterona, la dopamina y los glucocorticoides que producen efectos decisorios sobre nuestro estado de ánimo y nuestra forma de estar en el mundo. Nuestra toma de decisiones, nuestro libre albedrío, se ve severamente condicionado por el aflujo de glucosa a nuestro cerebro. Se sabe que jueces americanos toman decisiones sobre la libertad condicional de los presos de modo muy diferente si es al comienzo de la mañana, cuando están frescos a cuando avanza el cansancio y tienen hambre, al final de la mañana. Al principio son generosos y aprueban gran número de libertades condicionales pero al final de la mañana, las deniegan todas. El hambre y el cansancio pueden influir decididamente en nuestra capacidad de tomar decisiones justas. Y no es solo eso, sino que actúan sobre nosotros infinidad de factores químicos fruto de la constitución de nuestra CPF en la adolescencia y en la niñez. Somos seres que se han formado por influencias de ambiente en nuestra familia, en nuestra sociedad, en nuestra cultura, en nuestro pasado, en nuestra religión, que han grabado en nuestro inconsciente determinados rasgos en nuestro cerebro. Si fuimos queridos en nuestra niñez, si sufrimos malos tratos, si sufrimos acoso escolar, si vivimos una infancia y juventud dichosa... Todos son factores que crean un mundo electroquímico en nuestro cerebro que nos condiciona, uno detrás de otro, de modo que una decisión en un momento dado está condicionada por los segundos anteriores a la toma de dicha decisión, así como lo que está pasando en el día, y no solo eso, sino a nuestro pasado más cercano o lo más lejano que llega a alcanzar al periodo que pasamos químicamente dentro del claustro de nuestra madre, y sus tormentas de hormonas, sus miedos, sus angustias, sus incertidumbres...
Y detrás de todo esto está la cultura en que hemos nacido. No es lo mismo nacer en Burgos que en Olot o en Rentería, nuestra escala de valores es muy diferente a todos los niveles, y ya no digamos si hemos nacido en una sociedad occidental frente a una sociedad oriental o musulmana. Hay en realidad una serie de factores incontrolables que influyen totalmente en nuestra toma de decisiones desde lo más inmediato a lo más lejano.
El eje de nuestra vida anímica son las emociones, luego racionalizadas. Las emociones dependen de factores químicos y equilibrios o desequilibrios que están en nuestro cerebro. Las emociones crean estados de ánimo que nos dominan sin saber por qué. Pero la mayor parte de los condicionamientos son incontrolables, no tenemos ningún control sobre el noventa y nueve por ciento de lo que pasa en nuestro cerebro, aunque nuestra fe en la racionalidad nos hace pensar que sí que hay un hombrecito en nuestro cerebro que es el que toma las decisiones y nos hace sentir que existe un yo que decide, cuando el yo mismo, ilusión de la conciencia que se siente sugestionada por la supuesta continuidad de una forma de ser que creemos real, es fruto de nuestra inocencia. La conciencia depende de factores electroquímicos que se dan en nuestro cerebro, como hemos dicho. Y el yo es una alucinación controlada. En realidad, vivimos en un universo determinista en que el libre albedrío es el mito en que se sustenta una civilización, un sentido del derecho -culpable o inocente, responsable o no responsable, pecador o santo, criminal de guerra o héroe-. Pero en realidad no podemos decidir, nuestras decisiones en cierta manera están tomadas ya por nuestra química y nuestro pasado cerebral.
Guste o no, me llevas por derroteros de la filosofía. Es evidente que mi formación tirará hacia allí, y que mis respuestas están condicionadas por aquellos de los que he aprendido: Por Sartre: que me dice que estoy condenado a ser libre; por Marcuse, que me abocará al determinismo más exasperante; por Kant y su determinismo físico...
ResponderEliminarHe observado, sin embargo, que quien menos cargas tiene (fisícas y emocionales) son las que se sienten libres. Me explico: He conocido a muchas monjas de Teresas de Calcuta. Ellas llevan como equipaje su "shari", unas sandalias, una ropa interior de recambio, un suéter si hace fresco, la Biblia y un rosario sin valor monetario.
No llevan nada más. Cabe todo en un bolso pequeño.
Están siempre dispuestas a marchar, y de hecho las llaman y dicen destino cada dos años. Una carta en marzo o en septiembre y allí en 24 horas ya tienen destino y pasaje para donde hacen falta. Nunca están más de dos años en un mismo lugar, a no ser por retiro o enfermedad, que se han dado casos.
Y a lo que voy; ellas son libres. Las he visto libres. ¿ Por qué?, porque no tienen cargas, ni monetarias, ni emocionales, ni afectivas, ni familiares, ni físicas, y sólo se puede ser libre sino se tienen cargas, eso creo que es elemental.
Ellas tienen "libertad existencial".
Yo, ( como muchísimas personas) no soy libre, ni tan siquiera para quitarme la vida. ¿Qué me ata? los afectos y el mal que haría a la persona que me quiere.
Y cuando Sartre dice que estamos condenados a ser libres, lo que nos indica es que estamos condenados a tomar decisiones, por ello, muchos esclavos romanos, aunque el amo les daba carta de libertos, se quedaban hasta el resto de sus días en las villas al servicio de aquellos, pues no habían conocido otra forma de vida y no sabían adaptarse a la libertad.
Es cierto que podemos aceptar un orden moral, y en ello el que el hombre sea libre, de ahí la conciencia y la responsabilidad, en el poder de determinarnos nosotros a nosotros mismos, como un auto-determinismo, encima de determinismos exteriores, atendiendo en que la libertad, no es un fin en si mismo, sino un modo de ser con un orden objetivo de valores.
Pero no, no soy libre, incluso mis prejuicios condicionan muchas de mis decisiones, y no hablo de una anarquía "per se", porque no creo en ello, pero está claro que vivo condicionado, incluso por valores , a los que les doy su importancia, aquellos que consideran que mi libertad acaba cuando empieza la del vecino.
Un abrazo
Salut
Es paradójico que me pongas como ejemplo a las hermanas de T de C como seres libres cuando ellas han depuesto cualquier libertad posible o hipotética para obedecer lo que la casa madre determine, les guste o no les guste. Su "libertad" es renunciar a la voluntad para elegir algo que les apeteciera -seguir en un mismo destino, por ejemplo-. En su modo de vida totalmente determinado por las normas de su organización y las decisiones de sus superiores encuentra un espacio de libertad, de modo que renunciando a la libertad, se adquiere libertad. Esa es la paradoja del mito de la libertad. En realidad, no podemos elegir mucho. Si acaso la serie que vamos a ver o el color de nuestros zapatos, que incluso están condicionados por factores de moda, de gustos adquiridos o influencias que uno ha recibido. Todo lo que hacemos está prefigurado por un presente o un pasado genético, químico o social... Pero ese determinismo, a mi juicio, si es entendido, como les pasa a las hermanas de la congregación, no es signo de apresamiento. Tal vez habría que hablar de la libertad en otro sentido, el de que hay que hacer lo que hay que hacer. Pero esto se sale del campo de la neurociencia. La visión de Sartre, eso de que estamos condenados a ser libres, es una majadería, como mucho de lo que escribió. Somos seres condicionados emocionalmente que funcionamos por resortes previsibles según nuestra neuroquímica. Un abrazo, Miquel, muchas gracias por tu presencia.
EliminarNo te voy a contradecir, Joselu, pero míralo desde otra perspectiva:
Eliminar"Yo", como individuo consciente, en mi libre albedrío y sabiendo las obligaciones que me deparará lo que elijo, me hago de Teresas de Calcuta. Allí, en "mi y gracias a mi libertad", renuncio a todo lo demás, incluso a la misma libertad que hubiera tenido si no hubiera elegido dicha orden.
A cambio, esa vida me dará todo aquello que deseo: hacer el bien, no tener cargas de ningún tipo para hacer ese bien que desea "mi libertad primigenia", y enfocar mi vida al deseo que siempre he tenido.
¿Puedes verlo de esa manera?
Un abrazote lleno de diatribas
salut
Esto me recuerda a lo que expresó una amiga italiana, intrépida arqueóloga en el Irak de Sadaam Husseim, hace ya muchos años. Ella estaba enamorada de la cultura árabe del desierto y a la vuelta de una estancia allí me dijo que ella era libre para elegir que un hombre la dominara. Y se imaginaba en una jaima del desierto siendo una mujer más de las que tuviera el beduino que la enamoraba. Yo nunca lo entendí, pero es cierto que se puede renunciar a la libertad libremente. Había una película de Fernando Fernán Gómez, Stico, en que un viejo catedrático que malvive económicamente, se ofrece como esclavo a un antiguo alumno, a cambio de casa y comida. La poesía mística recrea la relación entre un alma que se somete al Señor y decide renunciar a toda libertad para servirle. No es un problema baladí. El esclavo o el siervo reciben también algo a cambio muy importante, una suerte de bienestar espiritual y la liberación de la libertad, al parecer un pesado fardo que creemos llevar encima. Es una cuestión apasionante. Salut, Miquel.
EliminarSi señor, si señor...recuerdo la película.
EliminarResulta que para cumplir mi deseo, ese deseo que me da mi libertad, el de ser partícipe de la orden, he de renunciar a otros "bienes" terrenales y aceptar unos votos que confortarán y harán realidad mi deseo, el de ser monja de Teresas de Calcuta.
Allí, la orden, eliminará toda perturbación a mi vida, para que sea tal como yo, en mi libertad, había soñado, sin ataduras: ni físicas, ni crematísticas, ni logísticas, ni materiales.
He sido libre para elegir "el oficio" que dará esa plenitud existencial a mi vida que de otra manera hubiera sido imposible.
Es un tema muy interesante, ciertamente apasionante, en donde al final no podemos discernir si gracias a esa libertad tendremos ese trabajo "de servidumbre" que tanto deseamos.
Un abrazo
Hay algo que me hizo pensar leyendo el libro. Se trata de las perturbaciones que tiene la CPF cuando uno es tramposo o corrupto o desalmado, y cuando uno hace lo que es correcto y lo que está bien. En el primer caso, hay perturbaciones considerables en la corteza prefrontal en conflicto con el sistema límbico. En el caso de que alguien actúe bien, no las hay. Elegir el bien puede ser lo más sencillo. Las monjas de Teresa de Calcuta han seguido un camino en que a cambio de la libertad en muchos sentidos, pueden llegar a sentir una plenitud existencial que de otra manera hubiera sido imposible, algo realmente extraordinario en nuestro mundo de placeres inmediatos. Ser santo ¿es una elección o es algo que viene determinado por factores x incontrolables? Lo cierto es que la lógica interna de los beneficios en todos los sentidos de servir a los demás, renunciando al ego, cuidar a los pobres y a los que sufren, debe suponer una satisfacción profunda que los que somos egocéntricos desconocemos. Un abrazo.
EliminarSería triste que estuviéramos tan condicionados. Hay gente que nace en la miseria con maltratos e injusticias y acaban en la delincuencia. Otros vecinos suyos en las mismas circunstancias salen adelante. Es muy complejo. Un beso
ResponderEliminarNo hay dos personas iguales. Claro que la miseria, la droga y los malos tratos condicionan gravemente a los que los sufren llevándoles a una vida marcada por la desdicha. Y, ciertamente, hay algunos casos en que unos pocos escapan de este determinismo y salen adelante. Pero no hay dos personas iguales. Vivir en un ambiente de miseria, maltrato e injusticia, no supone necesariamente que la carga biológica, genética o bioquímica sea la misma. Si alguien escapa de ese determinismo, no es porque viva en un universo en que existe la libertad, sino que sus circunstancias son diferentes por muy similares que puedan parecer. Miles de millones de espermatozoides pugnan por fecundar a un óvulo, y cada uno es diferente, tiene una genética y una bioquímica distinta. Puede que uno sea Gandhi y otro Hitler. No obstante, es una cuestión fascinante. Gracias por tu aportación.
EliminarBufff, propones unos temas tan sesudos que se me hace muy difícil participar en tus entradas. Y entre tanta erudición de tus seguidores cuesta aun más participar. Bajo mi punto de vista el matiz estaría en lo que comentas de "nuestras decisiones en cierta manera están tomadas ya por nuestra química y nuestro pasado cerebral" que me parece totalmente cierto. Pero ¿nuestra química y nuestro pasado cerebral somos nosotros?. Si fuese así, de alguna forma, por lo menos esa decisión, libre o no, ¿nos pertenecería de alguna forma?.
ResponderEliminarDe todas formas, a rasgos generales, e independientemente de la química y el pasado cerebral, en realidad considero que en pocas cosas se puede decidir en esta vida. Y eso yo que soy un privilegiado que vivo en occidente en una sociedad más o menos rica, más o menos democrática y en un grado de desarrollo bastante alto. No me quiero imaginar como queda el tema de las libertades cuando naces absolutamente pobre y en un país con condiciones de vida menos razonables. En ese caso la libertad cada día debe de consistir en si luchas por conseguir comer o no.
Y si entramos en otros ámbitos como la vida personal, la vida en pareja, la paternidad, etc ... donde quedaría la libertad, la verdadera elección ahí?.
Todo se limita a hacer cosas para que no se rompan las columnas de la estructura. En mi vida adulta creo que mis única libertad es la de decidir a que hobie dedico los pocos ratos libres sin compromisos en los que trato de encontrar la felicidad.
Donde queda la libertad por ejemplo en el mundo laboral donde todo viene impuesto por decisiones que toman otros más para arriba.
O en estados donde los dirigentes, aunque sea en democracia, los elige la masa más numerosa, inteligente o no, y tu te tienes que limitar aceptar las decisiones que toman esos dirigentes.
En fin, ya me conoces, la única libertad de la semana es cuando, los domingos a las 7:50 de la semana aparco el coche en el km 13.5, bajo los 150 metros hasta el camino inferior del bosque y allí, libremente, decido si cojo el camino hacía el Sot de la Bota, hacía el Torrent de les Teixoneres, o la variante de la Revolta del conill. Y la libertad de si avanzo más, menos, el ritmo con el que fluyo, y poco más. Un abrazo Joselu.
Aprecio enormemente tus comentarios -ya lo sabes- y no me parecen nunca faltos de interés u oportunidad. Mis temas sesudos provienen de que últimamente leo sobre todo ensayo sobre neurociencia, biografías, historia de las religiones... Llevo tiempo no leyendo literatura. Los ensayos me hacen pensar y eso me gusta. Me gusta que me cuestionen mis puntos de vista en muchos aspectos. La lectura de Decidido que plantea que vivimos en un universo determinista me ha interesado vivamente, y la cuestión tan debatida siempre sobre la libertad es apasionante. Como bien dices, nuestro libre albedrío es muy cuestionable. ¿Qué verdaderas decisiones tomamos libremente? Tú lo has resumido admirablemente. Muy pocas. Por lo demás, en la inmensa mayor parte de lo que somos o hacemos viene determinado. Habría que ver cómo hemos elegido a nuestra pareja y todo lo que ha implicado, y por qué la elegimos. Nuestra profesión y trabajo. Los hijos que salen como salen y no como los hemos pretendido programar. Nuestros hobbies, en tu caso, la lectura y la naturaleza. ¿De dónde vienen? ¿Acaso hubo antecedentes familiares que nos precedieron en ello y lo que creemos ser signo de pequeña libertad ni siquiera lo es porque viene de serie? El libro de Robert Sapolsky pretende interpretar todo momento en que hay una decisión como fruto de una cadena que va desde los instantes anteriores a la toma de la decisión -nuestros niveles bioquímicos, nuestras hormonas, olores incluso, nuestros neurotransmisores que nos predisponen a determinadas emociones- a, las horas que la precedieron, los años, la formación de nuestra corteza prefrontal -¿por qué elegimos vivir dominados, por ejemplo?-, la adolescencia, la niñez y la educación que recibimos en un ambiente determinado, la sociedad que nos envolvió y nos envuelve-, el periodo en el útero materno, y en realidad toda la cultura que nos ha precedido. Nada viene de la nada. Toda decisión se apoya en un sustrato interminable que comienza décimas de segundo antes de que elijas el camino del Torrent de las Teixoneras o la Revolta del Conill. Todo está decidido de antemano, incluso eso. Un abrazo, y gracias por hacerte presente.
EliminarNo me deja firmar el sitio ahora, así que voy en anónimo. Me parece que las observaciones de la neurología, biología y otras disciplinas son interesantes pero no demuestran nada sobre el libre albedrío. ¿Qué viene primero, la bioquímica o la conducta? ¿O puede eso ser variable y un proceso de retroalimentación? Sospecho de la tendencia a simplificar y decir es esto u lo otro. Puede ser que tengamos menor o mayor albedrío según las circunstancias, y también es obvio que un “libre albedrío” en su totalidad es un concepto muy absoluto y difícil de sostener, tanto como el la actitud determinista puede ser un fatalismo evasivo. La misma idea de que los estudiosos del tema puedan concluir que no hay libertad de pensamiento es un absurdo que nos da razón para cuestionar esa idea. ¿Quién lo dice?
ResponderEliminar~Víctor
El libro "Determinated" de Robert Sapolsky me está haciendo pensar mucho. Ciertamente, la hipótesis de un universo determinista -no todos los neurocientíficos lo piensan (los hay compatibilistas que aceptan el determinismo y también el libre albedrío y los hay como Sapolsky, incompatibilistas porque él lo niega radicalmente)- es extraña a la entraña de la libertad del pueblo americano y sus barras y estrellas. Ahora tenéis la libertad de elegir a Trump o a Biden, y no os envidio. Nos gusta creer en la libertad, es la base de muchas religiones desde el mazdeísmo de Zoroastro, al judaísmo y el cristianismo que plantean que el ser humano es libre de elegir el bien o el mal. Allí van incluidos los filósofos griegos también. El humanismo, la Ilustración y el romanticismo nos hacen pensar que la libertad es esencial en el ser humano, y Sartre escribió que estamos condenados a ser libres. La hipótesis determinista se va abriendo paso desde hace unas décadas en el mundo de la neurociencia al tener conciencia de que no dejamos de ser unos algoritmos más o menos sofisticados, pero en definitiva, algoritmos condicionados por una cadena biológica, bioquímica, genética, ambiental y cultural, que hace que nuestra libertad sea más bien una ilusión -muy estimable porque llevamos siglos pidiendo libertad. Toda revolución se inicia exigiendo libertad-.
EliminarLa lectura del libro me hace pensar vidas de personas de mi entorno, amigos o familiares, que han vivido o viven en situaciones de desdicha, dependencia o sumisión sorprendentes -hay tantos- y yo me he preguntado por qué no han elegido cuando pudieron hacerlo algo que les liberara de ello. Yo suponía que en algún punto del camino se enfrentaron a un dilema y que escogieron lo que los llevó o les ha llevado a la desgracia. Yo pensaba que pudieron elegir la libertad y eligieron mal. Ahora me doy cuenta de que en realidad no pudieron elegir. Estaban determinados. Todos lo estamos, algunos con más suerte que otros. La suerte socava el libre albedrío porque la suerte existe. Hay buena o mala suerte. La neurociencia la estudia. Ese fatalismo evasivo que criticas en el determinismo no es tal para mí. La hipótesis de que vivimos en un universo determinista me ilumina muchas más cosas de las que oscurece. Me ayuda a entenderme y a entender a otras personas. Y en buena parte, estaba determinado que tú intervinieras en este debate -yo pensé en ti claramente- y te has hecho presente para intentar defender la carta de la libertad, aunque sea relativa.
Otra cosa es lo que dicen las filosofías orientales al respecto. El taoísmo defiende la idea de destino, porque si no hay libertad, hay destino, y esto es fascinante.
Tengo la presión alta, así que a veces me disparo, como mi mujer lo sabe, no hay sal en su cocina y repetida veces me recuerda si he tomado la pastilla(tres al día).
ResponderEliminarA mi me parece ,que no hay determinación ,que sí libertad(libre albedrio),en este caso lo determina mi mujer, pero soy libre hasta de mentirle. De acuerdo que la hipertensión, se puede decir que se debe a una serie de reacciones bioquímicas ,pero se pueden libremente modificar, con alfa y beta bloqueantes, con diuréticos, en fin una serie de fármacos. Lo de la determinación del universo, es otro asunto diferente(es que mezclas muchas cosas),partiendo de la atracción de masas, se han hecho modelos matemáticos, que no concluyen nada. Precisamente hay una serie en Netflix, sobre este asunto :"el problema de los tres cuerpos"),que para los que no son de ciencias, pueden llegar a entender algo, sobre la posible desaparición del universo, por el caos .
Ya sé que me vas a decir, que era determinante que entrara y dijera esto, pero simplemente es previsible ,sabiendo de mis ideas, como lo son las tuyas de los mitos, pero en un momento dado puedes cambiar y ver la fe (libre albedrio).
Saludos.
Allá tú con tu fe y tu libre albedrío y aquí con mis reflexiones con el sentido del determinismo. Pienso en todo lo que te antecede, tu origen cordobés, tu vivencia del mundo de las procesiones intensamente en tu niñez, tus recuerdos vivos de la infancia y adolescencia, tu familia -supongo que feliz y equilibrada aunque en la escasez-, tu pasión por el fútbol desde pequeño y que continúa ahora, tu vocación por las ciencias, tu pugna por superar tus orígenes tal vez campesino y mediante el esfuerzo, llegar a ser licenciado y profesor durante bastantes años, y, felizmente, llegado a ser pensionista que cobra la pensión máxima y te sientes conforme a como son las cosas mientras eso sea así y puedas comprar el aceite de oliva de tu tierra. Piensas que tienes libre albedrío porque puede tomar o no tomar sal o betabloqueantes. Y te sientes feliz no haciéndote preguntas -¿para qué a tu edad?- y viendo el fútbol con tu mujer comentando las jugadas, y con una fe sencilla y mecánica te sientes en la cúspide del mundo. Pues bien, esa es tu vida y no tiene un átomo de libre albedrío salvo en tomar o no tomar la sal. Y justificas el poder mientras cobres la pensión, y el mundo está bien hecho, ¿para qué amargarse y comerse la olla? Saludos.
EliminarBullen infinidad de ideas, con el tema que propones, Joselu. No me decantaría ni por el determinismo absoluto de Sapolsky, u otros autores, según los cuales somos marionetas sin un ápice, para poder decidir. En algunas ocasiones, somos libres de equivocarnos. Y aunque considero estimables las aportaciones de la neurociencia, que explican muchos de nuestros comportamientos, tampoco los acotan todos y dejan escapar muchos otros ejemplos, porque como escribió nuestro admirado Tolstoi, a propósito de la Torre Eiffel. Ni siquiera somos capaces de descifrar lo más cercano, nuestro cerebro, y no sé si remató su frase, con un llegaremos a la luna o construiremos la Torre Eiffel, pero seguiremos sin desentrañar los arcanos de nuestra mente.
ResponderEliminarLa neurociencia ha alcanzado la economía y ha explicado buena parte de la irracionalidad de algunas de nuestras decisiones, pero considero que no ha descifrado la mayor parte de ellos, por más que nuestra intuición vaya por buen camino, y se reduzca la conciencia y resto de funciones cerebrales a una interacción y a reacciones químicas, que alberga en nuestra materia gris. Aquellos que precisamente como Harari creen en soluciones más colectivistas, la han esgrimido, para abolir la libertad, que consideran un falso mito. Con argumentos en algunas ocasiones que rememoran a la superestructura marxista. Cuando decidimos tener hijos, realmente somos nosotros, o una respuesta a lo que espera esa superestructura de nosotros. Me pregunto si debemos delegar esas decisiones, a quién, porque ese proceso de delegación, acarrea numerosos peligros.
Kierkegaard filosofa sobre la historia bíblica de Abraham e Isaac en su obra “Temor y temblor”, camino de Moriah. Aquí, Tot, parte la pana. Pero permíteme sumergirme en esta fascinante reflexión, con breves pinceladas. El danés realiza en la figura y fuero interno de Abraham una serie de digresiones. Y se pregunta, si el hombre es capaz de elegir, en caso de que Dios le ordene sacrificar a su hijo. Porque entrarían en conflicto el orden ético establecido con la voluntad divina. Para Kant sería inapelable, que cumpliéramos no con un orden establecido, sino que éste es absoluto. Matar no es concebible éticamente. Me ha venido a la mente, porque los deterministas argüían en el pasado, que la voluntad de Dios o de las Moiras, que tejían nuestro destino, eran insalvables e impelían a nuestro yo a cumplir con el papel en ese juego universal e infinito que le había sido conferido. No creo que Sapolsky sea muy original a este respecto. Curiosamente, Kierkegaard, rompió su compromiso matrimonial con Regine Olsen, fue libre de elegir, para dar cumplimiento a un ideal filosófico, poético. Tampoco quiso combatir en la guerra contra Alemania por el territorio de Schleswig-Holstein( donde recaló Puigdemont). Por el momento, lo dejo aquí. Hay muchas más ideas. Rescataría de nuevo a Buchanan. O hablaría de la osadía que es reivindicar libertad, cuando hasta las propias fuerzas de izquierdas, validan el expolio de la plusvalía del trabajador no por parte del sector privado, sino del estado. Que sea el aparato político productivo del Estado/Partido, productivo para sus fines, en lugar del capitalista privado no nos exime de la realidad misma de que la plusvalía nos sea exaccionada, y cada vez más. En una futura respuesta, aunque me temas, Joselu, desarrollaré más esas otras ideas. Un saludo y cuídate.
A lo que me refiero es a las deducciones que se derivan y algunos derivan de nuestra inexistente capacidad de decisión. En el determinismo más absoluto, en el que cualquier factor para adoptar cualquier decisión no se encuentra a nuestro alcance y dependemos completamente de nuestros condicionantes genéticos, culturales, decisiones pasadas.. En el caso de Harari únicamente lo evidencian para postergan al individuo. En cambio, se presta a entelequias colectivistas. Es lo que me rechina. En el caso del individuo y en un entorno económico, se ha pasado de un homus economicus, capaz de capturar cualquier información de su entorno, a un individuo que por la neuroeconomía o neurociencia, no es capaz de decidir y cuando se plantea la ilusión de ese proceso, está condicionado por la cultura, un marketing agresivo, de forma que no racionaliza sino como un hedonista, busca el placer inmediato. Incluso es capaz de grandes esfuerzos, por esa sustancias que segrega a nuestro cerebro cuando encontramos la oferta más económica, pero en el proceso de búsqueda hemos gastado más recursos y energía. Yo no creo en ninguna de las dos teorías en sus formas más maximalistas, que es lo que quiero decir. Sinceramente pienso que en el contexto que nos movemos, es tan caótico que nosotros creemos que podemos decidir y en muchas ocasiones decidimos pero basándonos en premisas y en percepciones falsas, que no pueden comprender una realidad que creo que es contingente y caótica. En ese sentido, me baso más en una antropología de la escuela económica austriaca. Que rehúsa de las matemáticas, porque la realidad no es una matriz con variantes de decisiones, sino que es imposible capturar todas esa información para decidir como el homus económicos de Stuart Mill, de forma que optimice mi utilidad individual como tampoco creo en los neuroeconomistas que dicen que todo ese proceso está completamente viciado y mis decisiones no son tales, sino una suma de condicionantes que como un hilo invisible conllevan que precisamente mi decisión no sea una decisión.
EliminarPor eso te digo Joselu que no creo en el determinismo absoluto. Que estamos muy condicionados, evidentemente. Incluso como decía Buchanan, que además de economista hizo un estudio estupendo sobre la democracia, en la que veía que los políticos segmentandonos, podían incrementar su poder. Porque al final satisfaciendo a las mayorías, desvertebradas en segmentos,se podían llegar incluso a coartar y a coaccionar la libertad de las minorías. Muchas de esas segmentaciones son emocionales. Como las de los impuestos. Realmente, el contribuyente progresista no analiza cuánto le detrae el estado, es un estatista convencido y es muy poderoso en su imaginario personal el relato de pobres y ricos. En cuestiones de colectivos como el LGTBI y más pluses que no recuerdo, al político le conviene segmentar y tomar medidas orientadas a ese colectivo, acentuar su victimismo, porque con esa segmentación que en marketing significa entender cuáles son los atributos con los que un determinado corte de población se identifica más, el político incrementa su poder sobre este subconjunto de votantes. Perdón, que me haya ido por los Cerros de Úbeda. Un saludo,Joselu.
Está claro que tú eres economista y yo profesional de la literatura. Desconocía totalmente la existencia de la neuroeconomía y he buscado algo para que me aclarara qué es y cómo funciona. Me ha parecido un campo interesante, pero en el que soy lego y me tengo que dejar guiar por ti. Mis ideas al respecto son precarias y no sirven de mucho, pero entiendo que una confluencia de las ciencias económicas y la neurociencia puede ser muy interesante por el carácter caótico y subliminal del funcionamiento del proceso de toma de decisiones económicas. Ya en el crash del 29, hubo algunas mentes privilegiadas que se dieron cuenta de que si los taxistas estaban opinando sobre inversiones óptimas, esto no podía funcionar. La economía tiene mucho de irracional y su funcionamiento solo se comprende a posteriori. Es muy fácil interpretar el pasado pero no tanto el futuro, por lo tanto nadie es capaz de predecir el futuro crash que va a sufrir nuestra economía occidental y mundial. No sé si esto tiene que ver con las neurociencias y no entiendo ni bola de economía, pero sí que comprendo que se caracterice el proceso económico mundial como producto de elementos psicológicos -no diría que genéticos salvo que entendamos la genética en un sentido muy amplio- y neuroquímicos -en la serie finlandesa que estoy viendo sobre una crisis en los años noventa en el país, se dice que la gente busca riqueza, fama y poder: son factores coadyuvantes esenciales-. En todo caso, yo que soy irracionalista pienso que la economía es profundamente irracional y que la sociedad actualmente es fragmentada para poder llegar a ella y esa fragmentación es emocional. La emoción es la clave de la neurociencia. Deseamos, deseamos, deseamos... y somos totalmente manipulados, eso es cierto. Un saludo, Sergio, espero no haber desbarrado mucho en tu campo.
EliminarLo sorprendente de la economía,Joselu, es que cualquier sistema o modelo ha de presumir cómo es el comportamiento del agente individual, y para ello ha de partir de unos presupuestos antropológicos. Como el hombre de Vitruvio, sitúan e intentan describir cómo consideran el comportamiento del ser humano, que se encuentra en el centro de cualquier teoría.Es una estilización como cualquier modelo. Yo me quedé maravillado porque provenía de un mundo ingenieril y di con mi vocación, ya que aunaba matemáticas y también humanidades. Por ejemplo, en el caso de Stuart Mill, puedes quedarte con esa especie de superhombre que todo lo capta y actúa para maximizar su utilidad, en ésta segunda parte es donde creo que es donde da en la tecla, o bien, seguir las tradiciones de pensamiento y por qué han conducido hasta ahí al gran pensador inglés. Keynes atacó ese conocimiento y cómo buen estadístico, habló de los animal spirits, esa veta irracional de nuestro cerebro, que actúa como un resorte en momentos de gran incertidumbre. El profesor Óscar Vara Crespo ponía el ejemplo de una escena de un Western de Steve McQueen en la que el protagonista se arroja encima de los cactus. Pues Keynes pensaba que el individuo, lejos de conocer toda la información de su entorno, se atoraba con los océanos de incertidumbre que se acentúan con las crisis. Venía una crisis y en lugar de no reducir su consumo, comenzaba a ahorrar precautoriamente. Menos consumo, menos oferta, más despidos y la economía entraba en una espiral depresiva. El estado debía actuar entonces como colchón e incrementar el gasto mientras los agentes ahorraban más, lo contrario a lo que había que hacer durante una crisis. Qué el individuo no se enterase dy que con la incertidumbre se arrojase a los cactus, llegamos a una época dorada de la planificación indicativa de los gobiernos y de los estaríamos. Todas las teorías económicas parten de un análisis del ser humano y subyacen ideas muy poderosas, es a lo que quería llegar.
EliminarLa neuro economía puede explicar muchos de nuestros comportamientos antieconómicos, pero no todos. A lo que quería ir, creo que ell mundo está muy determinado, por lo menos nosotros no somos capaces de aprehenderlo y cuando creemos que decidimos, lo hacemos pero con unas premisas que no son capaces de capturar toda la realidad. Es tal el maremagno de información, que está tan dispersa....Eso vale para los individuos, y con mucho más razón para la planificación centralizada. Unos pocos con su visión sesgada, pretenden condicionar al todo, que es enormemente cambiante. Perdona mis idas por los Cerros de Úbeda. Un saludo,Joselu.
Por cierto, gracias a este elenco de sabios, que nos ayudáis a profundizar en muchos temas como éste, de libre albedrío frente a determinismo. Un saludo, Joselu.
EliminarDentro de mis conocimientos limitados, veo que, según pensaba Keynes, cuando viene una crisis, la población tiende a reducir el consumo con lo que supone en la espiral de depresión en que entra la economía. Por eso, me pregunto sobre la viabilidad de las teorías del decrecimiento que acentúan la disminución del consumo para solo consumir lo que realmente necesitamos frente a una economía en que se tiende a consumir por encima de nuestras necesidades entendiendo que consumo=actividad económica y puestos de trabajo. En ello, como dices, hay una imagen del ser humano como ser económico y consumidor con toda la irracionalidad que ello supone. Sin duda, la economía supone una visión del ser humano que llega a ser filosófica. Se nos estimula a consumir para mantener el tren de la economía. ¿Es posible una economía sin crecimiento?
EliminarY lo que es cierto es que los ciclos económicos y las crisis son imprevisibles. Cuando un asesor financiero intenta influirme para que invierta, me doy cuenta de que es un agente a sueldo que busca que yo ponga dinero sin importarle en realidad mi suerte posterior. La banca funciona así. Nadie sabe nada. La neuroeconomía, de la que no sé nada, expresa el universo determinista en que nos movemos a todos los niveles, desde el humano al económico. Vivimos en un universo determinista y a la vez con altísima incertidumbre, esto es fascinante. Muchas gracias por tu implicación y reflexiones que me hacen ver cosas que no conozco. Un saludo, Sergio.
Yo si creo que hay libertad de elección, pero también creo que la alimentación, lo que bebes, si haces deporte, si madrugas o como vistes (ojo al tema) también te condiciona como actuas pero también eres tu el que decide que comer, que vestir, que beber o si hacer deporte o no. Una cosa que nos marca es la infancia, los valores que ves de pequeño y eso creo que marca más que la zona donde naces. Hay conceptos como Justicia, Verdad, Honor y otros muchos que se ven de forma parecida en casi todos los sitios y las variaciones son si tu en tu casa has sido educado en ellos, si leiste Roberto Alcazar y Pedrin, El Capitán Trueno y esos tebeos que educaban en valores como la protección al débil, la lucha contra la injusticia y la maldad no es lo mismo que si te educas con máquinas donde reventar cabezas puntua, digo yo, no se.
ResponderEliminarYo si creo que tenemos el derecho y casi el deber de tomar nuestras decisiones, según nuestros criterios y asumir nuestra responsabilidad. Creer que somos material biológico gestionado de forma eléctrica es quitar el alma al Ser Humano y yo soy de creer en el espíritu humano (aunque me decepcione muchas veces) y soy de los de Roberto Alcazar y Pedrin, de la gente que le gusta mover las cosas más que dejarse arrastrar por ellas.
Un saludo.
P.D. Disculpa el borrón
Te conozco un poco y sé que eres un héroe de tu propia vida, un hombre que se ha construido a sí mismo en muchos sentidos. Una célula de resistencia frente al ambiente, un concejal que presentó batalla y un luchador contra la deriva autoritaria y antidemocrática del gobierno que nos aflige. Eres protagonista y no víctima del ambiente o de la cultura que te rodea. Lo reconozco y no lo subrayo más porque para los que te conocemos eres un hombre hecho y derecho, marcado por un padre firme y consecuente, en una cultura castellana firmemente centralista, con una niñez y una adolescencia rica y equilibrada, que cree, por tanto, en valores firmes y sólidos. Tienes una CPF -corteza prefrontal- muy bien desarrollada y un sistema límbico débil pues predomina en tu forma de ser la realidad frente a lo espiritual o el mundo de los deseos. Eres un ser de tierra, firma y asentado. Te mueves en un terreno sólido como el que te dio tu padre. Y tus antepasados y tu genética. Eres un héroe como el de tus personajes preferidos, el capitán Trueno o Roberto Alcázar, a los que yo también leí. Esa es tu prehistoria con una base consistente en tus orígenes. Yo no tuve nada de eso, Daniel. Mi historia es diferente, no lo he podido evitar. Tal vez yo cambiaría un padre como el que tuve yo -cobarde y débil- por el tuyo, una madre amorosa por una trágica y sádica como la que tuve yo. Cada uno depende de infinidad de factores que no controla. Yo no he controlado nada de lo que soy yo. Se me ha impuesto. Mi fuerza de voluntad intelectual para intentar comprender qué soy yo, probablemente es fruto de una figura anterior que desconozco. No soy una marioneta de mi destino pero sí que reconozco que soy un ser que se sabe producto de muchas cosas que no controlo. Eso no le quita grandeza.
EliminarPiensa en un Sánchez, un hombre que solo se le puede interpretar como un psicópata, ¿de qué es producto? ¿Qué CPF tiene para no tener conciencia de lo que es mentira y lo que es verdad? Podríamos reducirlo a que es un miserable pero es algo más complejo, su psique amoral lo condiciona, no ve que es un elemento antidemocrático y destructor de un país. Y es seguido por millones de personas... Saludos.
Joselu, yo no te conozco a fondo, pero tu has ido eligiendo caminos, te has aventurado, te habrás equivocado (benditas equivocaciones que nos llevan a aprender), te abriste a nuevas sensaciones y nuevos lugares. Experimentaste con tu vida personal, eso es libertad.
EliminarExperimentaste con tu vida laboral, no te quedaste en el Profesor de Secundaria que iba a clase y dejaba pasar las horas con desgana hasta que sonase el timbre, de eso estoy seguro. Quisiste mejorar tu entorno y lo hiciste con los medios a tu alcance y también, estoy seguro, en contra del ambiente reinante en tu entorno laboral.
Pues eso, "amigo Sancho", eso es la libertad, la libertad absoluta. la de un hombre que quiere marcarse un camino y lo hace. Lo intenta y asume las consecuencias de sus decisiones. La libertad no es provocar un suicidio personal, laboral o sentimental con movimientos impulsivos y momentáneos , eso es estupidez, es de idiotas.
La libertad es elegir un camino y seguir por el adecuándote a las circunstancias, la libertad es navegar en la tormenta con inteligencia, la libertad no es soportar hacer un camino desnudo bajo la nieve, eso es una gilipollez, la libertad es el trabajo que implica poner los medios para soportar la tormenta en tu nave o para seguir haciendo el camino aunque nieve. Yo si creo que tú lo hiciste "Yavestruz".
Un profesor de Literatura Española que ama profundamente a esta, la intenta defender y propagar porque cree en el fondo de su alma que esta haciendo mejores personas con ello. Una persona que pone su espíritu y su esfuerzo en ello, todo esto en una zona talibán idiomática donde el idioma esta perseguido, es un ser libre. Es libre porque decidiste serlo, cuando otros sólo esperaban la salida de clase y la inmerecida paga mensual, tu te la ganaste. Por esto vengo a esta página. Y yo no soy persona de halago fácil, pero las cosas son como son, desconozco las causas profundas de esto, la verdad me importan poco, pero se identificar los hechos.
Un saludo.
Joselu, siempre se puede huir. Hay gente que se pasa media vida huyendo y la otra media justificando su huida.
EliminarUn saludo.
Creo que en esta vida son necesarios los filósofos que se hunden el pensamiento para buscar respuestas a preguntas necesarias que hacen evolucionar a la Humanidad, para eso se necesita tiempo, tiempo para reflexionar, para preguntarte cosas y se necesita comodidad y estar libre de obligaciones "mundanas". La Filosofía empieza cuando la necesidad primaria acuciante se acaba, no lo critico y lo veo bien. Pero algunos nos vemos con la tarea de "ir tapando agujeros" todo el dia y no tenemos ese tiempo de reflexión. Es ese tiempo de reflexión el que yo desde hace nueve o diez años carezco. Antes disfrutaba mucho del coche, porque era el espacio donde estaba solo y pensaba, ahora voy en el coche y sigo con el teléfono y cada dia pienso menos porque no hay espacios en mi vida para ello, es para meditar esto, la verdad.
ResponderEliminarY ahora si que me voy, que tengo que segar.
Un saludo.
Por cierto, he leído los textos de Sergio Munari y Miquel son muy buenos.
ResponderEliminarUn saludo.
Un modelo firme, dialogante y que te da patrones claros. Eso es lo que debería ser un padre. Y eso te ha determinado profundamente. Tú eres en buena parte lo que eres por la influencia decisiva de tu padre. Hay muchas otras cosas, pero esa es fundamental. Un saludo.
ResponderEliminarApenas lo he leído tres veces y estoy entendiendo que mi libertad de pensamiento están ligadas a las condiciones en las que vivo y a la química de mi cerebro, mi conciencia fue construida por los valores que recibí y nuestra idea de libertad es determinista (acabo de leer que determinismo se base en causa y efecto), a mis 37 años con tres hijos, considero que he seguido un principio de causa y efecto responsable, soy Padre y tengo la obligación de cuidar, proteger y educar a mis hijos, mi esposa no tiene ninguna obligación conmigo por que tomamos la decisión de amarnos y estar juntos y de mis padres aprendí que es también mi obligación cuidarlos a ellos, pero todo estas decisiones las obtuve del ejemplo de vida, no soy religioso, pero respeto a las persona que si lo son, busco ser justo y ser neutral en las acciones de mi vida.
ResponderEliminarEs mi primer aporte en tu blog y buscare leer los post anteriores a este.
Muchas gracias, Don Frijol, por tu visita y comentarios sobre un tema que puede resultar sorprendente, aunque para muchos neurocientíficos no es así. Tu vida se basa en una suerte de honestidad personal que aprendiste de tus padres y que prolongas consecuentemente en tu familia. Ahora bien, imagina haber nacido en una familia desestructurada, con violencia y drogas, y participado en bandas desde niño. La escala de tus valores sería muy diferente, la conformación de tu Corteza Pre Frontal sería muy distinta. A eso, en parte, es a lo que se considera vivir en una realidad determinista. Un cordial saludo.
EliminarEs que veo que te interesa la corteza cerebral,busca el homusculo cerebral,te da una idea sencilla,de cómo funciona,porque veo que le das unos valores y posibilidades que no tiene.
ResponderEliminarSaludos
Decidido de Robert Sapolsky
EliminarCompórtate
EliminarEl homunculo cortical es una representación visual del concepto,"el cuerpo dentro del cerebro",de que la mano o cara de uno existe tanto como una serie de estructuras nerviosas o un "concepto neuronal",como de forma física. Se relaciona con muchos fenómenos neuro-biologicos.Se estudia dentro de la asignatura de Fisiología, dentro de la carrera de Medicina y Farmacia.No era una broma.
ResponderEliminarSaludos
La representación dada por las neuronas de concepto es fundamental para nuestra memoria, pues el recuerdo de nuestras experiencias se basa en almacenar muy pocos conceptos asociados (por ejemplo, al recordar haber estado con un amigo en un café hablando de un tema en particular). El resto se pierde mayormente en el olvido, lo cual nos permite concentrarnos en lo esencial para generar asociaciones y contextualizar cada nuevo conocimiento —algo que en gran medida hacemos durante el sueño, donde testeamos hasta las más disparatadas asociaciones. Esta capacidad de olvidar detalles y enfocarnos en el significado de las cosas es justamente la piedra angular de nuestra creatividad, para poder hacer asociaciones entre conceptos en principio dispares y entender, por ejemplo, que la manzana que cae y la luna que gira en el firmamento responden a un mismo fenómeno: la ley de gravedad.
EliminarQuian Quiroga, Rodrigo. Cosas que nunca creeríais (Spanish Edition) (pp. 307-308). DEBATE. Edición de Kindle.
No sé si te refieres a las neuronas llamadas de concepto que es un descubrimiento reciente de los neurocientíficos concretamente de Rodrigo Quian Quiroga. Saludos.
EliminarNo,se estudia en Fisiología, para facilitar el estudio de los centros neuronales en la corteza cerebral y su relación con la parte que regula en el cuerpo humano.Es un mapa intuitivo,de interés pedagógico.Si buscas por Internet seguro que encuentras el mapa,así ves que parte está involucrada en el sueño ,sensación de hambre,pero repito es pedagógico.Es evidente que si tocas con un electrodo,un punto de estos cambias la actitud de lo que regula.
ResponderEliminarSaludos
https://www.youtube.com/results?search_query=El+homunculo+cortical
ResponderEliminarAhí lo tienes, hay en YouTube muchos, de forma simpática explicado, pero es de la asignatura de Fisiología ,para estudiantes
Saludos
El cerebro predictivo es una teoría que propone que nuestro cerebro no solo procesa información sensorial, sino que también predice constantemente lo que va a suceder en el entorno. Esta capacidad de predicción nos permite actuar de forma rápida y eficiente, sin tener que esperar a que toda la información esté disponible.
ResponderEliminarLa teoría del cerebro predictivo tiene importantes implicaciones para el libre albedrío. Si nuestro cerebro está constantemente prediciendo lo que va a suceder, entonces nuestras decisiones podrían estar predeterminadas en cierta medida. Esto significa que el libre albedrío podría ser una ilusión, y que nuestras decisiones no son realmente libres.
Sin embargo, la relación entre el cerebro predictivo y el libre albedrío no es tan simple. Algunos investigadores argumentan que la capacidad de predicción del cerebro no significa que nuestras decisiones sean completamente predeterminadas. Aún podemos tener cierto grado de control sobre nuestras acciones, incluso si nuestro cerebro está prediciendo lo que vamos a hacer.
Se está realizando mucha investigación para comprender mejor la relación entre el cerebro predictivo y el libre albedrío. Algunos estudios han demostrado que la actividad cerebral puede predecir nuestras decisiones unos segundos antes de que las tomemos. Esto sugiere que el cerebro está prediciendo nuestras acciones, pero no significa que no tengamos ningún control sobre ellas.
Las investigaciones sobre el cerebro predictivo y el libre albedrío tienen importantes implicaciones para una variedad de campos, como la filosofía, la psicología y el derecho. Si nuestras decisiones están predeterminadas en cierta medida, entonces esto podría tener un impacto en nuestra comprensión de la responsabilidad moral y el castigo.
Es importante tener en cuenta que la investigación sobre el cerebro predictivo y el libre albedrío aún está en curso. No hay una respuesta definitiva a la pregunta de si el libre albedrío es una ilusión o no. Sin embargo, la investigación en este campo está proporcionando nueva información sobre cómo funciona nuestro cerebro y cómo tomamos decisiones.
Aquí hay algunos recursos adicionales que puede consultar:
Artículo: ‘El cerebro predictivo y el libre albedrío’ (http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-61272021000200035)
Libro: ‘El cerebro predictivo: cómo el cerebro crea nuestro mundo’ de David Eagleman (https://www.intramed.net/93730/Que-es-la-codificacion-predictiva-cerebral--)
Video: ‘El cerebro predictivo y el futuro del libre albedrío’ (http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-61272021000200035)
Ciertamente no es un tema sencillo y las implicaciones morales, jurídicas y filosóficas de descartar el libre albedrío serían tan complejas y desasosegantes que nos hacen echarnos para atrás. Cuando alguien mata a otra persona, cuando alguien viola, cuando alguien estafa, cuando alguien comete un acto de terrorismo, pedimos que se le juzgue y se le condene. ¿Como aceptar que en realidad no eligió ni tuvo libre albedrío? Sartre escribió que estamos condenados a elegir. Este es el fundamento de nuestra civilización, la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Sin ello, no sé cómo funcionaríamos.
EliminarSin embargo, dentro del campo de las neurociencias es un debate abierto y algunos neurocientíficos de categoría como Robert Sapolsky, niegan totalmente el libre albedrío, pero no solo lo explican por el cerebro predictivo, que es una parte que investigó brillantemente Benjamin Libet hace ya décadas: que el cerebro ha tomado una decisión unos segundos o décimas de segundo antes de que nosotros seamos conscientes de haber tomado una decisión. Se lo considera un experimento maldito por las implicaciones a que ha dado lugar.
Sapolsky organiza una cadena en el acto de elegir que va desde unas centésimas antes de la decisión consciente a la vida de hace millones de años. Cuando creemos tomar una decisión estamos con un nivel de hormonas determinado, y estas nos condicionan -acabo de volver de una notaría en que se han tenido que tomar decisiones importantes en un documento que había que firmar pero había varios errores en él que había que corregir. El problema es que eran las tres de la tarde y nadie había comido y estábamos hambrientos, cansados y con nuestros niveles de hormonas alterados: esto condiciona y mucho (nuestro sentido de la justicia depende de a qué hora nos lo planteemos)-; nos condiciona nuestro nivel de azúcar así en un momento dado, pero no solo es eso, nos condiciona nuestro nivel cultural, nuestra propia constitución biológica y genética -propensión a la ira, a la falta de equlibrio, la desinhibición, a la ansiedad, al miedo-, y junto a ello, nuestra psicología basada en la constitución de nuestra corteza prefrontal y la amígdala, nuestro pasado desde la niñez y la adolescencia, el funcionamiento de nuestras emociones. Nuestra cultura, la situación en que vivimos, nuestro nivel de vida, el pasado histórico. No se juzgan las cosas del mismo modo en una situación de guerra que en una de paz, en una cultura occidental que en una oriental o africana... En definitiva, toda toma de una decisión está determinada por muchísimos factores que la anteceden y la circundan. Sufrir malos tratos de niño, pasar privaciones, vivir en una familia desestructurada con violencia, separaciones y conflictos entre los cónyuges... puede condicionar gravemente nuestra toma de decisiones en el futuro. Sapolsky crea una cadena en que toda decisión es conflictiva. Pongo un ejemplo entre cientos: cuando el genocidio en Ruanda, en 1994 gente normal hutu se puso a asesinar a machetazos a sus vecinos tutsis y hubo centenares de miles de muertos. ¿Qué hace que un hutu pacífico salga con un machete a cortarle la yugular a otro vecino con el que había vivido hasta el día anterior? ¿Qué hay en esa decisión de matar? ¿De dónde proviene? Y así todas nuestras decisiones, ¿de dónde provienen? Esta es la pregunta que se hace Robert Sapolsky, y no es el único.
Intento acceder a los enlaces que me facilitas pero no lo consigo. He intentado activarlos para que los vean los lectores pero no puedo.
Un abrazo y muchas gracias por participar con tanto interés.
Este vídeo de El robot de Platón es bastante interesante. Si alguien quiere entrar en el debate, le animo a que lo vea.
ResponderEliminar[video]https://youtu.be/3ToDxHFdLto?si=WqA8T-FyXZ6qGTQJ[/video]
Este vídeo de TED Talks de Javier Pérez Castells es muy interesante.
ResponderEliminar[video]https://youtu.be/WjLg0YVunxM?si=lxajv64vX4RYAvej[/video]
Buenos días Joselu:
ResponderEliminarLa verdad que se disfruta y mucho con estas reflexiones y sobre todo con estas escuelas del pensamiento que se contradicen.-¿Acaso las cosas se reducen a ciencia o, mas bien se magnifican en ella?
Hemos dotado al ser humano de poderes que no se pueden comprobar. Se confunde capacidad creativa con creer que tenemos capacidad creadora. No podemos pensar en un color que no hayamos visto, ¿pero sí podemos crear una conducta o un pensamiento de la nada?.-Sabemos que una de las características
fundamentales de la ciencia es el hecho de que pretender estar reinventándose constantemente y poner en duda todo, por lo que nadie posee la verdad absoluta.
La contraparte del libre albedrío es el determinismo que a todo evento le antecede una secuencia de cosas previas; las cosas no son ya, sino que tiene razón de ser(natura versus nurture).La inexistencia del libre albedrío tampoco implicaría necesariamente que no seamos libres, ya que hay que ver como cada persona define la libertad...
Un abrazo y vuelvo en otro receso para seguir leyéndoos es muy interesante y poder ver estos vídeos.
Probablemente, la definición de libertad es uno de los conceptos más huidizos y apasionantes que existen. Cada uno cifra la idea de libertad en algo concreto y a lo que se aspira. No obstante, yo siento que vivimos en un universo determinista en que nuestra dosis de libertad es mínima. Y no se trata fundamentalmente de elegir entre una cocacola o una fanta. O entre el programa próximo de Broncano y El hormiguero. Todo está predeterminado por infinidad de factores. Yo no sé si he podido ser otra cosa de lo que he sido. Creo que no. Un abrazo.
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