viernes, 15 de marzo de 2024

De lo sagrado y lo profano

Desde hace unas semanas, estoy inmerso en la lectura del primer tomo de la Historia de las creencias y las ideas religiosas I: De la Edad de Piedra a los misterios de Eleusis, escrito por Mircea Eliade. Voy leyendo lentamente y pensando lo que percibo en esta obra, considerada como una de las más grandes epopeyas intelectuales del siglo XX. 

 

En las consideraciones previas retengo algunas ideas que me van a servir de base para una entrada en el blog. 

 

Una de ellas es que, según Mircea Eliade, “la experiencia de lo sagrado constituye un elemento más de la estructura de la conciencia”. 

 

La segunda idea que retengo se dirige "a la única, aunque importante, creación religiosa del mundo occidental moderno: la última etapa de la desacralización que viene a ilustrar el perfecto camuflaje de lo sagrado, o más exactamente, su identificación con lo profano.”

 

Estas ideas me sedujeron porque revelan algo muy presente en mí, la idea de lo sagrado en pugna con una civilización desacralizadora que condiciona toda experiencia a una trivialidad y banalidad sobrecogedoras. 

 

En nuestro tiempo, desde el comienzo de la modernidad, hemos perdido el sentimiento de lo sagrado que forma parte, según Eliade, de la estructura profunda de la conciencia, algo que acompañó a la humanidad desde la Edad de Piedra en su sentimiento religioso y cósmico de la realidad hasta la era moderna en que se camufla lo sagrado con lo profano. Lo camufla pero sigue vivo en multitud de ritos o manifestaciones sociales. 

 

Recuerdo que cuando era actor -una experiencia inolvidable- tenía el escenario como un espacio sagrado. Lo barría cuidadosamente antes de la función y lo tenía como un espacio espiritual en que se desarrollaba un hondo drama por la fusión de mi realidad como ser humano con la de personajes ajenos a mí con los cuales me iba a mimetizar. 



En mi infancia en colegios religiosos tuve mucho miedo a esta dimensión sagrada que, aunque presentada con un tenebrismo y crueldad terribles, sobrepasaba aquellos condicionamientos para alzarme a una visión trascendente de las cosas. Porque la esencia de lo sagrado es la trascendencia, pensar que en esta realidad concreta y circunstancial en que vivimos, estamos conectados con una realidad invisible y sobrenatural, imposible de comprender por nuestra mente limitada. 

 

Pienso que esa dimensión sagrada de la realidad se ha oscurecido temporalmente por el desarrollo del racionalismo y el cientifismo, todo parece haberse hecho profano, pero queda un hueco del sin sentido que nos cuesta llenar con otras cosas. Ya no hay templos que no sean los centros comerciales o las playas abarrotadas de bañistas o los estadios deportivos y la experiencia más sagrada que conocemos hoy es el pagar con la tarjeta de crédito o con el móvil. Pero hay algo que queda en la oquedad y que ha formado parte de la historia de la humanidad en infinidad de ritos, mitos y creencias desde las cavernas en que se pintaban escenas sagradas de caza. La mente del ser humano ha sido mitológica y mística, y la última transformación es precisamente la paradoja de negar dicho hecho. 

 

La muerte misma, un hecho trascendente en nuestra vida, se despoja de sacralidad en funerales sin fe en la trascendencia, algo que ha acompañado a los seres humanos desde el origen de los tiempos. Es nuestra mente racional y analítica que quiere convertir todo en materia cognoscible la que depara una interesante pausa en el camino. Pero yo auguro que será la propia ciencia y razón las que con el tiempo llegarán de nuevo a la dimensión sagrada, olvidada en medio de fragmentos que no significan apenas nada y que reducen la existencia humana a algo simplemente material. 

 

Hay un hueco que no notamos porque se nos ha hecho connatural, pero algún tiempo volverá a reclamarnos algo que tenemos dormido -aunque sigue latente-, a eso hace alusión Mircea Eliade. No sé qué forma adoptará, ni que fes responderán a ello, pero pienso que el espíritu del hombre desde sus orígenes volverá a hacerse presente. 

28 comentarios:

  1. Lo escribí hace tiempo en algún otro comentario, hemos cambiado de dioses, más terrenas, más.. profanos, sí. Somos demasiado modernos para creer en cirios, vírgenes y oratorias, p)ero abrazamos los cristales mágicos, la homeopatía y cualquier otra porquería que nos pongan por delante. Son creencias más individualistas, más propias para estos tiempos en los que hemos perdido cualquier escala de valores....

    Es una reflexión interesante la que traes hoy, ya nos irás contando la evolución ;

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    1. La estructura del hombre moderno, arreligioso, tiene raíces profundas, aunque inconscientes, en el homo religiosus, y hay multitud de mitos que perviven en una sociedad profana que conecta con los ciclos o con los arquetipos religiosos del pasado. Las fiestas -el año nuevo (renovación de la vida, vuelta al principio), las celebraciones o ritos de paso-, las pruebas que vamos superando en la vida --que son como las tareas del héroe mitológico -enfermedades, retos intelectuales, pruebas que nos ponemos a nosotros mismos, viajes iniciáticos...-, nuestro trasfondo psicológico que descansa en el inconsciente del que habló Freud y que está lleno de arquetipos...

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  2. Ahhhh ¡ , el gran Mircea Eliade, básico para los estudiosos de las religiones.
    Y a lo que vamos.
    Es muy importante lo que nos pones y que lleva a preocuparte: "la idea de lo sagrado en pugna con una civilización desacralizadora que condiciona toda experiencia a una trivialidad y banalidad sobrecogedoras".
    Tuve la gran suerte de tener un curso con Lluis Duch, Dr en Teología (Tubinga), monje de Montserrat, docto en arameo y sánscrito y escritor.
    Decía que en nuestra generación los valores supremos eran la estabilidad, el ahorro, la familia, las amistades, la fiabilidad, en una palabra, incluso la religión, pero que todo eso se ha ido acelerando en cantidad de propuestas y valores que en vez de ayudarnos nos entorpecen. No nos da tiempo a asumir nada, y es por ello (aquí se acercaba a Unamuno), que vivíamos en una angustia permanente (estado permanente de congoja), y que era como la comida, que podías comer más deprisa, pero no podías acelerar la digestión.
    Decía que con el neopositivismo, se habían confundido la "auctoritas" con la "potestas"; la autoridad con el poder, y que con este se habían perdido los valores que hasta el momento eran válidos. Y que en la pérdida de esos valores entran también los religiosos y trascendentales, tales como la dignidad, la austeridad o la caridad.

    Volveremos a renacer, no te quepa duda, Joselu, y volverá a tener importancia el apretón de manos, la sonrisa cálida y la fiabilidad en el vecino.
    No hay civilización que no haya sucumbido, ni otra que no nazca.
    Nuestra obligación es aportar a los que vienen los valores y el ejemplo, porque aunque los consejos valen mucho, el ejemplo es vital.
    Seguimos con esta entrada. Estoy a la espera de más aportes.
    Un abrazote


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    1. Leo muy lentamente porque las aportaciones de Eliade son muy motivadoras repasando las cosmogénesis en las diferentes culturas y que nacieron ya hace tres mil años, aunque precedidas por los mitos del paleolítico y el neolítico. La conformación profunda de la humanidad es religiosa y ello implica una serie de valores y mitos que siguen perviviendo a pesar de una realidad que parece contradecirlos. Tuvo que ser para ti una experiencia fabulosa tener a tan sabios maestros en la facultad de teología y filosofía. Has hablado de ellos en repetidas veces y me admiro cuando vas hablando de ellos. Hoy de Lluís Duch. Tuvo que ser un privilegio que refuerza en ti una serie de aspectos y valores de la vida. Parece que en la política vale todo y cambiar de opinión en veinticuatro horas y todas las veces que haga falta. Estoy de acuerdo contigo en que la obligación nuestra es aportar a los que vienen valores y el ejemplo, más allá de los consejos.

      Un fuerte abrazo.

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    2. Efectivamente, Joselu, en los siete años que estuve estudiando allí, tuve la oportunidad de tener muy buenos profesores, los mejores los metafísicos, como Duch, Torralba, Via Taltavull, Ignasi Boada, Pániker, Montserrat, hoy decano en la Facultad de Filosofía... Me dejo muchos que vinieron a impartir clases de posgrado, y eran espontáneos, aquello era un disfrutar,

      Te dejaré una película que me recomendó Ignasi Boada, cuando me llevaba el trabajo de posgrado sobre Aristóteles y su metafísica.
      Te aseguro que es una de las películas más bellas que he visionado, en la que Gabriel Marcel, Theilard de Chardín o Mounier podrían , haber sido su guionista y que nos induce a pensar que algún día, el ser humano, volverá a ser humano y a pensar en los demás.
      Se trata de: El silencio de la mar
      https://www.youtube.com/watch?v=f7Uv1CF4gC4

      Un abrazo

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    3. [video]https://www.youtube.com/watch?v=f7Uv1CF4gC4[/video]

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  3. Joselu, apenas nos da tregua, nos es un lírico para concesiones, y emerge en su blog una de las figuras más colosales del pensamiento del siglo XX, Mircea Eliade. Al que siempre leí de forma interpuesta, es decir, a través de otros autores, en los contornos de sus obras. A pesar de que un amigo , me había recomendado Mito y realidad, que nos invita a explorar los confines de lo sagrado y lo profano. Siempre me han atraído las mitologías antiguas, como a través de las obras de arte, el ser humano percibe lo divino. Pero me decanté por ese racionalismo presunto de la ciencia, que también tiene sus mitos y religiones que profesar. Y me desvestí erróneamente de esa trascendencia. Quizá sea el momento de retomarlo y como tú dices, de la mano de Eliade, beber a sorbos cortos esa trascendencia que forma parte de lo más profundo de tu conciencia. Un placer leerte. Tengo deberes. Muchas gracias por rescatarnos del olvido a este gran pensador e historiador de religiones. Hace poco, me atrajo el mundo sacro de los Sumerios. Un saludo para Tot, que en estos asuntos se crece todavía mas.

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    1. Todo es necesario, Sergio, pero tal como dices, en pequeños sorbos.
      Te decantastes por las Ciencias, que son, a mí modo de ver, imprescindibles, pero no menosprecias lo trascendente, lo no medible, lo incontable.
      Eso te honra.

      No hace mucho, le escribí a otra persona, sobre el bloc, que lo mantenía porque hay una decena de personas, no más, con las que disfruto y aprendo, te lo puedes creer, y con las que puedo y deseo, intercambiar palabras.
      Esas no más de diez personas forman parte de mi círculo, y les tengo aprecio.
      Puedes, podéis ambos, Joselu, daros por aludidos.

      Si puedes, visiona la película que he dejado a Joselu, es trascendente.
      Un abrazo.
      Gracias

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    2. La literatura acádica es el primer resto de escritura en tablas cuneiformes y allí está el poema de Gilgamesh, primera epopeya conocida de nuestra historia. El poema refiere las aventuras de Gilgamesh y Enkidu -primero su enemigo y luego su amigo del alma- para buscar y conseguir la inmortalidad que poseen los dioses. La búsqueda de Gilgamesh, tras la muerte de Enkidu, es coronada por el fracaso. Es la primera obra que hace énfasis en la mortalidad humana.

      Por otra parte, Eliade habla de las hierofanías -manifestaciones de lo sagrado- de las que a veces en nuestras vida tenemos conciencia. Han formado parte de la conciencia de la humanidad desde el paleolítico. Recorrer con Mircea Eliade la historia de las creencias, mitos y religiones es apasionante.

      Pienso que a pesar de que vivimos un tiempo arreligioso, persiste un ansia de lo sagrado inconsciente en multitud de manifestaciones de todo tipo. No voy a enumerarlas, pero son evidentes situaciones o estados individuales o colectivos que expresan esa necesidad de una dimensión trascendente que ha sido arrojada fuera por el racionalismo extremo.

      He estado recientemente investigando los efectos de drogas psicodélicas como el LSD y la psilocibina y en todas las referencias que hay en su consumo terapéutico se produce un estado de comunión mística con la naturaleza y con algo que nos supera, la dimensión divina o cósmica. El ser humano tiene dormido este sentimiento de lo sagrado, pero está latente. La estructura profunda de la humanidad ansía lo sagrado, aunque no lo sepan las masas que llenan los centros comerciales y todo lo que nos lleva a ser esencialmente "homos consumidores".

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  4. Para mí es una gozada leerte cuando compartes tu experiencia y sabiduría,Tot. Te pones en modo Top, como dicen los críos, al explicar cosas complejas de forma muy divulgativa. Y créeme que es difícil. Alguna vez que tengo que explicar cuestiones muy técnicas financieras a una audiencia que no frecuenta estos asuntos, siempre me quedo corto o largo. En cuanto a Eliade, lo tengo en el casillero como otros autores que me gustaría leer de forma no interpuesta. He leído a Marx pero no a Hume ni a otros filósofos que cuando lo he intentado, me parecen oscuros. En el sentido que mí conocimiento no es capaz de mirar adentro de sus teorías. Kant, por ejemplo.Un abrazo,Tot. A mí me encanta sobrevolar estos predios, porque personas tan brillantes como tú o Joselu, nos forzais a mirar más allá y a un continuo aprendizaje. Un abrazo.

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  5. SERGIO, JOSELU...
    Cuando os venga de gusto entrad en esta página...insuperable
    https://canal.march.es/es

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  6. Existe un libro reciente sobre explicación científica de la existencia de Dios. Un beso

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    1. Conozco alguno de ellos e incluso he leído alguno pero eso de que haya una explicación científica de la existencia de Dios es complicado, porque eso entra dentro del tema de la propia conciencia y la fe. No hay explicación que pueda "demostrar" dicha existencia, puede haber reflexiones más o menos atinadas sobre su necesidad cósmica, pero la fe en un dios concreto, Jesucristo, por ejemplo, es eso, terreno de la fe.

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    2. Leibniz empezó esa labor, con un sistema tan fascinante como complejo. Si alguien le hubiera preguntado sobre la existencia de un Dios, quizá habría dicho aquello de "calculémoslo". Me parece una de las mentes más fascinantes del pensamiento universal. Como matemático, es fundamental, junto a Newton para dar lugar al cálculo infinitesimal, que tantas disciplinas abarca. Era un polímata, dominaba todo, pero fue en filosofía, matemática, y física donde sus aportaciones fueron imprescindibles. En cuanto a la demostración de la existencia de un Dios, me consta que no fue el único. Por apuntar alguno. Un saludo a todos.

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    3. Uno de los libros a que puede hacer referencia Susana es ¿Ha enterrado la Ciencia a Dios? de John C. Lennox, ensayo sumamente interesante para el debate entre interpretaciones ateas y teístas, que se lee con fruición y que puede dejar muchos interrogantes en pie.

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  7. No me preocupa el tema,porque me reconozco católico, así que no he dedicado ni un minuto en este tema.El agnosticismo es lo que impera en la sociedad actual,muy respetable.Algunos se declaran ateos,con una fe envidiable(pero no es la mía).Otros buscan la verdad y la fe,leyendo,en todas las religiones,muy respetable,les deseo(aunque lo dudo),la encuentren.
    Lo curioso y noto,es que en las series,películas,novelas(cuando leía),las personas quieren buscar respuestas a sus dudas,aunque no sean creyentes .
    Saludos


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    1. Es un diálogo imposible porque tú ya posees todas las respuestas y no necesitas ahondar ni buscar más porque lo que tienes se surte y te sirve. Pero a mí no. Saludos.

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  8. Y un poquito más, Joselu, dado que hablas de trascendencia, tema que creo muy interesante. Nos dices: "La muerte misma, un hecho trascendente en nuestra vida, se despoja de sacralidad en funerales sin fe en la trascendencia, algo que ha acompañado a los seres humanos desde el origen de los tiempos..."

    Cuando alguna corriente filosófica nos dice que: "Sólo se puede saber lo que es verificable", o bien, "la verdad está sólo en lo que es comprobable", nos está diciendo que:
    por NO tener básicamente propiedades numéricas, los conceptos en los que se basan estas teorías (en este caso las neopositivistas, las empiristas lógicas), no podemos saber qué propiedades numéricas buscar en los datos, (cualesquiera que sean estos), dado que las medidas que presentan NO son válidas porque imponen procedimientos numéricos externos, tanto del mundo social observable, descrito empíricamente (por la experiencia), como en las contextualizaciones basadas en dichas prescripciones.
    Cuando leemos a Erst Mach en su" Comprensión empírica del mundo" nos damos cuenta de que los que viven en un mundo tecnológico (que es el que nos ha implantado el sistema), tienen como convencional que todo conocimiento ha de pasar por la experiencia, y que la palabra "trascendente" ni es convencional, ni se le puede cuantificar, ni se puede validar por experiencia, pues, no se puede condicionar la palabra en nombre de una idea.
    Así, si podemos decir, a cambio, que una cosa es in-trascendente, pues decimos que no tiene valor, ni absoluto, ni relativo, pero en la línea de pensamiento filosófico analítico decir que una cosa es trascendente, refiriéndose a lo espiritual, al no ser comprobable no se le acepta por verdadera.
    Por ello, los metafísicos, los que creemos en aquello que no puede ser verificable cuantitativamente: amor, amistad, fe, trascendencia, bondad, placer... están en contra de postulados que solo basan su modelo en aquello comprobable por experiencia:
    Si uno pregunta: ¿Me quieres?..¿si? ¿Cuánto me quieres del uno a mil? sería una pregunta intrascendente, sin sentido. A una persona se le quiere, o no. No hay más.
    Al haber abolido la filosofía de las aulas como materia primera de estudio, se ha abolido la facultad de pensar, de hacer preguntas, dado que la filosofía no da respuestas, pero nos ayuda a hacer preguntas, esas que después nos apoyan con las ideas que nos hacen ser células de resistencia contra toda la banalidad que nos venden los medios y las redes.
    Y eso sí que es trascendente.

    PD: Perdón, no quería hacer de esto ni una clase, ni un dogma de fe, ni una aseveración, solo clarificar que es lo que conocemos por trascendente y a que nos lleva abocado el suprimir filosofía de las asignaturas de secundaria.

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    1. Estos días leo una biografía sobre Isaiah Berlin que estuvo muy presente en la conformación del positivismo lógico y asistió a numerosos debates entre sus defensores. Berlin al final se terminó cansando y vio en el positivismo lógico un camino sin salida. Copio un fragmento del libro que estoy leyendo con una cita suya...

      En el momento de publicación de uno de sus últimos artículos elaborados en estilo analítico, “Logical Translation”, en 1950, el escepticismo hacia el positivismo lógico empezaba a adoptar tintes de sarcasmo. Este artículo es un ataque a las consecuencias reduccionistas de buscar “proposiciones incorregibles”; la búsqueda de tan áridas islas de certidumbre era una pérdida de tiempo. Cuando más exacto se hacía nuestro lenguaje, tanto menos era lo que en efecto podía decir:

      Para decir algo significativamente sobre el mundo tenemos que introducir algo más que la experiencia inmediata [sea lo que sea lo que pueda significar “inmediata”], a saber, el pasado y el futuro, y objetos ausentes y otras personas, y posibilidades incumplidas y juicios generales e hipotéticos, y así sucesivamente. Y si todos éstos, debido a que no podemos certificar que sean ciertos, se eliminan, al final no queda literalmente nada. No podemos hablar sin incurrir en algún riesgo, al menos en teoría; la única forma de estar absolutamente seguros es no decir absolutamente nada.

      Ignatieff, Michael. Isaiah Berlin (Spanish Edition) (pp. 125-126). TAURUS. Edición de Kindle.

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  9. Buenos días, confieso que ninguna religión me atrajo nunca y esto no lo digo con orgullo más bien con extrañeza. Nunca sentí creencia religiosa alguna-
    A lo que más me he acercado es a "una sensación de estar en comunidad con tu entorno" y eso me ocurría algunas veces en el monte estando yo solo y dejando que mi mente fuese por donde ella quería después de concentrarme en un insecto, una hoja, el tronco de un árbol, un girasol que brotaba en una grieta de una carretera abandonada u otra cosa sin más importancia y con ciertas "ayudas" que mencionabas por ahí.
    La religión, tal y como la veo yo, sobre todo es esperanza, es saber y creer que después de muerto hay algo más. Esta creencia ayuda a que el Hombre se socialice con éxito y que no se canibalice más de lo que ya hacemos. Nos auto censuramos la conducta pensando que si actuamos bien tendremos otra vida después mucho mejor. No lo veo mal desde un punto de vista pragmático, nos hace la vida mejor y en principio no debe molestar a nadie.
    En la sociedad actual hemos quitado a los héroes y a las religiones porque somos unos fatuos que nos creemos magos. Vamos a un cajero y sacamos dinero, vamos a una tienda y compramos la comida que queremos, nos montamos en un coche y un tío va de Burgos a Barcelona en cinco horas y media lo que hace 150 años podía considerarse magia.
    Nos vemos poderosos y ya tenemos "la magia".
    Pero sigo pensando que los héroes son necesarios. Cuando digo héroes me refiero a la gente que dice no a la injusticia, las personas que se rigen por un código moral y ético y lo mantienen.
    Los que siguen defendiendo que la Verdad tiene fuerza y no está sujeta a interpretaciones en su concepto absoluto, los que defienden a los débiles, los que procuran Cultura a los ignorantes, los que enseñan a trabajar a quien no tiene trabajo, los que todavía creen en el Hombre, son faros de civilización en un mundo donde se justifican muchas atrocidades en nombre de un supuesto bien común. Quizás esto sea religión o forma parte de muchas religiones, no se.
    Si pienso que el retorno de la religión vendrá con la próxima crisis, cuando "la magia" se rompa y tengamos que volver a tener esperanza como elemento de supervivencia, sin esperanza estamos muertos.
    Un saludo.

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    1. Una honda reflexión la tuya, Daniel, en un tema que no es habitual en ti, y que me ha llevado a pensar que en ti no es ajeno ese sentimiento de lo sagrado, sea como contemplación de la naturaleza en medio del bosque o en tu percepción de que tienen que existir códigos de honor en las relaciones entre las personas. Le he llamado honor pero me refiero a que sientes que la palabra ha de tener un valor y representar un compromiso de una verdad que se vive como tal. Cuando vendes un camión participas de un código sagrado en el que es la base la confianza de que estás diciendo la verdad y no estás engañando para conseguir la pasta, algo que se volvería en contra de ti en la próxima ocasión cuando alguien conociera tu engaño. Sabemos demasiado actualmente de individuos que un día dicen una cosa y dos días después la contraria sin el menor empacho ni vergüenza. Y si es necesario volver a retorcer las versiones, se hace de nuevo porque el valor de la palabra es meramente funcional para lograr engañar a los compradores que se dejan engañar o comprar. Es la versión de la amoralidad más absoluta, como se ha dicho repetidamente, pero ¿qué es la verdad en el tiempo de las fake news?Sentir que hay algo sagrado en los compromisos que asumimos, en nuestras tareas y funciones, en nuestro desempeño diario, es algo que debería ser normal, pero no lo es. Me ha gustado tu comentario que conlleva confianza en el Hombre que es capaz de alzarse por encima de su miseria. Pensaba que mi post no iba a tener demasiado recorrido pero por las aportaciones que ha habido, estoy muy contento. Un saludo.

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    2. Honor es una palabra que suena bien si se emplea bien. La verdad es que si yo te pregunto la hora en Burgos me digas la hora en Burgos no en EEUU, ni en Turquía, ni siquiera en Canarias aunque la hora de Canarias, la de Turquía y la de EEUU sean verdad en el mismo momento que te pregunto la hora.
      Uno es fiel a lo que dice y hace lo que dice y si alguna vez he tenido que rectificar por error lo he dicho, "me he equivocado y asumo mi responsabilidad", la inmensa mayoría de las personas comprendemos los errores porque todos los cometemos, lo que es difícil de perdonar es la mentira intencionada como arma de venta. Eso es de ser un miserable y un sinvergüenza y a cada uno hay que llamarle lo que es. Me resulta del todo incomprensible que votantes que legítimamente votaron a una opción que les ofrecía unas cosas, cuando 48 horas más tarde de las elecciones los "electos" hagan otras cosas totalmente contrarias al discurso ofrecido justifiquen esta conducta e incluso algunos la aplaudan. ¿Que aplauden? ¿El discurso ofrecido o los hechos perpetrados? Porque ambas cosas es imposible. El político que hace esto es un sinvergüenza y debiera ser expulsado directamente de cualquier actividad pública. Porque una cosa es una evolución del pensamiento fruto de un cambio de circunstancias y otra cosa es esto. Se que soy muy pesado con esto pero me parece tan grave que seria un insulto que lo dejáramos pasar y mucho peor justificar. Honor es no hacer este tipo de cosas, por lo menos para mi.
      Un saludo.

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    3. Creo que has caracterizado con exactitud el sanchismo aliado del zapaterismo y que revela una absoluta falta de escrúpulos para engañar a los electores que en realidad no saben qué eligen. Los nazis llevaban a los judíos a las cámaras de gas diciéndoles -no esto- sino que los llevaban a nuevos asentamientos y que había que tomar unas duchas previas. La comparación es muy extrema pero en ambos casos expresa una mentira consciente para obtener un resultado, la no resistencia, la sumisión. El final es el engaño, la estafa o la muerte en el caso de los judíos. Lo paradójico es que muchos de los que fueron engañados prefieren eso -aunque tal vez lo reconozcan- antes que gobierne la derecha -lo que llaman fascismo y es un pánico arteramente inoculado para soportar todo menos eso-. Prefiero ser engañado una y otra vez antes que venga Vox. Saludos.

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  10. JOSELU:
    Torralba, del que hablé hace tiempo, fue uno de mis profesores, cuando era (él y yo) mucho más jóvenes.
    No sé si podrás leer el artículo, lo enlazo. Lo encuentro trascendente, y va al hilo de toda esta entrada.
    https://www.elperiodico.com/es/sucesos/20240317/catedratico-ramon-llull-muerte-hijo-picos-europa-accidente-99597102
    Dice, entre otras cosas que: La fe es una apuesta, una confianza, pero no una demostración racional.
    Un abrazo

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    1. Sí, lo he podido leer aun sin ser suscriptor y me ha parecido encomiable la serenidad de tu profesor ante una pérdida tan imposible de asimilar. Y me ha gustado que tenga una concepción de Dios no como un lampista que tenga que venir a arreglar nuestros problemas y desdichas, o a impedirlas, claro. No sé si su fe es cristiana porque no lo menciona, pero parece haber pocas opciones distintas para la idea de un dios. Los revolucionarios franceses hablaban de un Dios, arquitecto del universo pero que no intervenía en nuestras vidas. Eran deístas no cristianos, pero el problema es que ese Dios es frío y distante. El cristianismo ideo un dios carnal y humano que parece compartir nuestro dolor. Esta encarnación de dios en un ser humano no deja de ser una invención, un mito, pero que ha tenido una fuerza sorprendente por inverosímil que pueda ser en un mundo moderno. Fue una invención tras la muerte de Jesús de Nazaret que generó una religión que ha marcado la historia. En todo caso, no hay muchas más alternativas que conlleven consuelo en los momentos de sufrimiento. Muchas gracias por tu aportación al debate que ha sido valiosísima. Pienso que el profesor Torralba es un docente muy estimulante y que ha sufrido el zarpazo más doloroso que pueda concebirse. Un abrazo.

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  11. [Extraits du Prospectus annonçant la publication d’Esprit, Mounier 1964: 489-490].
    ¿Cómo no estar en permanente revolución contra las tiranías de esta época? Condenamos en ella: una ciencia separada, con demasiada frecuencia, de la sabiduría, y bloqueada en ocupaciones utilitarias; una filosofía vergonzosa, ignorante de su tarea y de los problemas que nos afectan, que mendiga a la ciencia una verdad que presenta por adelantado como relativa, y apenas capaz de demostrar que la ciencia no puede alcanzarla; unas sociedades gobernadas como casas de comercio y que funcionan como tales; economías que se agotan tratando de adaptar el hombre a la máquina y de extraer sólo oro del esfuerzo humano; una vida privada desgarrada por los apetitos, desquiciada, abocada a todas las formas de homicidio y de suicidio; una literatura cuyas complicaciones y artificios la separan de nuestra naturaleza, o atascada en un tiempo que ella debería inspirar; la indiferencia que nos llega por parte de quienes tienen al mundo entre las manos y lo envilecen, lo derrochan, o lo desprecian. No hay ninguna forma de pensamiento o de actividad que no esté esclavizada por un materialismo propio. Por todas partes se imponen al hombre sistemas e instituciones que lo desprecian: el hombre se destruye cuando se pliega a ellos.

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    1. Este texto tiene ahora sesenta años, y el mundo ha experimentado cambios imposibles de imaginar por Mounier que considera la realidad de su momento como deshumanizada en todos los frentes: una ciencia utilitarista separada de la sabiduría; una filosofía que ignora el sentido de su tarea y que mendiga a la ciencia una verdad que sabe relativa y que de paso sabe que no podrá alcanzar; una sociedad capitalista que exprime al ser humano su esfuerzo para general más capital; una vida entregada a los apetitos; una literatura llena de artificios y complicaciones formales separada de nuestra naturaleza; la indiferencia de quienes teniendo el poder envilecen el mundo o lo desprecian, y en definitiva, el mal mayor es el materialismo ante la servidumbre de la humanidad que se pliega ante él.

      Es un discurso moralista, tal vez anticuado, ante las revoluciones que iban a venir al mundo y que lo transformaron totalmente. Pienso que es el discurso de un hombre sabio pero que no comprendía el mundo en que vivía. Algo así siento cuando leo a Tolstoi como pensador y moralista tiempo atrás. La historia se nutre del instinto depredador del ser humano, de sus peores instintos, de su superficialidad, de su indiferencia, de su cobardía, y a la vez en medio de tanta miseria todavía hay seres humanos que buscan hacer un mundo mejor, estos héroes son los que valen. Salut, Miquel.

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