viernes, 7 de noviembre de 2025

El presente es superficialidad, epidermis, juego….

Este texto resume mi entrada de mi diario en agosto de 2019 en que estaba leyendo el libro The Game de Alessandro Baricco. En él se cifraba que la tecnología había transformado al ser humano haciéndolo más ligero y superficial, burbujeante, lejos de la profundidad y la complejidad del pasado. Les dejo con mi resumen que puede ser muy bien aplicable a hoy día...

 

Baricco considera –acertadamente- que la aparición del Iphone en 2009 presentado por Steve Jobs fue la culminación de un proceso en que el teléfono fue reiventado como experiencia lúdica. Sencillo y simple por fuera –para el usuario- y complejo por dentro. Y ya desde entonces se evidencia el carácter de juego (the game) de nuestra relación con la tecnología a diferencia de los primeros toscos primeros móviles. Añade que “el juego” es el fundamento de nuestra civilización frente a la idea de adquisición del conocimiento mediante el esfuerzo y el ahondamiento progresivo en una suerte de pirámide del conocimiento. Ahora todo debe ser fácil, simple y lúdico. Y, por supuesto, asumiendo la estética de los videojuegos que estuvo ya presente en los space invaders con que comienza su ensayo. 

 

Un visionario extraordinario fue Stewart Brand que escribió que hasta entonces se había intentado cambiar la esencia del ser humano sin ningún éxito. Y él proponía que lo que había que hacer era cambiar las herramientas que este utiliza en lugar de intentar transformarle con filosofías o religiones. Así el hombre se acomodó al icono de pantalla-teclado con entusiasmo hasta llegar al iphone que transformaría totalmente el modo de estar en el mundo de las personas. Pienso esto y no me cabe duda de que es cierto. Nos hemos acomodado con entusiasmo a la tecnología porque en cierta manera su idea de unión con la máquina y el juego son parte fundamental de nuestra esencia humana. 

 

Otra reflexión que me viene es a propósito de este fundamento que rechaza la profundidad y la complejidad del pasado en favor de la sencillez y la superficialidad. Ahí nos encontramos con la infantilización progresiva de la humanidad adaptada solo a lo simple y superficial, y eludiendo el pensamiento más profundo. Antes enlazaba un artículo de Peter Sloterdijk en que expresaba que este era un mal tiempo para el pensamiento complejo. Las herramientas que nos han proporcionado han llegado en el momento oportuno, es como si las estuviéramos buscando porque huyéramos del pasado complicado y denso, y, así, la superficialidad se ha adueñado del mundo. Hemos reivindicado nuestra dimensión de niños disfrutando con juguetes divertidos. Ahora todo tiene que ser divertido, llevar un ritmo ágil y rápido que se adapta a nuestro fluir interno. El arte o la literatura del pasado son lentos, complejos… Pienso en las vanguardias de principios de siglo que asumieron que el arte era juego, así el ultraísmo, el creacionismo, el futurismo –y su reivindicación del cine, las máquinas y la velocidad-, el cubismo, el surrealismo… Está claro que el arte ya asumía la idea de ironía y de juego como constitución interna de la creación. Ya lo estábamos intuyendo. Los hombres nos hemos hecho niños y no nos gusta ya lo complicado. Este proceso lo vi con mis alumnos. Recuerdo el placer que suponía el pensar a los alumnos de la década de los ochenta y noventa, y cómo se fue transformando en la transición del milenio para llegar definitivamente a mis últimos años como profesor en que definitivamente a mis alumnos no les gustaba ahondar ni pensar. Solo les atraía la superficie, el juego… Tenían escasa capacidad para relacionarse con cosas complejas y la literatura lo es, y de allí su renuencia ante la lectura. Toda la literatura que yo utilizaba en los años ochenta y noventa había quedado defitivamente envejecida. Yo lo vi, lo describí en el blog, pero desconocía qué había pasado y por qué. Ya sabía que era la tecnología el vehículo de la transformación de la mente de mis alumnos pero desconocía cómo. 

 

18 comentarios:

  1. Parece que hubo un problema con la publicación de mi comentario.
    Venía a decir que, en efecto, el juego, la superficialidad y el infantilismo están presentes en cualquier realidad que queramos señalar, especialmente en el ámbito familiar y en el educativo. Todo debe ser fácil, simple y divertido. La cultura del mínimo esfuerzo y la fiesta permanente.
    A todo esto solo cabría añadir el ingrediente que señalaba Guy Debord: la cultura del espectáculo, una sociedad donde las relaciones sociales se han transformado en una colección de imágenes y representaciones, donde lo importante es la apariencia y el consumo. El espectáculo lo domina todo y el consumismo es el motor que le da sentido. Un ejemplo representativo y muy ilustrativo de todo ello son las ceremonias de graduación: juego, banalización de la cultura, teatro, fiesta...

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    1. Esto lo escribí en 2019, pero desde entonces he evolucionado y pienso que el ser humano sigue siendo complejo y profundo aunque todo apunte a la superficie. La vida sigue siendo un desafío. Nacer en una familia con la que tienes los conflictos más importantes de tu existencia, crecer, ser capaz o no de amar, reproducirte o no -tener hijos es algo decisivo-, envejecer, decaer y morir, necesariamente nos hace serios aunque en la superficie juguemos a ser banales. Entre el Joselu de 2019 y el actual ha cambiado la idea de compasión. Cuando veo a un ser humano por frívolo que me parezca, veo a alguien como yo, todos estamos necesitados de amor. La idea de un mundo inane, por tecnológico que nos parezca, por estúpido que nos resulte, no es cierta. He querido traer un texto del pasado para ver cómo he evolucionado. Estoy de acuerdo en lo fundamental de lo que escribí pero ha variado mi mirada. Todo ser humano está desnudo ante la existencia, y esa desnudez me resulta hermosa. Sea quien sea. Sea quien sea. Repito mi aseveración. Saludos.

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  2. Mis hijos leían y recuerdo que eran ya casi los únicos que lo hacían en sus clases al principio del milenio. Un beso

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  3. En realidad,
    todo esto
    empezó,
    hacia el
    año 2010/11,
    con la llegada
    de las redes
    sociales,un
    saludo.

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    1. Las redes sociales fueron una consecuencia inevitable de los smartphones de Steve Jobs. Sin ellos, las redes sociales no hubiera sido lo que han sido.

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  4. Una más que interesante entrada, JOSELU. Estoy muy de acuerdo en lo que nos expones, pero además lo estoy en la conformidad de los escritores que nos citas, Peter Sloterdijk, por ejemplo. De él no se tendría que dejar pasar sin leer un solo libro, Crítica de la razón cínica es, creo, un buen libro para conocer su pensamiento.

    Dices: "Ahora todo tiene que ser divertido, llevar un ritmo ágil y rápido que se adapta a nuestro fluir interno", y llevas razón, pues todo se hace, se construye para que sea efímero, rápido, y las cosas se necesitan "para ayer". No hay espera, ni paciencia, ni existe el ahorro, ni el futuro para utilizar lo que en teoría se hubiera ahorrado, porque todo ha de ser al momento: "lo quiero, lo pido y lo tengo". Esto hace que pensemos poco, y solo reaccionemos si lo que deseamos no está al momento.
    Y efectivamente, "Toda la literatura que yo utilizaba en los años ochenta y noventa había quedado defitivamente envejecida.", como ha quedado el Larrousse, que aunque diga verdades, las tienes que buscar y hoy solo se ha de pedir a la I.A para obtener la respuesta.
    Hemos perdido incluso la capacidad de curiosear.
    Un abrazo


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    1. He vivido un fin de semana hace quince días que me ha hecho ver que hay mucha gente interesante y profunda. Pienso que paralelamente a una sociedad frívola, crece una necesidad anímica de espiritualidad. El ser humano está tan desnudo ante la existencia y ante la historia que necesariamente ha de buscar en la profundidad. La tecnología nos lleva al juego y la banalidad, pero paralelamente surgen otras necesidades existenciales. El siglo XXI será religioso o no será. Esto lo dijo alguien cuyo nombre ahora no recuerdo. Al lado de la banalidad más estrepitosa nace la necesidad espiritual. The Game de Alessandro Baricco es un libro optimista sobre la tecnología y yo lo juzgué negativamente porque me daba cuenta de que nos habíamos hecho todos más superficiales. Ahora no pienso lo mismo. El vacío, la nada, engendran su contrario. No toda la historia está acabada. La frivolidad, la epidermis, el juego, encubren una dimensión que está apareciendo. Actualmente, en los cines hay una película que se titula Los domingos de una adolescente que a los diecisiete años quiere profesar como monja. Esto hubiera sido inimaginable hace veinte años. Estamos dando la vuelta. Todo es simulacro, pero volvemos, volvemos, hacia la profundidad... Un abrazo.

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  5. Buenas noches Joselu:
    Leyendo ,esta entrada y viendo que ya hiciste en su momento una reflexión acerca de los comportamientos tan frivolos en gente adulta y no tanto.Yo llevo peleando ,cada inicio de curso, con no ser tutora y, cada vez que lo expongo,otra vez.Me molesta por el comportamiento de los padres ,los discentes están en una edad de aprendizaje y cada época tiene ese lado chungo.La tecnología: nos ha aportado a la humanidad una mayor eficiencia y productividad para unas tareas,ha revolucionado la comunicación, en Salud etc etc etc.La parte negativa, es el aislamiento social y su dependencia...Por eso desde las aulas se tiene que trabajar esa curiosidad porque sin ella no hay creatividad.
    Mira no viene al caso ,pero voy a contar un poco : yo vengo de una familia de galenos,abuelo, padre,hermanos, tíos...
    -Mi negativa ante mi padre de estudiar Ciencias ( eso me supuso,no dirigirme la palabra duranteun tiempo)...Recuerdo cuando abrir el blog,toda La ilusión que pusimos unas cuantas: entre arquitectura, Bellas Artes, y el nombre fue en honor a un compañero muy querido que nos animó a crearlo y falleció.
    Y, repito :(cada época tiene su china)
    Un abrazo estoy peleando para ponerte en el dorsal del blog,antes tenia "Profesor en la Secundaria "

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    1. Ayer vi en la terraza de un bar a un padre de mediana edad embebido en su móvil mientras su hija de siete u ocho años le hablaba sin que él le prestara la más mínima atención. Así un par de minutos en que ella quería hablar con su papá, pero él estaba en otro sitio. Al final, ella se puso a mirar el móvil, ese artefacto que era más interesante que ella para su papá. Me dio mucha pena, y advertí que esto es más común de lo que debiera. Las máquinas nos poseen y exportamos ese comportamiento a los hijos que, en cuanto puedan, pedirán un móvil para hacer lo mismo que sus padres. Sí, aislamiento y dependencia. Los que estáis en las aulas tendríais que hacer ver a los chicos esto.

      Mi padre también se sintió decepcionado de mí porque él quería que fuera arquitecto -como él-, abogado o ingeniero, y yo me dediqué a la literatura, imagínate, qué frustración para él.

      Un abrazo, Bertha, muchas gracias por tu presencia.

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  6. Estoy con tu análisis de 2019. Tú has evolucionado más que yo, que sigo teniendo la misma percepción que tenía en 2019 respecto a los asuntos que tratas. Tan plenamente de acuerdo que podría haberlo firmado yo, si supiera escribir. Ahora tienes un atisbo de esperanza de que todo aquello pueda suscitar una reacción, que —según tú— ya ha empezado a producirse. Ojalá sea así.

    Me di cuenta de que los tiempos estaban cambiando cuando en 2005 un alumno me pidió que le diera mi dirección de Facebook; me lo preguntaba a mí, que no tenía ni pajolera idea de que eso existiera, no sabía de qué c*** hablaba. Pero por entonces era sólo en los ordenadores, aún no había teléfonos inteligentes ni podíamos siquiera sospechar que Internet fuera a estar en el futuro en los móviles. Por entonces, los alumnos crearon una cuenta falsa de Facebook con el nombre de un profesor de filosofía del instituto, en la que se mofaban de él, de sus nulos conocimientos para dar la asignatura (¡qué sabrían ellos!) y de sus clases. Al cabo de poco tiempo, el hombre se tiró a la vía del metro en plaza Cataluña en la Nochevieja, aunque espero que tuviera otros motivos de mayor fundamento.

    Con esos precedentes, cuando se empezó a divulgar lo del móvil inteligente, me puse a temblar. Los chavales usaban una red tipo Whatsapp para comunicarse y para poner como "chupa de dómine" a compañeros y profesores. Pues bien, una alumna mía —víctima de esa cacería— se ahorcó en las golfas de su casa y todo fueron velitas encendidas, ositos de peluche, flores, frases del tipo "todos somos Sandra" y toda esa pantomima. No fui capaz de advertir que estuviera existiendo eso, los profesores no siempre escondemos la cabeza del ala, yo al menos no lo hice nunca. Pero intuí entonces lo que podría suponer esa herramienta en manos de adolescentes, y no me equivocaba. Por suerte, ese año me jubilé y no pude asistir a su pleno desarrollo en tales manos.

    Un saludo.

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    1. Testimonio en primera línea de vidas rotas por efecto de las nuevas tecnologías. Me he quedado conmocionado por el profesor de filosofía y tu alumna que se quitaron la vida. Yo creo que no fui señalado -creo- por mis alumnos en ese sentido, pero sí que sentí ásperamente el daño que me hacían su desinterés, su indiferencia, su rechazo por todo lo que suponía la cultura. Pasé años de hierro y en algún momento tuve que pedir la baja por mi estado depresivo. Afortunadamente, al final de mi vida académica, topé con una promoción desde primero de ESO que me devolvió la confianza. En más de una ocasión pensé lo peor de lo peor, pero remonté y me jubilé en un año en que pude volver a ser el profesor que anhelaba, pude volver a experimentar, que es lo que más amo como docente. Desconozco ahora cómo están las aulas, aunque a veces sueño con ellas -esta pasada noche por ejemplo- pero creo que aprovecharía con decisión las herramientas de la IA para que mis alumnos aprendieran de otra manera. Me da mucha pena no haber vivido esta etapa en activo.

      Mi visión ha evolucionado, como he escrito, a ser más optimista, lo cual no es difícil porque toqué fondo y no podía caer más abajo, salvo remontar. Mi relación con el taoísmo y el zen me han ayudado a reconstruirme como persona en un nuevo sentido. Las lecturas ayudan, claro que sí.

      He participado recientemente en un retiro para experimentar las medicinas amazónicas y el contacto con personas más jóvenes que yo -era el mayor de todos- y la calidad humana de estas, me han hecho ver que hay todavía juego, que no todo está perdido, que hay humanidad, que tras hundirmos, creo que empezamos a salir de nuevo del pozo profundo en que estábamos. Era antes tan negativo que mi visión no podía ser peor. Creo que hay un principio que vale para la inmensa mayor parte de las personas: todas ansían ser queridas, amadas. Todos lo queremos. Necesitamos ser amados. Es universal. Creo que hay un renacimiento de lo espiritual y eso me gusta porque vivimos un universo oscuro y sin esperanza, entrópico, hay tanta desilusión que poner un granito de cordialidad, de afecto, es contribuir a esperar algo más. No me hubiera desagradado ser veinte años más joven para poder llevar a las aulas todo lo que he aprendido en estos años, a nivel literario y humano. Saludos.

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  7. El ser humano es juego, es nuestra naturaleza, los cuervos, los primates, también juegan, es una forma de conocer el mundo, de enfrentarse a los problemas que llegarán... Pero, claro, aquí no hablamos de juego, aquí hablamos de infantilizarnos, esa cultura donde todo tiene una recompensa. Hay un término inglés que no me gusta, pero no encuentro otro mejor, la "gamificación" de nuestras vidas. Los relojes nos dan puntos por hacer ejercicios, el duolingo te aplaude por escupir frases en otro idioma, el chatgpt te dice que eres un premino Nobel de literatura, de química o lo que te toque...

    Y, entre medias, hemos dejado de pensar, ¿verdad? De avanzar a tientas, de buscar respuestas, tropezar y volver al inicio... ¿Tiene la culpa el iphone? Nunca lo había pensado, pero quizás fue un cambio demasiado radical para el que no estábamos preparados.

    Veo a los profesores, los que deberían ser la última barrera, muy perdidos, entre el cansancio y el desánimo. No tienen herramientas y les hemos quitado cualquier rastro de autoridad, cualquier cosa que digas es rebatida por un imbécil en internet.

    ¿Dónde acabará eso?

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    1. Yo tuve un final de etapa muy interesante como profesor, tras largos años de postración. Utilicé la tecnología, la gamificación y aportaciones de la neurociencia para hacer clases que nunca olvidarán ni yo tampoco. Logré avanzar en las clases mucho más que nunca antes. Fue una buena despedida en que se aunó la gamificación y lo académico en una síntesis que fue muy afortunada, Prefiero quedarme con eso. Si fuera profesor todavía, me hubiera gustado ensayar la aplicación de la IA al campo del conocimiento para hacerla una herramienta útil para el aprendizaje.

      Es muy difícil, si no imposible, enfrentarse a la tendencia de los tiempos.

      Sin duda, el game nos ha cambiado como bien expresas y todos nos sentimos contentos cuando nos dan un golpecito en la espalda. Es un mecanismo humano que se ha hecho absoluto en nuestro tiempo.

      En los años noventa, yo era un profesor durísimo en mis comentarios a mis alumnos. Les ponía auténticas cargas explosivas cuando algo me parecía, malo, absurdo o mediocre. Un día una comisión de alumnos de tercero me vino a preguntar que por qué era tan 'borde' en mis comentarios a sus trabajos y exámenes, y yo les dije que porque me importaban y estaba seguro de que podían hacerlo mejor. Les convencí, pero esto se hizo inaplicable unos años después con la filosofía positiva. Ahora hay que comentar con sumo cuidado y atendiendo a sus sentimientos de baja autoestima. Antes se los trataba con dureza y ahora con suavidad para que no se hundan. Es el signo de los tiempos.

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    2. Es tentador pensar que "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero es inevitable sospechar que estamos creando generaciones muy poco preparados para un mundo real que, nos guste o no, es muy puñetero. Vivir en una burbuja, si nunca sales de ella, puede ser bueno, pero es imposible, en algún momento la burbuja explota y te toca enfrentarte a la realidad. Las herramientas, las armas para ese enfrentamiento, son las que te han dado tus padres y profesores, no hay nada más.

      Los juegos, la IA, son herramientas útiles en buenas manos, pero los profesores con los que hablo parecen estar cansados y sin ninguna motivación para enfrentarse ese tipo de retos sin ayuda.

      Me gustan mucho estos temas, nunca arreglo nada, pero aprendo ;)

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    3. Nadie va a ayudar a los profesores a enfrentarse a retos como la IA o la gamificación. La política oficial de las consellerías de Educacion nunca me han enseñado nada. Todo lo que he aprendido ha sido por mi cuenta investigando, y, desde luego, lleva un tiempo pero es un tiempo que puede ser muy provechoso. Yo me divertía con ello, algo que nunca hice en las charlas oficiales que nos imponía el Departament. Así que menos quejarse y más investigar de motu propio. Otra cosa es el tema de la disciplina en los centros, ese sí que es un problema peliagudo y para enfrentarse a ello hay que tener políticas serias de centro, algo que no es muy común. En ese sentido el profesor está solo.

      En cuanto a que los jóvenes sean criados entre algodones y que no se les prepara para la vida, es cierto, y la vida es muy dura. La natalidad es muy baja, abundan los hijos únicos criados como príncipes de cuento. Ese es el verdadero problema, unido a un sistema educativo que se plantea en primer término la felicidad y el confort del alumno y no la exigencia y el conocimiento. Creamos adolescentes lábiles y frágiles. Muchos de ellos van al psicólogo algo que generaciones anteriores no hacían o era marginal.

      Un síndrome que me preocupa mucho es que ahora los profesores se refieren a los alumnos de quince o dieciocho años como 'niños'. Los llaman 'los niños'. Nunca se me hubiera ocurrido calificarlos así, para mí eran adultos en potencia y les exigía como tales. Es real que hay un proceso de infantilización generalizado de la sociedad.

      Pero he empezado siendo optimista y voy a acabar siéndolo:. pienso que hemos tocado fondo o que estamos haciéndolo, y la sociedad repunta de nuevo a valores fuertes, es subterráneo, pero atisbo esta fuerza que surge y que en un tiempo implosionará en algún sentido. Estamos muy confusos y no nos va a quedar otra que aclararnos, y en ese sentido los profesores tienen que dejar de considerarse víctimas y asumir su rol decisivo.

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  8. Ninguém fica indiferente aos progressos tecnológicos.
    Há sempre prós e contras, mas certamente que seremos capazes de ncontrar o lado mais positivo.
    Abrao de amizade.
    Juvenal Nunes

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    1. Escrevi isto em 2019 com uma visão bastante crítica da tecnologia e da ideia de "jogo" na nossa cultura. Hoje, se fosse professor, gostaria de experimentar a aplicação da Inteligência Artificial ao campo do conhecimento. Não saberia exatamente como, pois é perigoso devido à tendência para a cópia e à falta de pensamento crítico, mas tratar-se-ia de transformá-la numa ferramenta para o conhecimento. Atenciosamente.

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