Como profesor tuve que ser miembro de tribunal de los TR (trabajos de investigación) de alumnos de bachillerato. Esto me hizo ser consciente de la fascinación que provocaba el nazismo y la figura de Hitler en el imaginario de los adolescentes. Son numerosísimos los TR sobre el mal absoluto que supone Hitler, y escasos o inexistentes los TR sobre el estalinismo y la historia del comunismo.
Alec Ryrie acaba de publicar un libro significativo. Se titula La era de Hitler en el que se constata que nuestro siglo XX y XXI han dejado atrás la brújula moral de Jesucristo como símbolo del bien para sustituirlo por Hitler como imagen del mal. Es evidente que cuando se quiere rechazar cualquier cosa, se termina identificándolo con el nazismo. Es común en toda discusión, siempre termina alguien acusando al otro de facha o nazi.
En el conflicto árabe-israelí es de dominio público que se identifica a los israelíes con el nazismo, aunque sea una metáfora humillante para ellos. Se hace la equiparación de la estrella de David con la cruz gamada. Todo lo que rechazamos es facha o nazi, es un recurso de dialéctica universal, sea Trump, Bolsonaro o la oposición en España a la que el presidente de gobierno la tilda de extrema derecha, es decir, nazi.
En Cataluña están enfrentados radicalmente ARRAN, organización juvenil de la CUP con Aliança Catalana, y uno a otro se tildan de fascistas y nazis. Es un ejemplo más.
Se han acabado los valores positivos moralmente hablando y solo existen los negativos. La condena del nazismo ocupó el vacío ético en Europa en el final de la guerra mundial.
El rechazo del fascismo se ha convertido, como en los años treinta, en el eje político de las morales progresistas, y de tal modo, es preferible la corrupción al fascismo, como veremos en la próxima campaña electoral española.
La invocación de Hitler y el nazismo se ha convertido en práctica común tanto en debates políticos como sociales. Desde memes que equiparan a líderes actuales con Hitler hasta análisis sobre elecciones donde el simple rechazo al fascismo determina el voto, se observa que el símbolo del nazismo funciona como recurso dialéctico, pero está perdiendo impacto.
Ryrie advierte que una cultura que solo identifica el mal y carece de una moral positiva es una cultura débil. El resurgimiento de la extrema derecha y las nuevas divisiones sociales indican que el consenso ético de la era antinazi se está resquebrajando, y la sociedad necesita ideas y esperanzas más allá de lo que evitar.
La prepotencia progresista se confronta con el agotamiento de su dilema moral y las jóvenes generaciones ya no ven las cosas como se nos quiere hacer creer, hay que repensar todo de nuevo y formular valores positivos y no simplemente excluyentes en que todo lo que se rechaza es facha o nazi, como recurso oratorio y político.

Es muy interesante lo que nos dices aquí:
ResponderEliminar"El rechazo del fascismo se ha convertido, como en los años treinta, en el eje político de las morales progresistas, y de tal modo, es preferible la corrupción al fascismo"
Te he de dar la razón, así es. "El que vienen los malos y es preferible los puteros , los malversadores, los estafadores, los vividores del sistema, a que estén los otros en el poder,", es el cántico de todo sanchista, apoyándose en la palabra progreso, porque por lo que parece, los progresistas son los que confortan el cúmulo de escaños que le ayudan a sostenerse. Pero es curioso, porque JUnts no es progresista, sino conservador liberal, pero muy conservador; y ER es de lo menos republicano, son carlistas por antonomasia, y nada de izquierdas, sino se lo pregunten a su creador, Jaume Aigüader, (Aigüade) . Hoy se puede bucear porque mucha bibliografía.
Sí hablamos de los comunes, ¿qué decir?, que son comunistas de cintura para arriba y arribistas (de pene) de cintura para abajo.
Esto es la ayuda parlamentaria de los que gobiernan. No sé como serán los malos, lo que sí sé es como son estos, y estos dan asco.
Un abrazo
Tu argumentación concuerda con la idea expuesta por Ryrie al formularse ese dilema político y moral que expresa, que vienen los nazis para apoyar cualquier corrupción y abuso de poder que se de en el sistema. El problema es que se está agotando este esquema y más son los jóvenes que ya no responden a esta disyunción política, y van a votar por 'el mal absoluto' antes que por la continuación de fórmulas que no tienen nada positivo que ofrecer salvo la amenaza de que viene el fascismo.
EliminarY estoy de acuerdo con el análisis que haces del equipo 'progresista' que apoya a Sánchez.
Abrazo, Tot.
La estética del mal, su parafernalia, su indumentaria, su filosofía agresiva y agresora, como resultó ser la del nazismo, siempre resulta atractiva, tanto para criticarla como para secundarla o admirarla. Muchos jóvenes de hoy, no la mayoría, sienten la tentación de formar parte de grupos neonazis, en el caso más radical, o de extrema derecha, como VOX. La frustración ante la realidad política o social es una causa. Otra es el desconocimiento de la historia pasada. Para ellos, todas las ventajas que disfrutan por vivir en una sociedad de derecho, la libertad de la que gozan, la atención médica y educativa, el poder opinar de esto o de aquello, el no ser detenido arbitrariamente, el nivel de vida muy superior al de los años 30 o 40... o no lo valoran o piensan que esas cosas se las merecen por el mero hecho de existir. Falta de formación y desencanto serían las dos expresiones que a mi juicio explican ese fenómeno.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que escribes, pero pienso que no has entrado en el núcleo del debate que es la falta de referentes morales positivos más allá del grito de combate progresista de 'que viene el fascismo' y que se ha quedado como mantra eficaz durante un tiempo, pero que se agota por su uso excesivo. El dilema mortal 'entre nosotros o el fascismo' es cansino y demagógico, pues todo lo que no se incluye en el repertorio progresista -o lo que se entienda por esto- es calificado de facha, y de tal modo que la mayoría de la población por ser como es, por pensar como piensa, es reducida a la categoría de facha. Pienso que hay una dictadura negativa por parte de un hacer progresista que busca ventajas en ese dilema que está dejando de funcionar. Por lo demás, reflexionas bien sobre el bienestar de una sociedad construida por fuerzas de izquierda y de derecha. No todo lo bueno proviene de la izquierda, la derecha ha diseñado en el continente europeo buena parte de ese estado de bienestar de que disfrutamos, por lo menos algunos de nosotros.
EliminarSobre el tema central de tu entrada, al hartazgo, cuando no la frustración, de una parte de la juventud por la falta de referentes morales, porque ni la socialdemocracia ni la derecha europeas satisfacen sus expectativas, añadiría también el fracaso del capitalismo en la construcción de un proyecto ilusionante. De nuevo vuelven a reunirse elementos varios, políticos y económicos, que pueden conducirnos a un callejón sin salida como la Europa de los años 30. ¿Qué falta?
Eliminar1.- La aparición de salvapatrias que prometan el paraíso a la gente. Ya estamos en ello.
2.- Una crisis económica galopante.
3.- Disturbios y violencia que conduzcan a la eliminación física de adversarios políticos.
Un buen análisis. Hay que incluir el comunismo en el mal. Un beso
ResponderEliminarEstá para mí claro que Stalin fue el que diseñó el esquema básico de la confrontación política de nuestro tiempo. Fue el creador del dilema entre fascismo y socialismo-comunismo. Y es el que triunfa todavía en nuestro tiempo donde se ven pintadas con frecuencia de la hoz y el martillo como símbolo progresista en todas partes, mientras que las cruces gamadas son tachadas inmediatamente. Hay una lectura de la historia sesgada porque en medio está la democracia liberal, atacada por unos y por otros, que es desplazada al territorio del fascismo.
EliminarMi abuelo paterno,
ResponderEliminarlucho en el bando
nacional...y porque
se lo llevaron,las
Canarias entonces,
estaban influenciadas
por el caudillo,siendo
este , su gobernador
militar.
Pero en realidad,
ResponderEliminarel no era de nadie,
el les decía a sus
hijas(mis tías),
que las guerras,
no las gana nadie,
mientras el mataba
rojos, los otros
mataban monjas
y curas, que no
son deidades,
sino seres
terrenales,esto
refuerza mi teoría,
que las guerras
entre buenos y
malos, solo existen
en las series de
la tele, y en el
cine , un saludo
Una tía mía monja -joven y guapa- fue violada y asesinada en una cheka en Madrid. Entiendo el dolor de todos los que sufrieron en la guerra civil española, pero pienso que debería llegar el tiempo de posponer nuestros prejuicios y darnos cuenta de que fue una tragedia colectiva en la que no necesariamente hay buenos y malos. Piedad, pidió Azaña al final de la guerra.
EliminarEn el momento actual es espinoso abordar, de manera ecuánime, la división política que se ha instalado entre nosotros. Las objeciones y críticas hacia los actos de quienes se autoproclama miembros de la parte correcta de la Historia, implica la defenestración inmediata y el pase a la categoría de fascistas o ultra derechistas. Es tremendo cómo se ha generado un clima tan abyecto que ya no permite una discusión libre, sin echar mano de insultos y descalificaciones. En mi caso, me cuesta aceptar que un grupo social vuelva a las andadas ideológicas y violentas de los años treinta, peor aún, de las persecuciones religiosas de siglos pasados. Quien cree que tiene la Verdad, la única, está poseído de un odio asesino hacia los disidentes. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿De que ha servido que una pensadora judía: Hanna Arendt, haya explicado la naturaleza de los totalitarismos y su destructiva implantación social?
ResponderEliminarVemos que ni la atrocidad de las guerras, ni los gulags y campos de extermino nazi, han servido para otra cosa que no sea para hacerse unos selfies. Mi pesimismo me lleva a pensar que la especie humana está destinada a la auto aniquilación.
Saludos
Este clima es universal, Marga. Hace unas semanas hablaba con una joven polaca que me explicaba en su todavía deficiente español que en Polonia el ambiente es irrespirable, y que en España había encontrado un clima más tranquilo para tener a su hijo pequeño. No sé si la causa del ascenso de la derecha iliberal son los errores de los progresistas que se han arrogado la supremacía moral, pero tiendo a pensar que sí. En pocos años la historia se ha acelerado y el calificado 'fin de la historia' de Fukuyama se ha convertido en un absurdo porque las sociedades en todo el mundo se confrontan radicalmente entre progresistas y fascistas sin términos medios, sin debate posible, con odio a mansalva, sin que nadie respete a nadie, inmersos en polémicas envenenadas en que solo hay sal gorda y ninguna sutileza. Y es que no merece la pena conversar con alguien a quien se odia y desprecia. Los parlamentos son instituciones anegadas en la confrontación y que niegan su lugar de debate social y político. Soy pesimista como tú, aunque siento que emerge una dimensión nueva en este marasmo de ira y rabia generalizadas, una vuelta a una espiritualidad a que el materialismo extremo nos ha llevado. Eso espero porque hay muchas personas que no se corresponden con este diseño imposible de la confrontación a sangre y fuego. Hay muchas personas que son ajenas a esta distorsión fanática de la política, aunque las instituciones se vean caricaturizadas en la intolerancia y el desden. Aunque todo esto puede ser una esperanza fallida, sigo esperando. Saludos.
EliminarCuando los argumentos se agotan y se convierten en proclamas repetitivas sin más recurso que llenar esos momentos. Que clase de políticos son en general o mundialmente,que ninguno da razones de peso de sus malos actos o tenemos que llegar a los juicios de la Inquisición ( con lo de agarrarse a un clavo ardiendo).Los extremos se tocan y lo malo de estos tiempos es que la Democracia está seriamente erosionada por tantas corruptelas. Y la culpa es del maldito dinero, la ambición y esa codicia desmesurada es lo que generan estos desequilibrios por su falta de ética por eso sí no se canaliza bien el pueblo sufre las consecuencias ,y nuestro problema en esta piel de toro es que no sabemos unirnos sino cresparnos .
ResponderEliminarMalos tiempos se nos vienen encima ,sino tomamos conciencia de qué la unión hace la fuerza.En cada familia hay un lobo negro...
Un abrazo Joselu
Es muy cierto que en este país no sabemos unirnos pero sí odiarnos. Una izquierda sectaria y aferrada a la corrupción es incapaz de crear una posibilidad de entenderse con la derecha moderada como en Alemania. Se tiende a los extremos en lugar de crear vínculos de unión con fuerzas nacionales, y se prefiere compartir camino con los que odian España y desean que desaparezca. Sí, lo bueno que sería que la unión hiciera la fuerza, pero aquí estamos confrontados y llenos de odio azuzado por los políticos, como pasó en la guerra civil. No se busca el bien de España sino de la parcela de cada uno. Totalmente de acuerdo. Un abrazo cálido, Bertha.
EliminarUn tema que da para mucho. O para poco pues, en tus palabras, significa tolerancia, esa palabra que tanto se pronuncia y tan poco se pone en práctica ni valora.
ResponderEliminarGracias por tu notable exposición sobre la política actual de este país, que nos deja una profunda reflexión.
Un abrazo.
El artículo iba más allá de nuestro país, para hablar de una época o un tiempo en que hemos dejado de tener valores morales positivos, encarnados antes en Cristo, para haberse centrado en el mal absoluto representado por Hitler. Por eso, el título La era de Hitler que, por otra parte, está llegando a su fin, desbordada por la saturación que ya no ejerce el decisivo poder que ha llegado a tener. De ahí, el crecimiento de los partidos que ya no reniegan de ello. Pero eso hace más evidente que falta una figura universal que concite los valores del bien moral. No bastaba con una figura demoníaca como referencia. Necesitamos algo más. El libro está en preventa, y yo lo quiero leer con gran interés. Un abrazo.
EliminarViví aquello de los llamados Treballs de recerca. No sé qué pintaba yo en los tribunales, pero lo cierto es que me convocaron varias veces. Y doy fe de lo que dices. Hitler era un tema muy habitual, naturalmente para execrarlo. Los profesores tutores estimulaban ya mucho eso como tema, muy socorrido.
ResponderEliminarY es cierto que no existen hoy en día valores positivos a los que agarrarse; si alguien los intenta esgrimir queda de "primaveras" o de monjita que, cándidamente, aún se cree ciertas cosas. Esto ocurre en España y en todas partes también. El cine también ha explotado mucho ese asunto, en el sentido que siempre verás a los alemanes de aquella época como gente perversa, verdaderos "hijos de puta", con perdón. Nunca encontrarás un oficial o soldado alemán de buen corazón; aunque hubiera alguno, quedaría ridículo. La verdad es que no sé cómo los alemanes no están empachados con esa avalancha cinematográfica.
Pero descendiendo al lodazal de aquí, nuestro resiliente presidente o algunos de su bien surtido equipo de asesores (entre ellos, Zapatero) le convencieron de que la única manera de llegar al poder y de conservarlo era sacando en procesión a Franco, a Hitler y al fascismo en general, para crear tensión y dividir a la sociedad en dos mitades. Los del "lado bueno" y los otros. Por eso mimaron tanto la aparición y crecimiento de Vox (Sánchez se negaba al principio a salir en debates si no participaba esa gente, cuando aún no eran nadie) y por eso siguen desenterrando a Franco, para que la ultraderecha siga creciendo y, de este modo, adjudicarse la "ímproba" labor de defendernos de ella. Sin los gaznápiros de Vox, yo pienso que nuestro apuesto presidente hace años que no lo sería. Divide y vencerás. Es muy inteligente eso, pero es también una manipulación de nivel 5, no en vano, no comulgar con él no implica ser un fascista, aunque él y sus lacayos así lo proclamen. Y en los próximos eventos electorales tendremos numerosas muestras más.
Un saludo.
Hay una película espléndida que se titula Vida oculta del director Terrence Malick que cuenta la vida de un hombre de campo alemán que se niega a jurar lealtad a Hitler por sus convicciones cristianas. Esa negativa le llevará a que al final sea ejecutado. Esta película es una maravilla, pero se llevó críticas muy negativas precisamente por la exaltación del cristianismo del protagonista, algo que no se puede hacer en un mundo moderno como este. Si no la has visto, te la recomiendo. En este filme veríamos contrapuestos los dos valores de que hemos hablado. Creer en Cristo y su mensaje lleva al protagonista a negarse a jurar lealtad a Hitler ni a alistarse en el ejército. Su obstinación es tal que mandos del ejército le dicen que el juramento no tiene ningún valor, que es solo para cubrir el expediente, pero él piensa que las palabras sí que tienen valor.
EliminarY, en tu análisis de la política española, estoy plenamente de acuerdo. Vox es la fuerza que impide que el PP gane las elecciones de calle. Entiendo que el PP de Feijóo es una derecha acomplejada, pero posibilista. Esta diatriba furiosa entre derecha y Sánchez más sus acólitos hace mucho daño al país.
El otro día en Bilbao hubo una manifestación gigante de más de veinte mil ultras abertzales que gritaban 'puta España' y 'puta selección' con motivo de un partido entre Euzkadi y Palestina en el campo del Bilbao que estaba lleno de simpatizantes del Atleti. Si esto es con un Gobierno de Sánchez que se ha manifestado totalmente en contra de Israel y a favor de reconocer a Palestina, no quiero ni pensar lo que sería con un gobierno de PP+Vox en que el segundo llevaría la voz cantante. Me da miedo, igual que en Cataluña. Esto es lo que me impide votar a favor del PP, pese a que deteste -y no sabes cómo- a Sánchez.
Saludos.
El problema es que cuando se abusa mucho de una palabra acaba perdiendo su significado. Y, aún peor, cuando se usa fuera de contexto, siempre habrá alguien que acabe por ensalzarla aunque sólo sea por llevar la contraria. Parece que ahora ser nazi es casi como ser punk en mi época :)
ResponderEliminarSupongo que todo eso tiene que ver con la socorrida táctica de despersonalizar a tu enemigo para que deje de ser, eso, una persona. Oye, si dice tal cosa es un nazi, si es un nazi no hay que hacerle caso.
Al final creo que somos marionetas en manos de gente muy inteligente y con muchos medios. Para ellos es mejor una sociedad dividida que un grupo de gente diversa pero con objetivos comunes.
Saludos
Estamos profundamente divididos, lo comentas con mucha razón. No tenemos objetivos comunes, nuestras perspectivas son antitéticas lo que hace que sea imposible colaborar en prácticamente nada. Esta división de la sociedad en mitades incompatibles es común a muchos países. Ahora hay elecciones en Chile y se disputan la presidencia dos extremos de izquierda y de derecha. Mala elección, como mala elección preveo en España en las próximas elecciones cuando sean porque será también la elección entre dos extremos. Y uno de los extremos utiliza masivamente la descalificación hacia el otro, no hay espacio para el debate sosegado sino solo para los insultos, los gritos, las arengas, los panfletos incendiarios. No sé si somos marionetas en manos de gente muy inteligente, pero más bien tiendo a pensar que el tren en que vamos no lo conduce nadie y cada vez va más acelerado. Saludos.
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