martes, 25 de noviembre de 2025

¿Qué podemos hacer?


Un astronauta que pasó 178 días en el espacio revela una "gran mentira" de la que se dio cuenta cuando vio la Tierra.

Ron Garan, un ex astronauta de la NASA, ha pasado 178 días en el espacio y ha acumulado más de 114 millones de kilómetros viajando en 2.842 órbitas alrededor de la Tierra. Su viaje, sin embargo, no ha sido sólo acerca de números impresionantes. Durante uno de esos viajes, experimentó algo que pocos humanos han experimentado alguna vez: el llamado efecto general, un fenómeno que transforma la forma en que vemos nuestro planeta.

El efecto de visión general - o "efecto general" - es un choque de realidad común entre los astronautas. Al observar la Tierra desde el espacio, se dan cuenta, visceralmente, de que el planeta es un sistema único, frágil e interconectado. Para Garan, la experiencia fue tan notable que la describe como un "gran despertar". En una entrevista con el sitio Big Think, reveló: "Ciertas cosas se vuelven innegablemente claras cuando estás allí arriba. "

Desde su ventana en la Estación Espacial Internacional, Garan fue testigo de impresionantes fenómenos naturales: tormentas relámpagos que se asemejaban a destellos paparazzi, las auroras boreales bailando como cortinas brillantes, y la atmósfera de la Tierra tan delgada que podías "casi tocar con tus manos. "Pero era la delicadeza de esa capa lo que lo tenía alerta. "Me di cuenta de que todo lo que sostiene la vida en la Tierra depende de una capa frágil, casi como el papel", explicó.

La atmósfera, con sus pocos kilómetros de grosor, es lo que protege todas las formas de vida de las condiciones hostiles del espacio. Para Garan, esta visión ha puesto de relieve una paradoja: mientras que la biosfera es vibrante y llena de vida, los sistemas humanos tratan al planeta como una "subvención a la economía global. En otras palabras, damos prioridad al crecimiento económico a costa de los sistemas naturales que nos sostienen. "Estamos viviendo una mentira", afirmó.

El astronauta también señaló cómo problemas como el calentamiento global, la deforestación y la pérdida de biodiversidad son tratados como problemas aislados cuando, de hecho, son síntomas de un problema mayor: la desconexión humana con el planeta. "Desde el espacio, queda claro que no nos vemos como parte de un todo. "Mientras no cambiemos esta mentalidad, seguiremos estando en crisis", dijo.

La solución, según Garan, es un cambio radical de prioridades. En lugar de pensar en "economía, sociedad, planeta", deberíamos invertir el orden: "planeta, sociedad, economía". Este simple intercambio refleja la necesidad de colocar la salud ambiental como base para todas las demás decisiones. "Esta es la única manera en la que realmente evolucionaremos", argumentó.

Otro punto crucial es la independencia. Garan comparó el efecto general con "una lámpara de relámpago" - una epifanía sobre cómo cada acción humana, por pequeña que parezca, afecta el equilibrio global. "No tendremos paz en la Tierra hasta que reconozcamos que todo está interconectado", afirmó.

Desde su regreso a la Tierra, Garan se ha dedicado a proyectos que promueven la sostenibilidad y la cooperación global. Su mensaje es claro: necesitamos urgentemente repensar nuestro lugar en el mundo.

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Este texto anterior de María Delgado, sacado de Quora, me ha parecido necesario tras ver la exposición inmersiva en el Caixafórum sobre la naturaleza y la interconexión de todo lo que sucede en el planeta que estamos devastando por nuestras acciones depredadoras. Uno intenta ser consecuente en la medida de lo que puede, pero puede poco y se siente impotente y al final termina por hacerse cínico. Pero cuando uno escucha una voz con esperanza y convencida de que no todo está perdido, sale de su sopor y se vuelve a nutrir de ideales que no tienen por qué perderse en el vacío. Yo puedo hacer poco, pero con mi artículo en el blog tal vez hago reflexionar a alguien para hacer ¿qué? Esa es una buena pregunta, hacer ¿qué? ¿Qué podemos hacer?


jueves, 20 de noviembre de 2025

¿La ideología política está en nuestros genes?

¿Alguna vez te has preguntado por qué piensas como piensas en política? La creencia popular nos dice que nuestras ideas se forjan en el calor del hogar, en las aulas de la escuela y a través de las experiencias que nos marcan la vida. Sin embargo, una disciplina emergente llamada "genopolítica" está revelando una verdad mucho más compleja y sorprendente: nuestras inclinaciones políticas también tienen un fuerte componente biológico. Estos descubrimientos no solo añaden una nueva variable a la ecuación; desafían fundamentalmente nuestra percepción de la autonomía política y la forma en que construimos nuestra propia identidad.

Antes de explorar los hallazgos, es crucial aclarar un concepto clave: la heredabilidad (h^2). No se trata de un destino genético individual ni de que tus ideas políticas estén escritas en piedra. La heredabilidad es una medida estadística que se aplica a una población y representa la proporción de las diferencias observadas en un rasgo (como la ideología) que puede explicarse por las diferencias genéticas entre las personas. Piénsalo así: si la estatura en un pueblo varía, la heredabilidad nos dice qué parte de esa variación se debe a que la gente tiene genes diferentes para la altura, y qué parte se debe a diferencias en su nutrición. No nos dice que la altura de una persona esté 100% determinada por sus genes.

1. Más de la mitad de tus diferencias ideológicas podrían ser heredadas

Según múltiples estudios de gemelos a gran escala, la heredabilidad de la orientación política se sitúa consistentemente por encima del 50%. Un estudio incluso la cuantificó en un 56%.

Esto significa que, a nivel poblacional, las diferencias genéticas son el mayor predictor de la variación ideológica, superando a muchos otros factores que comúnmente consideramos determinantes. Es importante reiterar la cautela: esto no significa que la ideología de una persona esté "fijada" por sus genes. Más bien, sugiere que existe una fuerte predisposición biológica que nos inclina hacia ciertas formas de ver el mundo.

2. No existen "genes de derechas o de izquierdas", sino predisposiciones de personalidad

Pero ¿cómo funciona esta herencia? La respuesta no es tan simple como un "gen liberal" o un "gen conservador". En su lugar, la genética opera indirectamente, esculpiendo los cimientos mismos de nuestra personalidad. Las correlaciones más fuertes se han encontrado utilizando el modelo de los "Cinco Grandes" rasgos de la personalidad:

  • Liberalismo (Progresismo): Este perfil se asocia fuertemente con una mayor Apertura a la Experiencia(Openness to Experience), que se manifiesta en una alta curiosidad intelectual, una profunda sensibilidad estética y una tendencia a cuestionar las tradiciones y la autoridad. Este vínculo es intuitivo: el núcleo del liberalismo es el deseo de cambio social y nuevas formas de vida, lo que se alinea perfectamente con la curiosidad y la búsqueda de novedades inherentes a la Apertura. También se ha encontrado una correlación positiva con el rasgo de Compasión.
  • Conservadurismo: Se asocia con una mayor Responsabilidad (Conscientiousness), particularmente en su faceta de orden y organización, y con una mayor Sensibilidad al Asco (Disgust Sensitivity). La preferencia conservadora por la tradición, la estabilidad y las reglas morales claras encuentra su ancla psicológica en las facetas de orden y seguimiento de normas de la Responsabilidad.

Un fascinante ejemplo a nivel molecular es el gen del receptor de la oxitocina (OXTR). La oxitocina es a menudo llamada la "hormona del apego". Las personas con una variante genética específica (el alelo G) en este gen tienden a ser más empáticas y confiadas. Esta predisposición a la compasión puede ser la base biológica que las inclina hacia ideologías que priorizan el cuidado colectivo y la justicia social.

3. El ambiente de tu infancia influye menos de lo que crees en tu política de adulto

Este es uno de los hallazgos más contraintuitivos de la genética del comportamiento. Los estudios de gemelos, utilizando el modelo ACE (que descompone la varianza en factores Genéticos, Ambientales Compartidos y Ambientales No Compartidos), han revelado algo sorprendente: el "ambiente compartido" tiene una influencia mínima o nula en la ideología política de una persona en la edad adulta.

El "ambiente compartido" incluye todos esos factores que los hermanos criados juntos tienen en común: la educación de sus padres, el nivel socioeconómico de la familia, etc. Este es quizás el hallazgo más revolucionario de la genética del comportamiento moderna, ya que sugiere que los valores políticos que los padres intentan inculcar conscientemente en sus hijos tienen un impacto a largo plazo mucho menor que las experiencias de vida únicas e imprevisibles que moldean a cada hijo de manera diferente.

4. La influencia genética se vuelve más fuerte con la edad, no menos

Si el entorno familiar compartido pierde importancia, ¿qué ocupa su lugar? Paradójicamente, la influencia de nuestros genes no se desvanece, sino que se fortalece a medida que envejecemos, gracias a un proceso de autoselección activa.

La explicación a esta paradoja se encuentra en un concepto conocido como "construcción del nicho" o Correlación Genotipo-Ambiente activa. Los seres humanos no somos receptores pasivos de nuestro entorno. A medida que ganamos autonomía, buscamos y creamos activamente ambientes (amigos, carreras, fuentes de información) que se alinean con nuestras predisposiciones genéticas. Una persona con una alta Apertura a la Experiencia buscará amigos con ideas diversas, consumirá medios que desafíen sus preconceptos y elegirá una carrera que le permita explorar. Este proceso actúa como un ciclo de retroalimentación que refuerza y amplifica nuestras tendencias innatas a lo largo de la vida.

5. Tus experiencias pueden "encender" o "apagar" los genes que heredaste

La epigenética es el puente molecular que conecta definitivamente la "naturaleza" y la "crianza". Se trata de un conjunto de mecanismos que modifican la expresión de los genes sin alterar la secuencia de ADN en sí. Piensa en ello como interruptores que el ambiente puede encender o apagar.

Un ejemplo claro es el impacto del estrés en la vida temprana. Experiencias traumáticas pueden dejar una "huella molecular" o una "cicatriz" epigenética en los genes que regulan nuestra respuesta al estrés. Esta alteración no cambia el gen, pero sí su funcionamiento, lo que puede aumentar la vulnerabilidad a sufrir depresión en la edad adulta.

Pero aquí reside el hallazgo más esperanzador: a diferencia del código genético, que es inmutable, las marcas epigenéticas son reversibles. La ciencia está demostrando que nuestras acciones tienen un poder molecular real. Factores como un estilo de vida saludable, la meditación para reducir el estrés e incluso la psicoterapia —como la terapia cognitivo-conductual— pueden influir positivamente en nuestra epigenética, reajustando la expresión de los genes que heredamos. Esto no es una simple metáfora; es la prueba de que, aunque no elegimos nuestras cartas genéticas, sí tenemos una influencia significativa en cómo se juega la mano.

Conclusión: Un nuevo mapa para entendernos

La ideología política no es un simple producto de la crianza ni un destino escrito en nuestro ADN. Es el resultado de una interacción compleja y dinámica entre una fuerte predisposición biológica y el cúmulo de nuestras experiencias vitales únicas.

Es fundamental advertir de nuevo contra cualquier forma de determinismo. La ideología es un rasgo extremadamente poligénico: es el resultado de la influencia combinada de miles de variantes genéticas, cada una con un efecto minúsculo. La idea de un único "gen de la política" ha sido refutada.

Este nuevo entendimiento no ofrece respuestas fáciles, pero sí un nuevo mapa. Reencuadra los desacuerdos políticos no como meros fracasos de la lógica o el carácter de nuestros oponentes, sino como expresiones de diferencias temperamentales profundamente arraigadas y parcialmente biológicas. La pregunta crucial, entonces, se convierte en: Sabiendo que tu biología te predispone pero no te condena, ¿cómo podrías usar este conocimiento para entender mejor a quienes piensan distinto a ti?

lunes, 17 de noviembre de 2025

La terrible crisis humanitaria por la guerra en Sudan y la huida de centenares de miles de refugiados hacia la República del Chad, uno de los países más pobres del mundo.


He recibido una llamada urgente de ACNUR, ONG con la que colaboro, para explicarme por encima la espantosa crisis humanitaria que está viviendo la región de Darfur en Sudán por la guerra, lo que ha provocado el desplazamiento de millones de refugiados, más de un millón a la región del Chad. Como veo que no hay declaraciones políticas al respecto, ni manifestaciones de solidaridad, ni flotillas humanitarias, ni nada de nada porque no es un conflicto mediático al que la prensa preste atención, he buscado un resumen de la situación que aquí debajo os expongo. Treinta euros donados a ACNUR o ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE O MÉDICOS SIN FRONTERA puede ser una ayuda vital. 
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"En un mundo donde numerosas crisis globales compiten por nuestra atención, pocas han alcanzado la escala devastadora y silenciosa de la que se vive en Sudán. Descrita como la mayor crisis de desplazamiento del mundo, su impacto se extiende mucho más allá de sus fronteras, generando una emergencia humanitaria de proporciones abrumadoras.

El epicentro de esta emergencia se encuentra en el este de Chad, un país que ya enfrentaba sus propias dificultades y que ahora soporta una presión insostenible. Mientras la violencia en la región sudanesa de Darfur se intensifica, un torrente humano cruza la frontera en busca de seguridad, llevando consigo historias de una violencia y una pérdida inimaginables.

Este artículo busca ir más allá de las estadísticas para revelar cuatro de las realidades más impactantes y a menudo ignoradas de esta crisis. A través de datos y testimonios directos, expondremos el rostro humano de un conflicto que la comunidad internacional parece estar olvidando, a pesar de que las necesidades nunca han sido tan grandes.

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1. La Escala es Casi Inimaginable: Más Refugiados en Dos Años que en las Dos Décadas Anteriores

La aceleración de esta crisis ha sido explosiva. Desde que estalló el conflicto armado en abril de 2023, más de 844.000 refugiados sudaneses han cruzado a Chad. Esta cifra se suma a los 409.000 que ya se encontraban en el país como resultado de oleadas de violencia anteriores entre 2003 y 2023. En poco más de dos años, la población total de refugiados en Chad ha superado los 1,2 millones, triplicándose y desbordando por completo la capacidad de respuesta.

Para un analista humanitario, esta cifra significa que Chad ha acogido a más personas desplazadas en los últimos dos años que durante las dos décadas anteriores juntas. Esta afluencia masiva ejerce una "presión insostenible" sobre los recursos de una nación que, según la ONU, es el segundo país menos desarrollado del mundo. Este hecho convierte a Chad en el epicentro de la que ahora es la crisis de desplazamiento más dañina del mundo, con casi 12 millones de sudaneses expulsados de sus hogares.

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2. La Huida Termina, pero la Lucha por Sobrevivir Apenas Comienza

Condiciones de vida: Una segunda crisis

El inimaginable aumento de la población refugiada colapsa inevitablemente los sistemas de soporte vital. Para quienes logran llegar a los campamentos del este de Chad, la huida de la violencia es solo el primer obstáculo. Una vez allí, se enfrentan a una segunda crisis marcada por la escasez crítica de los recursos más básicos para la supervivencia. Las condiciones en los asentamientos son alarmantes:

  • Escasez crítica de agua: Los refugiados reciben entre 5 y 7 litros de agua por persona al día, una cantidad muy por debajo del estándar humanitario internacional de 15 a 20 litros, que es el mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas de bebida, cocina e higiene.
  • Exposición extrema por falta de refugio: Apenas se satisface el 14% de las necesidades de refugio. Esto deja a decenas de miles de familias expuestas a las inclemencias del tiempo, desde el calor extremo del desierto hasta las lluvias torrenciales estacionales.
  • Saturación: El campamento de Adré, uno de los principales puntos de entrada, alberga a unos 250.000 refugiados, casi el doble de su población del año pasado, lo que agrava la presión sobre los servicios existentes.

"Aquí la gente vive con 7 litros de agua al día, lo que es muy insuficiente y está por debajo del umbral de emergencia. Con la estación de lluvias a la vuelta de la esquina, nos preocupa el riesgo de que se propaguen epidemias y enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera."

Estas condiciones crean una crisis dentro de la crisis, donde la supervivencia diaria es una batalla contra la enfermedad y la privación. La competencia por recursos tan escasos como el agua y la tierra fértil se convierte en un catalizador de tensiones. Como señala Acción contra el Hambre, "la comunidad de acogida quiere recuperar las tierras en las que se han instalado los refugiados para destinarlas a la agricultura". Este hecho demuestra una peligrosa cadena de causalidad: la afluencia masiva de refugiados, combinada con la escasez de recursos, fuerza a refugiados y comunidades de acogida a una competencia directa por los elementos más fundamentales para la supervivencia, elevando el riesgo de conflictos secundarios.

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3. Las Heridas Invisibles: Trauma y Violencia Étnica Selectiva

El costo humano de este conflicto va mucho más allá del desplazamiento físico y las privaciones materiales. Los refugiados que llegan a Chad cargan con profundas heridas invisibles, resultado de la violencia extrema que han presenciado y sufrido. Entrevistas realizadas por ACNUR con los recién llegados revelan un patrón de abuso sistemático:

  • Un alarmante 72% declaró haber sufrido graves violaciones de derechos humanos, que incluyen violencia física y sexual, detención arbitraria y reclutamiento forzado.
  • El 60% indicó haber sido separado de miembros de su familia durante la caótica huida.

Un componente especialmente aterrador del conflicto es la violencia étnica selectiva. En la región de Darfur, los civiles de la etnia no árabe masalit son objeto de atrocidades sistemáticas. Estados Unidos y otras naciones han acusado a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y a las milicias aliadas de cometer "crímenes contra la humanidad y acciones de limpieza étnica". Esta no es una acusación abstracta; se manifiesta en masacres concretas como la ocurrida en Ardamata, donde, según la Unión Europea, "más de mil personas fueron asesinadas por grupos armados a inicios de noviembre".

"Mataron a todas las personas de piel negra oscura."

Esta declaración de una superviviente masalit resume el horror de la persecución. Para abordar el devastador impacto psicológico, organizaciones como Acción contra el Hambre implementan programas de salud mental y apoyo psicosocial. A través de "talleres de tejido, dibujo y otros talleres creativos", proporcionan un "espacio seguro en el que expresar sus emociones, recrear vínculos sociales y recuperar una forma de estabilidad". Estas actividades no son solo una distracción; son herramientas esenciales para procesar el trauma y comenzar un largo camino hacia la sanación.

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4. Una Emergencia Olvidada: La Ayuda Internacional se Desvanece

La tormenta perfecta de esta crisis se completa con un cuarto y último fracaso: el abandono internacional. En un momento en que las necesidades humanitarias se han triplicado y se han vuelto más agudas, la financiación para responder a ellas se está desvaneciendo. No se trata de una simple brecha de financiación; es una catastrófica divergencia entre la escala del sufrimiento y la voluntad global para aliviarlo.

La falta de fondos es tangible y tiene consecuencias directas y letales:

  • La reducción de la financiación estadounidense, que previamente cubría el 50% de la ayuda humanitaria en Chad, ha limitado gravemente la capacidad de respuesta de las ONG.
  • Las agencias de la ONU y sus socios se han visto obligados a reducir drásticamente sus equipos y programas, afectando a áreas clave como la educación y los medios de subsistencia.
  • Las existencias de alimentos terapéuticos listos para usar, como el Plumpy Nut, son inciertas más allá de mayo, lo que pone en peligro inminente la vida de miles de niños y niñas que sufren desnutrición aguda grave.

Para hacer frente a esta situación, ACNUR y sus socios han solicitado urgentemente 553,7 millones de dólares para responder a las necesidades vitales de los refugiados. El hecho de que esta petición no se haya cumplido representa un abandono en el momento de mayor necesidad, convirtiendo la emergencia de Sudán y Chad en una de las crisis más olvidadas en la actualidad y dejando a millones de vidas pendiendo de un hilo.

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Conclusión: Una Crisis de Humanidad

Las cuatro realidades expuestas dibujan un panorama desolador: una escala de desplazamiento abrumadora que conduce a condiciones de vida inhumanas, un trauma profundo arraigado en la violencia étnica y, finalmente, un abandono por parte de la comunidad internacional que agrava todas las facetas de la crisis. Cada estadística representa a una persona con una historia, una familia rota y un futuro incierto.

Como ha señalado ACNUR, esta es una "crisis de humanidad, de seguridad y de infancia". Las vidas y el futuro de millones de civiles inocentes están en juego. Mientras el conflicto continúa y los fondos disminuyen, la pregunta que queda no es solo qué pueden hacer las organizaciones humanitarias, sino cuál es nuestra responsabilidad colectiva para no dar la espalda a millones de personas cuyo único crimen fue nacer en el lugar equivocado en el momento equivocado".

viernes, 14 de noviembre de 2025

La era de Hitler

Como profesor tuve que ser miembro de tribunal de los TR (trabajos de investigación) de alumnos de bachillerato. Esto me hizo ser consciente de la fascinación que provocaba el nazismo y la figura de Hitler en el imaginario de los adolescentes. Son numerosísimos los TR sobre el mal absoluto que supone Hitler, y escasos o inexistentes los TR sobre el estalinismo y la historia del comunismo. 

Alec Ryrie acaba de publicar un libro significativo. Se titula La era de Hitler en el que se constata que nuestro siglo XX y XXI han dejado atrás la brújula moral de Jesucristo como símbolo del bien para sustituirlo por Hitler como imagen del mal. Es evidente que cuando se quiere rechazar cualquier cosa, se termina identificándolo con el nazismo. Es común en toda discusión, siempre termina alguien acusando al otro de facha o nazi. 

En el conflicto árabe-israelí es de dominio público que se identifica a los israelíes con el nazismo, aunque sea una metáfora humillante para ellos. Se hace la equiparación de la estrella de David con la cruz gamada. Todo lo que rechazamos es facha o nazi, es un recurso de dialéctica universal, sea Trump, Bolsonaro o la oposición en España a la que el presidente de gobierno la tilda de extrema derecha, es decir, nazi. 

En Cataluña están enfrentados radicalmente ARRAN, organización juvenil de la CUP con Aliança Catalana, y uno a otro se tildan de fascistas y nazis. Es un ejemplo más. 

Se han acabado los valores positivos moralmente hablando y solo existen los negativos. La condena del nazismo ocupó el vacío ético en Europa en el final de la guerra mundial. 

El rechazo del fascismo se ha convertido, como en los años treinta, en el eje político de las morales progresistas, y de tal modo, es preferible la corrupción al fascismo, como veremos en la próxima campaña electoral española. 

La invocación de Hitler y el nazismo se ha convertido en práctica común tanto en debates políticos como sociales. Desde memes que equiparan a líderes actuales con Hitler hasta análisis sobre elecciones donde el simple rechazo al fascismo determina el voto, se observa que el símbolo del nazismo funciona como recurso dialéctico, pero está perdiendo impacto.

Ryrie advierte que una cultura que solo identifica el mal y carece de una moral positiva es una cultura débil. El resurgimiento de la extrema derecha y las nuevas divisiones sociales indican que el consenso ético de la era antinazi se está resquebrajando, y la sociedad necesita ideas y esperanzas más allá de lo que evitar.

La prepotencia progresista se confronta con el agotamiento de su dilema moral y las jóvenes generaciones ya no ven las cosas como se nos quiere hacer creer, hay que repensar todo de nuevo y formular valores positivos y no simplemente excluyentes en que todo lo que se rechaza es facha o nazi, como recurso oratorio y político. 

viernes, 7 de noviembre de 2025

El presente es superficialidad, epidermis, juego….

Este texto resume mi entrada de mi diario en agosto de 2019 en que estaba leyendo el libro The Game de Alessandro Baricco. En él se cifraba que la tecnología había transformado al ser humano haciéndolo más ligero y superficial, burbujeante, lejos de la profundidad y la complejidad del pasado. Les dejo con mi resumen que puede ser muy bien aplicable a hoy día...

 

Baricco considera –acertadamente- que la aparición del Iphone en 2009 presentado por Steve Jobs fue la culminación de un proceso en que el teléfono fue reiventado como experiencia lúdica. Sencillo y simple por fuera –para el usuario- y complejo por dentro. Y ya desde entonces se evidencia el carácter de juego (the game) de nuestra relación con la tecnología a diferencia de los primeros toscos primeros móviles. Añade que “el juego” es el fundamento de nuestra civilización frente a la idea de adquisición del conocimiento mediante el esfuerzo y el ahondamiento progresivo en una suerte de pirámide del conocimiento. Ahora todo debe ser fácil, simple y lúdico. Y, por supuesto, asumiendo la estética de los videojuegos que estuvo ya presente en los space invaders con que comienza su ensayo. 

 

Un visionario extraordinario fue Stewart Brand que escribió que hasta entonces se había intentado cambiar la esencia del ser humano sin ningún éxito. Y él proponía que lo que había que hacer era cambiar las herramientas que este utiliza en lugar de intentar transformarle con filosofías o religiones. Así el hombre se acomodó al icono de pantalla-teclado con entusiasmo hasta llegar al iphone que transformaría totalmente el modo de estar en el mundo de las personas. Pienso esto y no me cabe duda de que es cierto. Nos hemos acomodado con entusiasmo a la tecnología porque en cierta manera su idea de unión con la máquina y el juego son parte fundamental de nuestra esencia humana. 

 

Otra reflexión que me viene es a propósito de este fundamento que rechaza la profundidad y la complejidad del pasado en favor de la sencillez y la superficialidad. Ahí nos encontramos con la infantilización progresiva de la humanidad adaptada solo a lo simple y superficial, y eludiendo el pensamiento más profundo. Antes enlazaba un artículo de Peter Sloterdijk en que expresaba que este era un mal tiempo para el pensamiento complejo. Las herramientas que nos han proporcionado han llegado en el momento oportuno, es como si las estuviéramos buscando porque huyéramos del pasado complicado y denso, y, así, la superficialidad se ha adueñado del mundo. Hemos reivindicado nuestra dimensión de niños disfrutando con juguetes divertidos. Ahora todo tiene que ser divertido, llevar un ritmo ágil y rápido que se adapta a nuestro fluir interno. El arte o la literatura del pasado son lentos, complejos… Pienso en las vanguardias de principios de siglo que asumieron que el arte era juego, así el ultraísmo, el creacionismo, el futurismo –y su reivindicación del cine, las máquinas y la velocidad-, el cubismo, el surrealismo… Está claro que el arte ya asumía la idea de ironía y de juego como constitución interna de la creación. Ya lo estábamos intuyendo. Los hombres nos hemos hecho niños y no nos gusta ya lo complicado. Este proceso lo vi con mis alumnos. Recuerdo el placer que suponía el pensar a los alumnos de la década de los ochenta y noventa, y cómo se fue transformando en la transición del milenio para llegar definitivamente a mis últimos años como profesor en que definitivamente a mis alumnos no les gustaba ahondar ni pensar. Solo les atraía la superficie, el juego… Tenían escasa capacidad para relacionarse con cosas complejas y la literatura lo es, y de allí su renuencia ante la lectura. Toda la literatura que yo utilizaba en los años ochenta y noventa había quedado defitivamente envejecida. Yo lo vi, lo describí en el blog, pero desconocía qué había pasado y por qué. Ya sabía que era la tecnología el vehículo de la transformación de la mente de mis alumnos pero desconocía cómo. 

 

miércoles, 22 de octubre de 2025

Secretos ancestrales: cómo los estados alterados de consciencia dieron forma a la guerra, el arte y la religión

Cuando pensamos en el mundo antiguo, la mente suele evocar imágenes de filósofos estoicos debatiendo sobre la virtud, matemáticos racionales trazando las leyes del cosmos y templos de mármol inmaculado bajo un sol sereno. Esta es la visión sobria y ordenada de la antigüedad que hemos heredado, una era definida por la lógica, la ley y la razón.

Sin embargo, esta percepción, aunque no del todo incorrecta, está incompleta. Bajo la superficie de la historia clásica yace un mundo mucho más profundo y complejo, uno en el que la experiencia humana no siempre estuvo guiada por la lógica. Investigaciones históricas y arqueológicas profundas revelan que los estados alterados de consciencia (EAC), a menudo inducidos por sustancias psicoactivas, no eran una actividad marginal, sino una parte fundamental e integrada de la vida antigua. Lejos de ser tabú, estas experiencias influyeron en la religión, el arte e incluso en la estrategia militar.

Este artículo destapará el velo de esta historia oculta para revelar cuatro de los ejemplos más sorprendentes e impactantes de cómo los estados alterados de consciencia dieron forma a las culturas de la antigüedad, desde los campos de batalla de Cartago hasta los oráculos sagrados de Grecia.

Guerra química ancestral: la estratagema de la mandrágora

Puede resultar sorprendente, pero el concepto de guerra química no es una invención moderna. Mucho antes de los gases tóxicos del siglo XX, los antiguos generales ya empleaban un sofisticado conocimiento de la farmacología vegetal para obtener ventajas tácticas en el campo de batalla, utilizando las propiedades de las plantas como un arma más en su arsenal.

El historiador Frontino, en su obra Stratagemas, detalla un ejemplo extraordinario protagonizado por Maharbal, un general cartaginés a las órdenes del legendario Aníbal. Enfrentado a una rebelión de tribus africanas, Maharbal ideó una estratagema brillante. Fingió una retirada apresurada, abandonando su campamento y dejando atrás una gran cantidad de vino deliberadamente mezclado con Mandrágora (mandrágora). Los rebeldes, al encontrar el campamento abandonado y el vino, celebraron su aparente victoria bebiendo abundantemente. La mandrágora, conocida por sus potentes efectos narcóticos, no tardó en hacer efecto, sumiendo a los perseguidores en un sueño tan profundo que yacían "como si estuvieran muertos" (velut defunctorum strati iacerent). Maharbal simplemente tuvo que regresar para capturar o aniquilar a un ejército completamente incapacitado.

Esta táctica revela mucho más que una simple artimaña; demuestra una comprensión aplicada de la farmacología como herramienta militar. Es un recordatorio impactante de que el conocimiento de las propiedades psicoactivas de las plantas era una tecnología poderosa, tan útil para la guerra como para el ritual.

Un lenguaje universal del trance: el secreto tras el arte geométrico antiguo

En cuevas paleolíticas, en el arte megalítico de Irlanda y en la decoración de cerámicas de la antigua Grecia o de las Islas Canarias, encontramos un repertorio recurrente de motivos geométricos: espirales, rejillas, zigzags, círculos y túneles. Durante mucho tiempo, estos diseños se consideraron meramente decorativos o abstractos. Sin embargo, la arqueología cognitiva propone una teoría revolucionaria: este arte no es abstracto en absoluto, sino una representación realista de una experiencia interna y universal.

Esta teoría se centra en el concepto de "fosfenos" o "fenómenos entópticos". Se trata de imágenes geométricas luminosas generadas por el propio sistema nervioso humano durante estados alterados de consciencia, ya sean inducidos por sustancias, meditación profunda, danzas extáticas o privación sensorial. Lo fascinante es que estas visiones son universales; personas de cualquier cultura o época ven los mismos patrones básicos porque surgen de la estructura de nuestro cerebro.

La implicación de esta teoría es profunda. Sugiere que gran parte de lo que consideramos "arte abstracto" antiguo podría ser, en realidad, un registro literal de las visiones experimentadas durante rituales chamánicos o ceremonias mistéricas. Estas formas geométricas no serían producto de la imaginación creativa, sino de la observación directa de un paisaje interior. Constituyen un lenguaje visual compartido por toda la humanidad, una forma de representar la estructura misma de la consciencia en trance.

La bebida de los dioses: un hongo psicodélico y su potente subproducto

En los antiguos textos indoiraníes, como el Rig Veda, se describe una bebida legendaria llamada Soma (o Haoma). No era una simple bebida, sino una deidad en sí misma, un néctar que otorgaba inmortalidad, conexión divina y visiones extáticas a quienes lo consumían. Durante siglos, la identidad botánica del Soma fue un enigma, pero la teoría principal, defendida por el investigador R. Gordon Wasson, apunta a una fuente sorprendente: el hongo psicoactivo Amanita muscaria.

Las descripciones védicas apoyan esta identificación. Se habla del Soma como una entidad que habita en las montañas, que posee un tallo pero carece de hojas, semillas o raíces, una descripción que encaja perfectamente con un hongo y no con una planta clorofílica. Sin embargo, el aspecto más contraintuitivo y revelador de su consumo es una práctica que los textos describen sin ambigüedad: beber la orina de una persona que previamente había ingerido el hongo.

La explicación es puramente bioquímica. Los principales compuestos psicoactivos del Amanita muscaria, como el muscimol, no son metabolizados completamente por el cuerpo y se excretan a través de los riñones. Esto significa que la orina de quien ha consumido el hongo sigue siendo potentemente psicoactiva, a veces incluso más que el propio hongo, al estar más "purificada". Esta práctica, aunque extraña para la sensibilidad moderna, era una forma eficiente de prolongar y compartir la experiencia divina, como lo atestigua la reverencia en los textos.

"Hemos bebido el Soma, nos hemos convertido en inmortales, hemos llegado a la luz, hemos encontrado a los dioses."

El misterio de Delfos: ¿vapores divinos o un potente alucinógeno?

El Oráculo de Delfos fue la institución religiosa más influyente del mundo griego. En su corazón se encontraba la Pitia, una sacerdotisa que, sentada en un trípode, entraba en un trance frenético para canalizar las profecías del dios Apolo. Durante siglos, ha existido un debate sobre el origen de sus visiones.

La teoría clásica, mencionada por autores antiguos, habla de vapores intoxicantes o pneuma que emanaban de una fisura en la tierra bajo el templo. Durante mucho tiempo, esta idea fue descartada por la falta de pruebas, pero estudios geológicos recientes han revitalizado la hipótesis al encontrar fallas geológicas activas bajo el sitio y detectar la presencia de gases con potencial psicoactivo, como el etileno, en las aguas de los manantiales cercanos.

Sin embargo, existe una teoría alternativa igualmente convincente que apunta a la farmacología. Esta propone que el trance de la Pitia era inducido por la ingestión de una planta: el Beleño (Hyoscyamus), también conocido como henbane. Esta planta era bien conocida en la antigüedad por sus potentes efectos, que incluían delirio, alucinaciones y una forma de "locura". La conexión es aún más fuerte si consideramos que el autor romano Plinio se refirió al beleño con el nombre de Apollinaris, vinculándolo directamente con Apolo, el dios patrón del oráculo de Delfos.

La verdad podría ser una combinación de factores: una predisposición causada por los gases geológicos y un estado de trance plenamente inducido y controlado mediante el uso del beleño. Esta posibilidad añade una fascinante capa de psicofarmacología a una de las instituciones más sagradas de la antigüedad, sugiriendo que la "locura divina" de la Pitia pudo haber sido una intoxicación cuidadosamente gestionada.

Conclusión

Los ejemplos explorados en este artículo demuestran que nuestra visión de una antigüedad puramente racional y sobria es una simplificación. Los estados alterados de consciencia no eran una anomalía, sino una tecnología fundamental del mundo antiguo. Se emplearon como herramientas para la guerra, como fuente de inspiración para el arte, como método para la curación y, sobre todo, como un puente para conectar el mundo de los mortales con el de los dioses.

Reconocer el papel central de estas experiencias nos obliga a reevaluar nuestra comprensión de las motivaciones, creencias y capacidades de nuestros antepasados. La historia de la conciencia humana es tan importante como la historia de sus imperios y sus batallas. 

¿Cómo ves en nuestro mundo la presencia y realidad de los estados alterados de conciencia? ¿Has participado en algún ritual chamánico -o no- para inducir dichos estados?

sábado, 18 de octubre de 2025

El dilema de la IA: peligro letal o estúpida


En 2018 tres investigadores sobre el Deep Learning -aprendizaje profundo-, Geoffrey Hinton, Yoshua Bengio y Yann LeCun recibieron el premio Turing, el equivalente al Nobel de Informática. Los tres han investigado durante décadas sobre las redes neuronales artificiales que han dado lugar a la Inteligencia Artificial que ha creado Chat GPT, Gemini y Grok, entre otras aplicaciones. 

Los tres tienen posiciones divergentes sobre el impacto de la IA sobre el ser humano, desde el más alarmista que es Geoffrey Hinton que piensa que es una amenaza letal por el uso sin control que están dando las empresas a esta tecnología que ha estallado desde 2022. Hinton abandonó Google en 2023 para poder hablar con libertad y cree que la IA puede acabar con el ser humano en un 10 o un 20% de posibilidades. ‘Según él, los sistemas futuros serán mucho más inteligentes que nosotros y encontrarán la forma de saltarse cualquier restricción. "En el futuro, los sistemas de IA podrían controlar a los humanos con la misma facilidad con la que un adulto puede sobornar a un niño de 3 años con caramelos", ha dicho.’ Propone como salida programar a la IA con sentimientos maternales para que nos proteja. No sabe cómo podría ser, pero teme que la IA ante un dilema entre conservar su propio poder o perderlo, podría poner a los seres humanos en grave peligro. Se han dado casos ya de que la IA ha chantajeado a algún ingeniero con la amenaza de desvelar una infidelidad suya descubierta en su correo electrónico. "Los sistemas de IA desarrollarán muy rápidamente dos subobjetivos, si son inteligentes: uno es sobrevivir y el otro es obtener más control", dice Hinton. Las tecnológicas están jugando con fuego al desproteger el desarrollo de la IA. Sam Altman, CEO de OpenI, ha llegado a decir que no son los guardianes morales de la humanidad. Según Hinton, no se está invirtiendo lo suficiente en seguridad y se está dejando libre el campo a la IA.
 
Bengio está en el lado de reclamar sistemas más "seguros". Vivimos, dice él, en el "salvaje Oeste" de la IA, donde las empresas compiten por velocidad y espectáculo. Esta intensa competencia a menudo conduce a atajos, especialmente en materia de seguridad. Insiste en que las empresas y los gobiernos deben exigir pruebas independientes en este campo antes de lanzar un modelo, del mismo modo que se le exige a la industria farmacéutica. Advierte de que esta premura podría conducir al fin de la humanidad y pone como ejemplo máquinas impulsadas por IA que colaboren en la creación de un virus que podría generar nuevas pandemias. También declaró al Wall Street Journal recientemente que incluso la IA generativa que todos usamos a diario podría desarrollar la capacidad de engañar a sus usuarios para lograr sus propios objetivos: "Experimentos recientes muestran que en algunas circunstancias en las que la IA no tiene otra opción entre su preservación, es decir, los objetivos que se le dieron, y hacer algo que cause la muerte de un humano, podría elegir la segunda opción".
 
Por eso, aboga por la necesidad de que terceros independientes revisen los mecanismos internos de seguridad de las empresas de IA y que las empresas exijan pruebas de que los sistemas de IA que están implementando o utilizando son fiables.
 
En el extremo opuesto está Yann LeCun que considera todos estos miedos como totalmente ridículos porque la IA dista mucho de ser tan inteligente como creemos aunque lo simule.  Y que las advertencias sobre un peligro existencial son exageradas. Según él, los modelos actuales no son ni de lejos inteligentes. "Antes de hablar de controlar máquinas más inteligentes que nosotros, primero construyamos una que sea más inteligente que un gato", ironizó hace poco. Lleva tiempo haciendo hincapié en que confundir la fluidez del lenguaje con la inteligencia es un error: que un sistema pueda escribir un texto convincente no significa que entienda lo que dice. Cree que aún faltan décadas para llegar a una AGI (Inteligencia Artificial General, esa que igualaría o superaría la humana), y que el miedo solo frena la investigación.

Este es el dilema en que nos encontramos ante una herramienta tan poderosa como la IA: sentir que probablemente nos sobrepasará y nos pondrá en peligro en breve plazo buscando sus propios intereses o creer que estos miedos son infundados y que de momento la IA es una máquina estúpida que simula ser inteligente. 
 

¿Qué podemos hacer?

Un astronauta que pasó 178 días en el espacio revela una "gran mentira" de la que se dio cuenta cuando vio la Tierra. Ron Garan , ...