domingo, 28 de septiembre de 2025

El Umbral de Agua: Cuatro Revelaciones de Bill Viola en su "Océano sin Orilla"

 

El arte, en su forma más pura, no busca dar respuestas, sino formular las preguntas que nos definen. Se atreve a explorar los grandes misterios humanos: la vida, la muerte y ese espacio intangible que se encuentra entre ambos. Pocas obras logran materializar esta exploración de una forma tan visual y emocionalmente impactante como "Ocean Without a Shore" del videoartista Bill Viola. Esta instalación no solo habla de estos temas, sino que construye un umbral físico y metafórico que los espectadores pueden presenciar.

Este artículo revela cuatro de las ideas más sorprendentes detrás de esta poderosa obra, extraídas directamente de las palabras del artista, que nos permiten entender la fusión de tecnología, espiritualidad y emoción que la hacen inolvidable.

La tecnología invisible que fusiona pasado y presente

A primera vista, la obra parece sencilla: figuras emergen de la oscuridad, atraviesan una cortina de agua y entran en nuestro mundo a todo color. Sin embargo, detrás de esta aparente simplicidad se esconden dos innovaciones tecnológicas clave que son fundamentales para su mensaje.

La primera es el "muro de agua" (water wall). No es una simple cascada, sino una lámina de agua perfectamente coherente y transparente que, según Viola, parece un "trozo de cristal". Su instalación es un proceso que requiere tres días de calibración precisa para crear una frontera tangible y presente que, a su vez, representa un umbral espiritual invisible.

La segunda es un sistema óptico especial diseñado por el grupo PACE. Este dispositivo superpone dos imágenes con una alineación perfecta: por un lado, la de una cámara de vigilancia en blanco y negro de 25 años de antigüedad, y por otro, la de una cámara de video de alta definición de última generación. Esta fusión es la manifestación física de la tesis de la obra: el choque entre "los orígenes del video", la imagen analógica de los años 60 y 70, y "la cámara de video de más alta resolución conocida hoy". Es esta superposición la que crea un "fantasma" tecnológico, haciendo visualmente potente la idea de que los muertos regresan desde un pasado granulado a nuestro presente nítido.

El espacio es el mensaje: altares que conectan mundos

La inspiración fundamental de "Ocean Without a Shore" no surgió de una idea abstracta, sino del propio espacio donde fue concebida: la iglesia de San Gallo, una pequeña construcción del siglo XVI en Venecia. Al llegar allí, Viola confesó sentirse "completamente vacío, lo que a veces es una bendición disfrazada". Esta receptividad, esta ausencia de un plan preconcebido, le permitió escuchar al espacio. Su atención se centró en los tres grandes y antiguos altares de la iglesia.

En lugar de verlos como un obstáculo, se centró en su función original dentro del cristianismo. Se dio cuenta de que no eran meros objetos decorativos, sino portales. En sus propias palabras, descubrió que estos altares son mucho más que piedra.

...estos altares en realidad son un lugar donde los muertos residen y se conectan con nosotros, los vivos que estamos aquí en la Tierra... y realmente son una conexión, un cruce entre una tumba y un altar, un lugar para rezar.

Resulta impactante cómo una obra que utiliza la tecnología más avanzada se ancla en un concepto espiritual de hace siglos. Viola no impuso su arte sobre el espacio, sino que lo convirtió en el escenario donde los muertos regresan, aunque sea temporalmente, a nuestro mundo.

La emoción no se dirige, se invoca

Las figuras que cruzan el umbral de agua transmiten una profunda carga emocional. Sin embargo, Viola revela que su proceso fue de una delicadeza extrema. En lugar de "sobredirigir" a las personas, habló con cada una de ellas de forma individual sobre sus propias experiencias personales con la pérdida. Para asegurar que la obra hablara de una experiencia universal, eligió deliberadamente a personas de "diversos grupos étnicos y culturas".

Sabía que el "efecto visceral" del agua sería un catalizador suficiente. Esto permitió que los participantes utilizaran la experiencia para sus propias necesidades emocionales. Viola cuenta el caso de una mujer mayor que sintió que, al cruzar el agua, visitaba a su hermana, fallecida ocho años antes. La filosofía del artista es clara: permitir que las personas aporten su propia y auténtica humanidad.

...para mí como director, ya sabes, eso es algo hermoso, simplemente dejas que la gente aporte lo que tiene y lo que realmente necesita expresar.

La frontera entre la vida y la muerte es más frágil de lo que creemos

Más allá de la tecnología y la emoción, "Ocean Without a Shore" transmite un mensaje filosófico central. La obra, según su creador, trata sobre la humanidad, la fragilidad de la vida y la naturaleza de nuestra propia mortalidad. Es la conciencia de la muerte, argumenta, lo que da origen a "ese sentimiento profundo que llamamos la Condición Humana".

Pero la idea más poderosa que Viola ofrece es que la línea que imaginamos entre la vida y la muerte no es una barrera infranqueable. No es un muro sólido que se abre con llave, sino algo mucho más permeable y delicado.

...el límite entre la vida y la muerte no es en realidad un muro duro... es en realidad muy frágil, muy tenue, puedes cruzarlo así, en un instante.

Esta perspectiva lo cambia todo. La muerte deja de ser un final absoluto para convertirse en un umbral. El muro de agua se convierte así en la representación física de esa frontera tenue, un velo que nos separa de otro estado de existencia, pero un velo que, en cualquier momento, puede ser atravesado.

Una Pregunta Suspendida en el Agua

"Ocean Without a Shore" es mucho más que videoarte; es una experiencia espiritual orquestada. Bill Viola utiliza los altares centenarios como el escenario, la tecnología del muro de agua como el telón, y la emoción humana no guionizada como la interpretación. ¿Y el tema de esta obra magna? La frágil y permeable naturaleza de nuestra propia existencia. La instalación nos obliga a confrontar nuestra mortalidad, no con miedo, sino con asombro ante la delgada línea que define nuestra realidad.

Nos deja suspendidos frente a su umbral de agua, con una pregunta resonando en nuestro interior: si pudieras cruzarlo por un instante, ¿a quién esperarías encontrar al otro lado?

7 comentarios:

  1. No es nada disparatado. Y aunque el artista utilice ese muro cono metáfora, de hecho el agua puede darte la vida y puede ocasionarte la muerte. Hay muchos ejemplos reales que lo ilustran. Con el agua me pasa como con el fuego: utilizado convenientemente en una obra como material plástico cargado de sugerencias, me siento atraído por ellos como si se tratara de un elemento hipnótico.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que es precisamente eso que mencionas lo que da consistencia a esta instalación de Bill Viola, la fascinación que nos produce el agua -en cascadas, en el mar, en los ríos...- y que funciona como una especie de umbral entre los vivos y los muertos. La idea es tan sencilla como compleja y alienta a nuestra percepción de la barrera leve e invisible que nos separa. El hecho de que utilice altares de una antigua iglesia de Venecia lo dota de una fuerza y capacidad de sugerencia fascinantes. Dice que los altares evocan y convocan a los muertos. Me gusta porque mezcla tecnología con espiritualidad en un diálogo fecundo. Saludos.

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. El "océano sin orillas" representa la vasta realidad de la existencia y la muerte, donde la "orilla" (el límite) es tan frágil y permeable que el cruce entre los dos reinos (el de los vivos y el de los muertos) se muestra como un evento instantáneo y fácilmente accesible

      Eliminar
  3. Muy curioso. No lo había visto nunca.
    Coincido con Cayetano, y desde luego, con las explicaciones que nos das.
    Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He traído este montaje antiguo aquí porque me fascina el terreno de las 'instalaciones' en en que el autor crea conceptualmente una idea a la que da vida concreta para sugerir alguna reflexión sobre la naturaleza de la existencia; en este caso, la fragilidad y la tenue distancia entre el mundo de los vivos y el de los muertos tras una finísima cortina que nos divide y convoca. El experimento es poderoso y tuvieron mucha suerte los que lo vieron en Venecia en la Bienal en 2007. Refleja una concepción mística del arte a través del simbolismo de la cortina de agua. Lo sagrado de la existencia aparece en un contexto de una iglesia del siglo XVI. A mí me parece una experiencia muy valiosa y merece la pena la lectura del texto. Yo hubiera sido un candidato a creador de instalaciones. Me atrae poderosamente el concepto de estas. Salut, Miquel.

      Eliminar
    2. • El título de la obra está tomado del místico sufí andalusí Ibn Arabi (1165–1240), quien escribió: "El Ser es un océano sin orilla. Mirarlo no tiene principio ni fin, ni en este mundo ni en el próximo”

      Eliminar

El presente es superficialidad, epidermis, juego….

Este texto resume mi entrada de mi diario en agosto de 2019 en que estaba leyendo el libro  The Game  de Alessandro Baricco. En él se cifrab...