5 Claves Sorprendentes de "El Don apacible": El Nobel Épico que Esconde un Misterio
Cuando se habla de las grandes épicas rusas, es inevitable que "Guerra y Paz" de Tolstói domine la conversación. Sin embargo, hay otra obra monumental, galardonada con el Premio Nobel, que comparte su escala y ambición pero que esconde secretos y complejidades que van mucho más allá del campo de batalla: "El Don apacible" de Mijaíl Shólojov.
Esta novela, que narra la vida de los cosacos del Don durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa, es mucho más que un fresco histórico. Es un torbellino de pasiones prohibidas, un estudio brutal sobre el trauma de la guerra y, sorprendentemente, el centro de un misterio literario que persiguió a su autor durante décadas.
A continuación, exploraremos cinco claves que revelan por qué "El Don apacible" es una obra tan fascinante y por qué su legado sigue cabalgando por el imaginario colectivo con la fuerza de una carga cosaca.
1. Una obra maestra nacida bajo sombra de duda
Pocas novelas de esta magnitud han estado rodeadas de una controversia tan persistente. Desde su publicación, Shólojov fue acusado de no ser el autor real. Figuras de la talla del también Nobel Aleksandr Solzhenitsyn sostuvieron que la obra era un plagio. Aunque una investigación oficial en la década de 1920 confirmó la autoría de Shólojov, las dudas nunca se disiparon, adquiriendo una fascinante dimensión política cuando el establishment soviético cerró filas en torno a él. En 1929, el periódico Pravda publicó un artículo firmado por escritores prominentes que denunciaba los alegatos como una difamación, sugiriendo que la "verdad" estaba ligada al poder.
El misterio se profundizó trágicamente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el archivo personal del autor fue destruido en un bombardeo; solamente sobrevivió el cuarto tomo. Sin embargo, en 1984, ocurrió lo inesperado: se encontró el manuscrito original. Un análisis caligráfico y del papel, que databa de los años 20, demostró que la mayor parte de la obra estaba escrita de puño y letra de Shólojov. Este hallazgo tardío no solo silenció a los críticos, sino que añadió un capítulo final y fascinante a la historia de una de las obras más importantes de la literatura rusa del siglo XX.
2. Más que una épica de guerra, una tumultuosa historia de amor
Aunque el telón de fondo de "El Don apacible" son los conflictos que redibujaron el mapa de Europa, su verdadero motor es una historia de amor tan apasionada como prohibida. El corazón de la trama late en la relación entre el cosaco Grigori Mélejov y su vecina casada, Axinia Astájova, a quien su esposo maltrataba con frecuencia.
Este romance dinamita los cimientos de la estricta moral cosaca, sobre todo cuando el padre de Grigori le impone un matrimonio concertado con la joven Natalia. Lejos de ser una subtrama, esta relación tumultuosa impulsa las decisiones de los personajes y define sus destinos, demostrando cómo el deseo individual colisiona con el deber familiar. La intensidad de este amor queda inmortalizada en la confrontación entre Axinia y Natalia, donde la primera le grita a la esposa de su amante:
Él es mío, ¡mío! ¿Me oyes...? ¡Mío! Sal de aquí, desgraciada, no eres su esposa.
3. La cruda realidad de las cicatrices psicológicas de la guerra
La novela no glorifica el combate. Al contrario, Shólojov explora con una honestidad brutal el coste psicológico que la violencia inflige a quienes la ejercen. Esta exploración se centra en la transformación de Grigori Mélejov, cuyo primer asesinato en batalla lo deja atormentado por una culpa abrumadora que se manifiesta en pesadillas.
A lo largo de los cuatro tomos, somos testigos de cómo la exposición constante a la muerte lo endurece, vaciándolo de compasión. La brutalización que sufre en el frente envenena su vida íntima, volviéndolo incapaz de la ternura que Axinia y Natalia anhelan, demostrando que las heridas del campo de batalla sangran también en casa. La guerra no lo convierte en un héroe de leyenda, sino en un hombre con el alma marcada por cicatrices imborrables. Shólojov describe este cambio interno con una imagen desoladora:
Su corazón se había vuelto duro, seco como un marjalenque en sequía; así como un marjalenque no absorbe agua, el corazón de Grigori no absorbería compasión.
4. La sorprendente conexión con un famoso himno folk
El impacto de la novela trasciende la literatura de una forma que pocos conocen y que subraya su poderoso mensaje anti-bélico. La famosa canción folk "Where Have All the Flowers Gone?", un himno pacifista popularizado en todo el mundo por Pete Seeger, tiene su origen directo en las páginas de esta obra.
La letra fue adaptada de una canción popular cosaca que Shólojov menciona en el texto. Que el lamento de un soldado cosaco, inmortalizado en la novela, se transformara en un símbolo mundial contra la guerra es la prueba más contundente del espíritu de la obra. Esta conexión no es una simple anécdota, sino la demostración de cómo el eco de las estepas del Don, cargado de la desolación de Grigori y sus compañeros, se infiltró en la conciencia global.
5. Una historia escrita al revés
El proceso creativo de una obra tan vasta suele imaginarse como un camino lineal. Sin embargo, Mijaíl Shólojov construyó su épica de una manera completamente contraintuitiva. Su idea original no era contar la vida de los cosacos antes de la guerra, sino empezar la historia en 1917, con un evento histórico muy concreto.
El propio autor lo explicó así, revelando cómo un proyecto enfocado en un solo evento se expandió hasta convertirse en la saga monumental que conocemos hoy:
Yo empecé la novela describiendo el golpe de estado de Lavr Kornílov en 1917. Luego estuvo claro que este golpe de estado, y aún más importante, el papel de los cosacos en aquellos eventos, no podría ser entendido sin una prehistoria cosaca, por lo que empecé con la descripción de la vida de los cosacos del Don poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
El Eco del Don
Más que una epopeya de guerra, "El Don apacible" es un laberinto de lealtades rotas: a la patria, a la familia y, sobre todo, al propio corazón. Shólojov construyó un monumento literario sobre las ruinas de un mundo, un misterio que desafió su autoría y un legado que resuena inesperadamente en la cultura global. Su grandeza no reside solo en su escala, sino en su capacidad para explorar las contradicciones humanas en medio del caos.
Más allá de la historia y la controversia, la novela nos deja una pregunta eterna: en un mundo desgarrado por fuerzas que escapan a nuestro control, ¿qué le debemos realmente a nuestro corazón?
Gracias por la recomendación. Un beso
ResponderEliminarHa sido un experimento con el blog porque no quería publicar en este momento. Se ha publicado y no lo he borrado. Gracias por el comentario.
EliminarEstupenda síntesis de la novela. Desde luego, toda la novelística rusa desde el XIX hasta XXI tiene una fibra literaria que, en mi opinión, traza un camino claro para los aspirantes a escritor: excelente combinación de profundidad psicológica, análisis social y reflexión filosófica sin pretenciosidad ni pedantería.
ResponderEliminarSaludos
Como decía en el comentario anterior, no pretendía publicar. Solo estaba experimentando y de golpe ha aparecido publicado. La novela de Shólojov aparece como una rara avis de autor leal al partido comunista y no como la mayoría de autores rusos destacados que perdieron la vida o terminaron en campos de concentración. Es una novela de casi dos mil páginas que me llevará bastante tiempo completar. Me he alegrado mucho al verte por aquí tras el largo lapso sin publicar. Ahora disfruto más leyendo lo que escriben otros que escribiendo yo, pero hoy ha sido una excepción. Saludos, Marga.
EliminarEs una genial novela. Te mando un beso.
ResponderEliminar¿La has leído? Yo comienzo a leerla ahora.
ResponderEliminarPues gracias por no borrar la entrada...
ResponderEliminarCuando los escritores se convierten en "asuntos nacionales" nunca sale nada bueno de ahí. Algunos acaban ensalzados sin razón y otros en un campo de concentración. No digas eso que suena feo, mejor gulag que suena a plato típico de la estepa ;)
Me alegra que esta novela se haya salvado de la quema. La leí hace tiempo y creo que me perdí muchas cosas, muchas implicaciones. Es una novela monumental que necesita ser puesta en su contexto, como bien explicas. Es otro de esos libros que debería volver a leer, con unos ojos más cansados y diferente mirada.
Saludos
Me ha llegado un ejemplar de los años sesenta, con la traducción de Pedro Laín y Entralgo que imagino traducida del francés y no del ruso. Ignoro si hay traducciones directas. No las he encontrado. Es una novela singular pero su extensión la hace inaccesible para muchísimos lectores. Sin duda es una novela escrita por el autor cuando tenía veinte años -lo que es extraordinario- pero que requiere una lectura con ojos más cansados y una mirada diferente, como bien dices. Esta entrada imprevista ha suscitado respuestas que no esperaba cuando hace más de quince meses que no publicaba. No sé si será una señal del destino bloguero. Te leo siempre, admiro tus textos y fotografías espléndidas pero no me animo a comentar. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarNovela que
ResponderEliminardeberían
leer muchos
mandamases,
un saludo.
El viento, viejo conocido de la estepa, azotaba la ventana con furia contenida, trayendo consigo el olor a tierra mojada y a presagios lejanos, mientras el sol de la tarde, un disco escarlata ya sin fuerza, teñía los campos de un oro melancólico que sangraba hacia el horizonte. Detrás del cristal empañado, la mirada, cansada por el ir y venir de los días y la crueldad obstinada de los hombres, se perdía en la vasta llanura, en las promesas rotas que el cierzo parecía susurrar entre los juncales del río, donde las aguas grises fluían indiferentes, ajenas al luto y la sangre que tantas veces llevaron consigo. Y en ese silencio denso, pesado como el dolor que se anida en los surcos de la tierra labrada, se dibujaba, Orlando, la amarga certeza de que aquellos que deciden el destino de un pueblo, ajenos al clamor del arado y al gemido de la sangre derramada, bien harían en leer, no una vez sino cien, ese lamento que fluye callado por el Don, para que el eco de sus páginas, preñadas de pólvora y de luto campesino, taladrase, al fin, la dura capa de sus discursos pulcros, obligándoles a sentir el verdadero peso de la tierra y de la vida, y no el de las palabras huecas, antes de que el invierno, siempre implacable, cubra con su manto helado también las últimas esperanzas.
EliminarPues yo también te doy gracias por no borrar la entrada. No he leído "El Don apacible", que fue muy famosa en su momento, pero lo haré más pronto que tarde. No sé qué tal es la traducción que ofrece Kindle, pero es que en papel no me cabe en casa; de momentó, me haré con el primero.
ResponderEliminarEs cierto, esa estupenda canción de Pete Seeger, que también cantó Joan Baez, en efecto parece que se inspiró en eso que cuentas en el apartado 4.
Pete Seeger lo contaba así:
«Había estado leyendo ‘El Don apacible’ acerca del río Don en Rusia y la vida de los cosacos en el siglo XIX. En la novela describen a los soldados cosacos galopando para unirse al ejército del zar, cantando a medida que avanzan. Se citan tres líneas de una canción: ‘Where are the flowers? The girls plucked them / Where are the girls? They’re all married / Where are the men? They’re all in the army.’ (‘¿Dónde están las flores? Las chicas las arrancaban / ¿Dónde están las chicas? Todas están casadas / ¿Dónde están los hombres? Están todos en el ejército’). Nunca llegué a buscarla, pero escribí esas tres líneas».
“Más tarde, en un avión, mientras estaba dormido, se me ocurrió que la línea ‘long time passing’ (‘pasó mucho tiempo’) que había escrito en un cuaderno también la incorporaría»
[video]https://youtu.be/p3ly8cyWvkw?si=FwzZN7SF_KpYUbSK[/video]
EliminarPodríamos formar el pequeño club de los lectores de El Don apacible, sería una experiencia interesante en nuestro mundo de blogueros apasionados. Como decía, he publicado por error y me he encontrado con comentarios inesperados -hacía más de quince meses que no publicaba- que me han sorprendido. Es una novela que es el doble que Guerra y paz de Tolstoi y dos terceras partes de todo En busca del tiempo perdido. Bien bien es tarea de lectura de mes y medio a dos meses, pero creo que merece la pena, pero lejos de mí irla recomendando. Mijaíl Shólojov fue un leal comunista que sobrevivió a todas las purgas y asesinatos de Stalin en un tiempo en que los intelectuales y artistas fueron considerados sospechosos. No había nadie que pudiera sentirse a salvo de la furia y arbitrariedad del padrecito Stalin. Shólojov sufrió toda su vida la sospecha de que había plagiado la novela de un ruso blanco que había muerto. Se contaba que la había encontrado en su zurrón y que la había adaptado a su perspectiva soviética desvirtuando su intención original antibolchevique. Sumergirse en ella es hacerlo en torno a un libro de más de cien personajes distintos y una crónica apasionante de un tiempo que, como todos, fue único. Saludos y gracias por el comentario. No me lo esperaba.
EliminarLo primero es pedirte disculpas porque no te tengo en el lateral del blog. Al no tenerte no me dí cuenta de que habías publicado.
ResponderEliminarSé que no deseabas (de momento) publicar nada más, cosa que me apenó, pues en tus entradas haces referencias y das una opinión, al menos para mí, muy acertada, y me ayudas a "digerir" como en este caso, los libros que caen en tu poder.
He de decirte que no he leído el libro, pero si tu síntesis, y que de loq ue tengo claro es que la Revolución Rusa fue un proceso de cambio social que ocurrió en 1917 y que dio fin al régimen zarista.
Entre la Revolución de Febrero, la que derrocó al zar Nicolás II y fundó un Gobierno Provisional, y la Revolución de Octubre, cuando los bolcheviques, liderados por Lenin, estos tomaron el poder e instauraron un Estado socialista.
Este proceso vino motivado por la pobreza y opresión del campesinado, los golpes sufridos durante la Primera Guerra Mundial, la escasez de alimentos y la crisis económica, además de la corrupción y falta de respuesta política del régimen zarista.
He leído tus respues, evidentemente después de tu análisis, y las encuentro muy interesantes, y me das datos que no sabía de su existencia.
Te agradezco que hayas publicado, que hayas sido tan noble y me hayas avisado y además he llegado a casa y lo primero que he hecho es ponerte en el lateral, así te tendré presente por si tenemos la fortuna de que vuelvas a "errar" y cliques en el enter.
Un abrazo grande y mil gracias otra vez, con el deseo de que seas más cotidiano en tus apariciones.
Miquel
Disculpas por no haberte contestado antes. Esta mañana he estado de caminata entre Vallvidrera y Cerdanyola, unos dieciséis kilómetros. Hemos comido en el lugar de destino, y a las cuatro y media ya estaba de vuelta en casa. El domingo haré con mi hija la clásica Sant Boi-Sitges de 35 kilómetros y tendremos ocasión de hablar hasta cansarnos.
EliminarEn cuanto a tu comentario, nada más acertado para situar esta meganovela pues se sitúa en el mundo de los cosacos del Don en plena revolución soviética y la posterior guerra civil entre blancos y rojos. Es una historia de amor, que atraviesa la selva histórica, entre Grigori y Axinia. Me doy mes y medio para leerlo. Es un reto que me motiva. Se lee muy fácil y los capítulos son cortos lo que ayuda. Es otra forma de conocer la historia, claro.
Había preparado una entrada para publicar el viernes, pero la he borrado. Pienso que prefiero estar en un segundo plano y leeros a vosotros.
Un abrazo, y muchas gracias.